El trabajo interno en nosotros mismos.
Conferencia dictada por el Sr. Roberto Ruggiero.
Queridos amigos: No nos sentimos ajenos a las difíciles circunstancias actuales mundo; es un momento
especial, por ser el último cuarto de siglo y los hechos se precipitan. El mundo está ante un desafío y
no es extraño, porque son momentos de ajuste; ha habido procesos, pero se hace evidente que no
han sido bastantes. Las condiciones exigen una revisión y un cambio. Nos han llegado en estos días una nota periodística que se refiere a que termina la raza “Hunos”,
que habitaba en el lago Titicaca, a casi 4.000 mts. De altura; una raza muy antigua que se
extingue. De padres a hijos se transmitían informes de épocas muy antiguas, de mucha neblina,
en que el Sol no llegaba a la Tierra. Por la información, hacen referencia a las
condiciones de la antigua Atlántica. Traemos a colación este hecho para que comparemos: desde ese tiempo a hoy hay una etapa muy
extensa recorrida, pero es evidente que más adelanta la inteligencia humana, se hace claro
la necesidad de algo más; los niveles alcanzados no están siendo suficientes. Hay carencias
espantosamente graves; todos hemos partido de un mismo principio, con las mismas
posibilidades y derechos y las circunstancias demuestran las enormes diferencias creadas.
Existen zonas del mundo, de millones y millones de seres, en condiciones infrahumanas. Los que conocemos que la humanidad toda y unida debe llegar a una misma meta, sentimos todo
lo que hay que realizar en el sentido de humanismo. Vds. pueden pensar que la ley de consecuencia
va regulando los hechos en la Tierra, evidentemente es así; pero también sabemos
que a mayor conciencia más debe aumentar la responsabilidad de cada uno. El mundo es nuestro y nosotros tenemos que cambiarlo, con nuevas formas de pensamiento y acción. Las necesidades y deficiencias en el perfeccionamiento humano se hacen ahora cada vez
más evidentes y urgentes. Si nos consideramos responsables, tenemos que rebelarnos ante
estas realidades, que si bien no está al alcance inmediato de cada uno corregir, por su
magnitud, pero sí está de inmediato y a nuestro entero alcance todo lo que respecta a
nosotros mismos, a nuestro desenvolvimiento individual; a nuestro comportamiento, a
lo que hacemos y a lo que dejamos de hacer; porque lo que dejamos de hacer también cuenta. Es lamentable que todavía cada nacimiento represente un cuerpo vital marcado con
estigmas; estigmas en el sentido de “cancros” del pasado que se perpetúan, porque no ha
habido la decisión y la fortaleza de corregir entonces los caracteres de hoy – nuestro
temperamento es destino porque está marcado en nuestro cuerpo vital – se manifiesta, y nos
sorprendemos que nos cueste tanto corregir lo que es violencia, lo que es temor, lo que
es sensualidad, lo que es pasión y lo que es egoísmo; lo que es impaciencia e intolerancia.
Nos sorprende que las disposiciones mentales que hacemos, los programas que nos trazamos
no los realizamos. Al comprender que debemos alcanzar un destino diferente, nos disponemos
lealmente a hacer nuevos programas y estos no se realizan, se van perdiendo con el tiempo,
porque prima la condición primera; un cuerpo vital marcado que va a dar tendencias del pasado,
no como castigo, no como fatalidad, sino como una oportunidad de corregir, de mejorar, pues
no tiene otra finalidad la ley. La ley espiritual se cumple para el progreso y para el bien de todos;
jamás para limitar o mutilar a nadie, porque no se hace evidente con tal o cual hecho, la persona
no intenta o no procura corregir y regresa a los mundos invisibles como había venido y eso es
lo que se procura que no sea así, que el que vuelva debe volver más completo, más
triunfante; enfrentó circunstancias y las venció. ¿Puede haber algo más hermoso?
