El aura tiene su origen en los cuerpos superiores al igual que los cuerpos tienen su origen en la materia de
los mundos a los que pertenecen. Los cuerpos los adquirimos en el pasado de una manera
inconsciente gracias al descenso a través de los mundos, en lo que conocemos en la filosofía
oculta como Períodos, Revoluciones y Épocas. Pero es a partir del Período Terrestre cuando
adquirimos la individualización como Egos separados de los demás y nos vimos obligados
a evolucionar bajo las leyes de Renacimiento y Consecuencia. Desde entonces, el Ego atrae en cada renacimiento la materia necesaria de los diferentes
mundos para formar sus vehículos individuales. La materia para formar los cuerpos individuales
la adquirimos en cada renacimiento en el mundo físico, pero el aura se va definiendo a través de
los años a partir del nacimiento, esto es, cada siete años. Por otro lado, los cuerpos están
compenetrados unos con otros como ocurre con los mundos, pero como no son del mismo
tamaño ni su estructura y densidad de materia es la misma, por eso se diferencian y se
dice que tenemos varias auras. Las auras se diferencian entre ellas no solamente por la
densidad de su materia, -invisible a nuestros ojos- sino que también lo hacen por
lo que se manifiesta en su interior. No es solo el hombre quien tiene aura, también el reino vegetal lo tiene gracias al cuerpo vital
y los animales también la tienen gracias al cuerpo vital y de deseos. El hombre, sin embargo,
se diferencia de ellos porque tiene un cuerpo mental, -la mente- que bien se puede considerar
otra aura, aunque bastante más difícil de apreciar incluso para un discípulo. Se llama aura a la visión clarividente que una persona tiene de la parte que sobresale de los
cuerpos energéticos invisibles respecto al físico, siendo cada uno de ellos más sutil que el otro.
Se puede decir que el aura es el fluido que emana de los cuerpos superiores del ser humano,
del animal y del vegetal, es la parte del campo energético planetario que utiliza el ser humano
de forma individual. Cada aura compenetra a las demás según su grado de vibración. En realidad, el aura es la manifestación del Ego o Yo superior en los mundos invisibles, las
auras ocupan un mismo espacio y se diferencian por los diferentes grados de vibración de su
materia. El ser humano tiene 3 cuerpos además del físico y cada uno de ellos tiene una función
determinada, a saber: Cuerpo etérico: Mantiene el cuerpo físico vivo y en buen estado de salud,
con sus sentidos, memoria, etc. Cuerpo de deseos: Es el aliciente para que nos movamos
por medio de los sentimientos, deseos y emociones. Cuerpo mental: Nos facilita los medios
para razonar y para que la voluntad pueda manifestarse y dominar esos vehículos. Estos
cuerpos sobresalen del cuerpo físico en mayor grado respectivamente y están compenetrados
entre sí como lo puede estar la tierra por el líquido y el aire. Los cuerpos o auras se van formando cada 7 años hasta que a los 28 se termina de formar la
mente, pero toman la materia cuando desciende el Ego para renacer, por eso el Aura de un
niño en el vientre de la madre es muy grande, sobre todo por los átomos prismáticos.
Los cuerpos se forman teniendo como núcleo vibratorio unos átomos simiente que graban
el fruto de cada vida y muestran su evolución en cada nuevo renacimiento según su karma. El aura, como una especie de campo magnético que es, atrae y repele según sea su naturaleza:
Por ejemplo, el aura del cuerpo de deseos y el mental atraen lo similar y repelen lo que no es de
su misma naturaleza; aunque esto, como es lógico, depende de la fortaleza de la voluntad y
del control de la mente. El aura etérica atrae el fluido vital del Sol y repele los virus y bacterias
cuando está en un buen estado de vitalidad. Sin embargo todas se pueden ver debilitadas por
otras influencias externas de sus respectivos mundos. Para ver el aura hay que ser clarividente, y dependiendo del grado de clarividencia así será la
capacidad de ver un aura u otra. Sin embargo, eso no significa que el que pueda ver las auras
del cuerpo de deseos y mental también vea el aura etérica. La clarividencia más simple es
la denominada rayos X y sólo alcanza al cuerpo etérico.
