LOS ANIMALES, NUESTROS HERMANOS MENORES...(I)
Francisco Nieto
Para entender mejor este artículo es conveniente leer las conferencias LOS CUERPOS DE
EXPRESIÓN DEL VERDADERO SER HUMANO y LOS MUNDOS DONDE EVOLUCIONAMOS.
Ambos se encuentran en el blog esoterismo y espiritualidad; también
es aconsejable estudiar “Mi diagrama”
Para el materialista carnívoro es motivo de incredulidad que en la India se tenga tanto respeto
a la vida animal y más aún a las vacas mientras muchas personas mueren de hambre, sin embargo,
además de ser una superstición religiosa no deja de tener una parte de espiritualidad. Por otro
lado, al ocultista occidental también le parece increíble que creyendo en el karma, el renacimiento
y en otras enseñanzas ocultas, digan que el hombre puede reencarnar en cualquier clase de
animal. Los comedores de carne, cazadores, pescadores y científicos, entre otros, puede que
opinen y actúen así por aquello que dice la Biblia de que el hombre tiene dominio sobre todo
ser viviente que se mueva sobre la tierra o incluso por su ignorancia y su poco desarrollo
espiritual. Pero los orientales y los ocultistas opinamos que quitar la vida a un animal es impedir
que esa vida evolucione por medio de ese cuerpo para así obtener conciencia y, en su momento,
llegar a ser humano. Cuando en la Biblia se refieren al Alma dicen “nephesh” y cuando al Espíritu
“ruach”, así es que cuando leemos que ¡Dios sopló en las narices (del hombre) el aliento de
vida, el hombre vino a ser un alma viviente nephesh, es decir, un animal puesto que en otros
sitios también se habla de él como nephesh; con esto llegamos a la conclusión de que
el Alma se convierte en Espíritu por medio de un proceso evolutivo.
De alguna manera, la filosofía profana y la religiosa afirma que tanto el animal como el hombre tienen
Alma, y el filósofo Leibnitz mantiene la teoría de la resurrección animal hasta cierto punto al decir
que cree que las almas de los animales son imperecederas y que por eso cree en nuestra
naturaleza inmortal. Dean o el teólogo Charles Bonet, además de varios padres de la iglesia,
dijeron que en la Biblia dice que los animales vivirán en una vida futura. Dice Leibnitz: “Los
animales son libros admirables, en que el creador ha reunido los más sorprendentes rasgos
de su soberana inteligencia.”Y es que el anatómico que estudia a los animales debe hacerlo
con respeto como con cualquier otro ser humano, con sentimientos delicados, inteligencia
y moral, comprenderán que todo cuando vive merece compasión. No se puede creer en
el automatismo animal de Descartes porque entonces llegaríamos al automatismo del hombre
mientras que la verdad reside en la evolución de la vida a través de las formas o cuerpos
materiales. Dice San Pablo: “La misma criatura también, debe ser liberada de la servidumbre
de la corrupción”, o lo que es lo mismo, al igual que la Biblia dice sobre el hombre, las
criaturas (animales) algún día se liberarán de hacer el mal puesto que su Alma indestructible
tiene que seguir evolucionando hacia el Espíritu de la perfección; por tanto, hablemos
de los animales como de Almas vivientes cuyo origen es el mismo que el hombre.
Es difícil de comprender por parte de los amantes de los animales que un animal doméstico
que les demuestra cariño y fidelidad deje de existir como tal después de su muerte. No hay
mejor respuesta, al menos para mí, que la teoría ocultista de la evolución de la vida a través
de los cuerpos para, así, desarrollar una conciencia que va desde la inconsciencia total del
mineral hasta la de vigilia del hombre pasando por la de sueño y ensueños de los reinos vegetal
y animal. Una cosa es la vida (que procede de Dios) y otra el cuerpo que pueda utilizar esa vida
según sus necesidades evolutivas. La vida que comienza a ocupar formas animales es
porque ha obtenido cierto grado de conciencia gracias a los impactos y vibraciones externas
que le han alcanzado y ha asimilado, por tanto, se encuentra en la necesidad de utilizar un
cuerpo superior donde pueda expresar lo que ha desarrollado como respuesta ante
las personas, circunstancias y medio donde se encuentre.
