El Guardián del Umbral está compuesto por todo el apego a lo material, el egoísmo, los defectos
y, por tanto, por los poderes de la personalidad material en sentido mental, sentimental y físico, así
es que, es deber del aspirante vencerle para que el Ego pueda seguir y acelerar su propio desarrollo.
Sin embargo, en lo que la mayoría de los estudiantes y aspirantes no se paran a pensar es en que en
cada vida podemos ir venciendo a esta entidad si de verdad nos esforzamos en vencer a la
personalidad; de ahí la necesidad de “conocerse” a sí mismo. Si en cada vida nos analizáramos
y nos propusiéramos firmemente superar nuestros defectos, en cada vida ganaríamos una
pequeña batalla contra este Guardián. Por consiguiente, y con más razón los aspirantes al
discipulado, es un deber comenzar a actuar como el verdadero Yo, como nuestro Ángel Guardián
que con su sabiduría intenta guiarnos y aconsejarnos, así es que, es conveniente planificar una
forma de vida donde no fortalezcamos a es ser sino todo lo contrario. Este Guardián se presenta
antes de adquirir la iniciación y por tanto también antes de adquirir cierta inspiración e
iluminación, pero si hacemos lo mencionado en estos párrafos, estaremos
potencialmente preparados para hacerle frente y traspasar el umbral.
Todo lo que nosotros comprendamos que podríamos hacer si fuéramos un dios, todo lo que
nosotros haríamos si fuésemos Cristo en pensamientos, sentimientos, deseos y obras, es lo que
haría que en una sola vida venciéramos a este ser y anuláramos la personalidad que lo alimenta.
Démonos cuenta que el Guardián del Umbral aparece solamente cuando el aspirante toma la
firme decisión de dedicar su vida al desarrollo espiritual y se esfuerza las 24 horas del día por
conseguirlo; así es que, si transformamos la personalidad le estamos debilitando a él.
Si la ambición y el materialismo dominan la personalidad, el Guardián gobierna e intenta
acallar la voz del Alma pero cuando el aspirante controla su mente y con ésta sus
deseos, sentimientos y obras, entonces el Alma se fortalecerá hasta vencer
al Guardián cuando llegue el momento.
Es, principalmente, en la vida de los aspirantes espirituales donde se origina la batalla entre
el Ángel Guardián o Custodio y el Guardián del Umbral porque hasta esa época el Guardián
del Umbral existe tranquilamente sin temor a su derrota, pero cuando el aspirante comienza
a colaborar consciente y voluntariamente con su Yo superior, este Guardián intenta impedir
el progreso bloqueando el umbral y privando de libertad al aspirante. Por eso, el aspirante
debería buscar el enfrentamiento indirecto con el Guardián planificando una nueva vida
que le ayude cuando llegue el momento de la batalla. Por tanto, querida/o amiga/o, estúdiese,
medite sobre sí mismo, conózcase en su interior, y propóngase practicar las virtudes
(amor al prójimo, fraternidad, altruismo, humildad, comprensión, verdad, etc.) y olvidarse
de los defectos (envidia, crítica, egoísmo, celos, odio, rencor, lujuria, venganza, deseo
de ser más que los demás, etc.) para que mueran de inanición; solo así estaremos
preparados para saber quiénes fuimos y lo que hicimos en nuestras vidas pasadas.
El Guardián del Umbral le llevamos en nuestra propia aura como parte de nuestro cuerpo
de deseos que es, si tuviéramos que definirle detalladamente diríamos que es el resumen de:
1º.- Las palabras, los pensamientos y sentimientos que causaron mal y ofendieron a otros.
2º- Los deseos, hábitos e inclinaciones que nos ataron en el pasado y que impiden el desarrollo.
3º.- Todo lo que, pudiéndolo hacer bien, lo hicimos mal.
4º.-Todos los deseos y vicios consumados o no que aún perduran.