AURA ETÉRICA El aura etérica es de la que más se puede hablar puesto que es la más compleja, dinámica y física por
encima del cuerpo material. Esta aura magnética compenetra los átomos físicos y mantiene
las moléculas del cuerpo en sus moldes orgánicos, pero cuando el clarividente mira con detalle las
líneas de energía que salen del cuerpo físico y que proceden del etérico, ve toda una gama de diminutas
formas geométricas. Ésta sobresale –por lo general- unos 3 o 4 centímetros aproximadamente del
cuerpo físico, y digo aproximadamente porque estas auras se hacen más grandes según se alcanza
el desarrollo espiritual y las iniciaciones. Cuando sus energías circulan toman un color rosa gracias al átomo simiente que se encuentra en
el plexo solar y, si está muy cargada de vitalidad, esta energía sale hacia el exterior en líneas rectas
arrastrando toda clase de bacterias y virus, lo que en realidad sería el aura. Está compuesta de 4 éteres que son los que mantienen el cuerpo vivo, en buen estado de salud y
que se relacionan con las siguientes funciones: 1º. Éter Químico: Se relaciona con los huesos, la
asimilación y la excreción de los alimentos. 2º. Éter de Vida: Tiene que ver con los jugos del cuerpo, la
fertilización y la gestación de un nuevo ser. 3º. Éter Luminoso: Que proporciona el calor de la sangre,
y se relaciona con el sistema nervioso, con los sentidos y el color de los cuerpos animal y humano.
4º. Éter Reflector: Este Éter interviene en la formación de la memoria subconsciente, de la mente,
y es el medio por el cual se imprime el pensamiento en el cerebro. El aura etérico está compuesto, principalmente, por los éteres superiores del cuerpo vital, el Luminoso
y Reflector que, a su vez, son una especie de aura alrededor de los éteres inferiores y que, a través
del desarrollo espiritual individual, se transforman en el luminoso Cuerpo Alma. En realidad, el aura
etérico tiene su origen en la energía solar que especializamos en nuestro cuerpo vital y que, al pasar por
el bazo y después al chacra del plexo solar, se vuelve de color rosa. Este fluido vital que recorre el sistema
nervioso y que hace que el hombre pueda moverse en el mundo físico, es el que ve el clarividente salir
del cuerpo físico en forma de líneas luminosas y sobre el que trabajan los acupuntores. Pero
otras veces esas líneas luminosas se transforman en remolinos y no son capaces de exteriorizarse,
esto ocurre cuando la persona está enferma, o lo que es lo mismo, cuando en determinada parte
del aura se aprecia una mancha oscura donde una clase de elemental aumenta la afección a
ese órgano. Sobre esta clase de materia es donde trata la sanación. El aura puede tomar muchas formas y colores pero también puede exteriorizar algunas otras,
como son las formas geométricas del cuerpo vital, que son las que detectan los perros con su olfato.
El aura etérica individual con su color rosado, se puede apreciar a partir de los siete años, que es
cuando se ha formado el cordón plateado etérico. La verdad es que muchas veces se ha
fotografiado, incluso saliendo del cuerpo de un médium en forma de nube. Esta aura es la matriz energética sobre la que se acumula la materia del cuerpo físico. En ella
se aprecian chacras, líneas energéticas y infinidad de puntos entre los que están los de la acupuntura.
Como vemos, esta aura es sumamente interesante para su estudio, tiene aspectos curiosos que
explican el porqué de nuestra vida física, la procreación, la muerte, etc. Por ejemplo, a partir del acto
de procrear intervienen sobre ella –más concretamente sobre el éter químico- las hadas, los elfos,
Ángeles, Arcángeles y incluso humanos en su aprendizaje del manejo de esa materia. Hay otros aspectos más curiosos aún, por ejemplo: Si no fuera por la presión atmosférica este
cuerpo-aura saldría del cuerpo físico y nos causaría la muerte como le pasa a una persona que cae
al vacío desde mucha altura. Es decir, tanto en una caída a gran distancia como si pasara algún
objeto grande cerca de nosotros a la velocidad de una bala, nos arrastraría el aura o parte de ella
y nos haría perder la conciencia, o incluso podría producir la muerte del cuerpo físico. Esto me
lleva a pensar en el posible paso de un meteorito o cometa muy cerca de la Tierra, eso podría
causar millones de muertos y pérdidas de conciencia que, a su vez, verían el famoso “túnel” que no es tal. Dice el axioma hermético que como es arriba es abajo y al contrario, o sea, lo que es en una
escala mayor se repite en otra inferior, lo que ocurre en el macrocosmos ocurre en el microcosmos
que somos nosotros. Pues bien, nuestra aura etérica tiene que ver con la procreación, el crecimiento
y el mantenimiento de la forma física, así como con su evolución en general. Sin embargo, esta
aura tiene una relación directa con dos fuentes, que son: el Sol de donde toma la vitalidad para
mantener el cuerpo físico, y la luna de donde proceden las fuerzas para la procreación de nuevos
seres. De aquí podemos sacar la conclusión del porqué la tierra tiene un satélite al cual abarca con
su aura terrestre, y porqué la Tierra está a determinada distancia del Sol; de otra forma no
seríamos lo que somos, ni hubiéramos llegado donde hemos llegado.
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