Observen la sonrisa del que triunfa en una competencia; alcanza la meta y el regocijo que
siente compensa los esfuerzos que realizó. ¿Por qué no nos sentimos en plena competencia?
Y aunque ésta nos exija ciertos esfuerzos, bienvenidos sean con tal de que lleguemos a
la meta, pero victoriosos; ésta es la finalidad, la oportunidad preciosa que ofrece la existencia. Ayudémonos, pero el problema es que ha habido desgaste y no creemos en los poderes
internos que tenemos que despertar. La humanidad se siente disminuída ante ciertas luchas
y ciertas derrotas y no cree en sí misma. Nuestro empeño es robustecer esas fuerzas y
que vuelva cada uno a creer en sí mismo; que despierten lo que tienen adormecido, que
cultiven poderes que cada uno posee; hagan de cuenta que tienen tesoros guardados que
nunca hicieron uso, pero que llegó el momento de hacer un buen uso y darle una buena utilidad. Marchitan un poco circunstancias adversas, debilitan ciertos esfuerzos y no verse los
resultados de inmediato; el pensamiento se recubre de una cierta tristeza y de una
cierta descreencia, no tenemos fe. La nota periodística, de razas primitivas que van desapareciendo, comparando esas épocas
al período de hoy, de cultura y de civilización siglo XX, muestra lo recorrido; muestra un
“plan” en marcha que está guiando las circunstancias, pero no nos sorprendamos de que
todavía no alcancemos un completo esplendor o una completa luz; tiene que ser suficiente
lo alcanzado para demostrar que estamos adelantando y que lo que falte alcanzar se
alcanzará como lo ya alcanzado. No podemos considerarnos derrotados, contando con
nuestro pensamiento y los sentimientos de nuestro corazón para hacer el debido uso.
Pero tenemos que cuidar de lo que hacemos nosotros mismos,
empezando por la modalidad de pensar. El estudio de la Filosofía Rosacruz nos instruye sobre metas, sobre propósitos que nuestra
lógica y nuestra razón nos dice que son ciertas; las leyes que se esgrimen espirituales, tienen
absoluta concordancia con las leyes físicas conocidas y la ciencia que crece de forma
extraordinaria va comprobando momento a momento las realidades que la filosofía se
encarga de adelantar. Ante estas realidades y contando que uno de los poderes del ser,
uno de los poderes de la humanidad es su posibilidad y propiedad que tiene de pensar,
entonces hay que dar al pensamiento el valor real que tiene. No es algo superficial, es algo
concreto, es un principio creador, una facultad; como tal el pensamiento tiene la particularidad
de crear imágenes invisibles, a semejanza de lo que se pensó, que va rodeando a la persona. El pensamiento, como todo lo que es de la criatura humanan y siguiendo el principio de
creatividad, va creado imágenes a su igual. El pensamiento emite una idea y la idea crea
una forma similar, que queda adherida a quien la creó; y las imágenes creadas por el
pensamiento humano hacen el mundo espiritual personal de cada uno. Con vista espiritual cada uno se va a ver en su mundo propio y el mundo que exactamente
elaboró; esto es parte del poder creador del ser humano. Si queremos luz a nuestro alrededor, si queremos que la verdad nos envuelva y nos acompañe,
tenemos que atraerla a nuestro alrededor, tenemos que darle vida a esa verdad dentro de
nosotros mismos y entonces los hechos pasarán a tener toda la trascendencia y valor que
cada uno quiera darles; en sí el hecho no tiene valor, sino el que nosotros personalmente lo
consideremos y será el efecto que recibiremos. Es algo reconocido que la felicidad no
es externa, la felicidad es algo interno y exclusivamente mental; si la creamos, la tenemos;
si no la creamos no la tenemos; es el poder creador en funcionamiento, a este respecto,
como a todos los demás hechos de nuestra existencia. Estamos viviendo permanentemente circunstancias y de acuerdo a la forma mental que