Así es que el Guardián es una especie de demonio tentador o núcleo de conciencia compuesto
por el residuo negativo y kármico de nuestras vidas pasadas. De hecho, todos nuestros
Guardianes forman un Guardián mayor que afecta al planeta, a los continentes y a los países,
sin embargo, debe quedar claro que ese demonio no es enviado por nadie sino que lo hemos
creado nosotros por el simple hecho de no acatar y cumplir las Leyes de Dios. Cuando acatamos
los principios espirituales fortalecemos el bien, y esa es la causa de que, actualmente y sobre
todo en occidente, se esté venciendo a este ser, tanto en sentido personal como planetario.
El solo hecho de saber lo que es y pensar en el Guardián del Umbral como un enemigo
a vencer, ya nos fortalece para el éxito; es cuando nos descuidamos cuando él
se fortalece e intenta llevarnos a su terreno.
Hay que tener presente que esta entidad tiene poder sobre el hombre desde que éste obtuvo
su individualización en la Época Atlante, y desde entonces el Guardián ha ido guardando el mal en
una especie de substancia psíquica de la más baja vibración astral. Pero fue ya casi en la segunda
mitad de esta época cuando el Guardián planetario se fortaleció enormemente gracias a que el
hombre se convirtió en un mago negro por el uso egoísta y malvado de sus poderes sobre la
naturaleza y porque se dejó dominar por el cuerpo de deseos. Esto fue, a groso modo, el principio
u origen de la destrucción de la Atlántida pues, a la vez que el Guardián se hacía fuerte en los
individuos, estos no sabían o no intentaban “razonar” sus actuaciones. Pero lo mismo que,
actualmente, el Guardián sigue alimentándose del mal del hombre e influyendo a toda persona
que puede, los aspirantes espirituales que conectan con una escuela seria e iniciática como
la Fraternidad Rosacruz van obteniendo la ayuda necesaria para detener su influencia y
para fortalecer el Ángel de la Presencia que les ayudará a vencer la batalla.
El hombre comienza a liberarse de esta entidad cuando comienza a ver la verdadera luz, cuando
su discernimiento le obliga a combatir el mal y a hacer el bien, cuando descubre que hay un
Sendero de Perfección, y cuando se dirige hacia la iniciación. Entonces es cuando alcanza la
redención de todas sus maldades del pasado, se convierte en el mago blanco vencedor o iniciado
que solo será acompañado por su Ángel Guardián; desde ese momento debe trabajar por el
futuro de su hermanos llevando paz, amor y comprensión. La Ley de Consecuencia nos obliga
a aniquilar el Guardián del Umbral como creadores que somos del mismo y esto lo conseguiremos
según vayamos transmutando nuestros defectos y según vayamos fortaleciendo el bien en
nosotros mismos, así es que no perdamos más el tiempo y unámonos a los Hermanos
Mayores y a las Jerarquías que trabajan y se sacrifican por nosotros para que encontremos
cuanto antes el Sendero de la Liberación.
Es absurdo pensar que tenemos muchas más vidas por renacer para esforzarnos y dedicarnos
a satisfacer los deseos de la carne, cuanto antes comencemos la batalla contra ese ser antes
sentiremos esa satisfacción espiritual que nos hace comprender que somos hijos de Dios y
que Él nos ha tendido siempre la mano. Aunque cada uno de nosotros ande por un camino
diferente, tarde o temprano nos encontraremos y tendremos que caminar juntos en busca
de la Luz de la Verdad. Todos los caminos terminan en uno solo que es el que nos llevará a
la cima de la montaña, a la iniciación, por tanto, si no nos queremos quedar rezagados como
en el pasado, no nos quedemos contemplando el paisaje o cogiendo flores mientras otros
nos adelantan. Si, como dijo Cristo, podemos hacer sus obras y mayores aún, no podemos
pensar que pueda ser tal y como somos ahora, debemos desarrollar el Cristo interno
y dejar a un lado todos esos aspectos terrenales y personales que nos dominan y
que nos llevan incluso a separarnos unos de otros.