hagamos en nosotros, nos alcanzará el hecho al que estamos asistiendo; es evidente que
nuevas formas de pensamiento tenemos que dar curso en nosotros mismos, de
acuerdo a nuestros nuevos propósitos. La meditación y el análisis de lo que somos, de lo que queremos, de lo que debemos
alcanzar, es el cultivo más bonito que podemos hacer; las circunstancias externas del mundo, las
que tenemos que atender a todo momento, son nuestras obligaciones diarias, pero como estamos
afirmando, a través del pensamiento creamos una disposición favorable que nos ayudará a
cumplir con estos deberes y alcanzar algo interno que depende de nosotros mismos: nuestra
tranquilidad. Nuestra felicidad, no está ya dependiendo de que tengamos esto o aquello; las
poses del mundo no dan felicidad y está demostrado que a veces son causa de grandes y
grandes dolores, pero si cultivamos dentro de nosotros mismos lo que nosotros mismos somos,
algo inmutable, algo pristino en su pureza (lo máximo que conocemos como expresión de
pureza es la pureza pristina), alcanzaremos paz y felicidad. Todas las manchas del camino
no son nada mas que externas, quedan en la epidermis y por este motivo podemos
corregirlas, jamás llegan al verdadero ser. Esa es la seguridad que tenemos; si eso se hace
conciencia, si se hace una verdad ¿qué es lo que puede debilitarnos o vencernos? Vean
que hermosa construcción podemos realizar! Queremos llegar a que, si se va cultivando
con inteligencia un mundo mental apropiado, si se va cultivando con sentimientos nobles,
ese interior lo haremos sólido. Pero comprendan bien que no podemos expresarnos
figurativamente, sino comportarnos de acuerdo. Esa es la verdadera realización mental. Hay algunas doctrinas que aseguran que diciendo una serie de palabras y repitiéndolas,
se alcanzan objetivos. Es la mentira más espantosa; pueden repetir lo que quieran, pero si no
lo hacen una realidad, realizando los méritos correspondientes, no lo alcanzarán jamás. La
única realidad es que alcanzaremos porque estamos realizando lo que corresponde, ésta es
la ley; lo demás es todo figurativo, es ilusión. Las consecuencias de ciertos desgastes o de cierta inhabilidad para usar el Poder Interno,
ha hecho que ese poder esté un poco adormecido; pero es un poder interno al que todos
debemos desenvolver y se llega de las formas más diversas. Todos los triunfos humanos,
sean de la índole que sean, todos se alcanzan por intermedio de ese poder. Hay quien lo dirige
en el sentido material; y Vds. a veces juzgan mal y se extrañan que Fulano de Tal, una persona,
en fin, que su alcance es limitado, que no tiene cultura, pero sin embargo, qué triunfo material
alcanzó. Averigüen los esfuerzos que realizó, averigüen los sacrificios que hizo, averigüen
las horas de sueño que sacrificó, las horas que trabajó para alcanzar tal o
cual meta y verán que hizo méritos. Las metas que se persiguen con tesón se alcanzan; el tesón es ese poder interno que no le niega
a nadie alcanzar su objetivo cuando sabe esforzarse; ese poder interno está a disposición de
cada uno y es el momento de usarlo ahora. Pero advertimos que aquel que llevó una vida
material, que usó todas sus energías para objetivos solamente de conquista del mundo, alcanza
su objetivo, es premiado con la meta que él se marcó; pero como marcó una meta inadecuada,
pierde todo al partir, porque lo material queda en la Tierra. Estamos hablando con toda
claridad. Alcancen metas materiales y no se les negará, pero cuando partan van a dejar todo
y la vida que tanto esfuerzo costó se reducirá a un resultado limitadísimo; el que alcanza
en la Tierra, en lo material, no puede pedir en los cielos ningún fruto. Somos categóricos,
porque no nos resignamos a perder tiempo.
19 – 8 – 82.
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