Pero para llegar a este estado ya casi doméstico debe haber pasado por infinidad de
cuerpos donde lo que más hace es asimilar vibraciones para poder expresarlas en un futuro.
Así, un ave no expresa lo mismo que un gato doméstico pero cuando vaya ocupando cuerpos
de aves cada vez más domesticadas terminará conviviendo libremente con el hombre para
después pasar a otra especie animal. Así una vida animal pasa desde los cuerpos más salvajes
o indomesticadas de una especie hasta los cuerpos más domésticos de especies similares
más evolucionadas. Por ejemplo: un lobo, después de ciertas vidas como tal, puede tomar
el cuerpo de un perro callejero más o menos salvaje, éste al cabo de ciertas vidas, puede
ocupar el cuerpo de un perro doméstico pero inadaptable, después puede ocupar cuerpos de
perros domésticos adaptados y, por último, obtener cuerpos de perros supermimados pero
a la vez cariñosos, obedientes, buenos y fieles a sus dueños. Así es que, muchas personas
están confundidas cuando piensan que el animal es algo así como un autómata, porque
todo lo que le hayan dado y enseñado para bien, no solo le servirá al animal para ocupar
otros cuerpos más perfectos, sino que también beneficiará toda su especie
por medio de su Alma-grupo.
No olvidemos que lo que llamamos reinos y Jerarquías Creadoras o Divinas (llamadas
por la Iglesia católica: Ángeles, Arcángeles, Dominaciones, principados, Virtudes….) son
oleadas de Espíritus creados, o mejor dicho, “diferenciados” de Dios Mismo para que desarrollen
sus poderes y conciencia a través de los mundos y cuerpos donde evolucionan. Es decir,
estos Espíritus evolucionan a través de las formas de creciente desarrollo para así obtener una
conciencia propia (como un Yo) y después desarrollar los poderes latentes espirituales lo que,
al final del ciclo, repercute en Dios gracias a lo cual, Él evoluciona hasta lo que entendemos
como ser omnisciente, omnipresente y omnipotente respecto a nosotros. Aunque parezca difícil
de comprender (puesto que no me quiero extender hacia lo que es Dios y dónde evoluciona) es
algo así como que conseguimos ser lo que somos en conocimientos, sentimientos, inteligencia,
etc. gracias a las experiencias que hemos tenido, a lo que hemos creado físicamente, a la
manera de pensar, a los sentimientos y a los resultados de todo eso. Por tanto evolucionamos
gracias a nuestras células del cuerpo físico, a los sentimientos y deseos que emitimos y a la
respuesta que nos venga, a los pensamientos que nos hacen actuar de una manera u otra,
etc. Así es que antes de crear Dios a la oleada de Espíritus que llamamos Ángeles o
Arcángeles creó otras Jerarquías que están más evolucionadas. Después de los Ángeles
creó nuestra oleada de Espíritus y después la de los animales, vegetales y minerales. Por
eso nosotros evolucionamos como individuos pero hemos sido ayudados y guiados por
las Jerarquías superiores, así es que, nosotros, además de servirnos de los reinos que
nos siguen, debemos ayudarlos en su evolución.
Cuando la vida que hoy se expresa en cuerpos animales comenzaba su desarrollo lo hacía
inconscientemente de sí misma puesto que eran guiados por las Jerarquías superiores, no
estaban dentro de los cuerpos. Según esa vida animal va aprendiendo a construir sus
cuerpos (a través de reinos y especies) va penetrándolos y utilizándolos, pero de tal
manera que no están totalmente dentro de sus cuerpos, solo los más domésticos lo están
casi hasta la cabeza. Son la Jerarquía de los Arcángeles los que guían el desarrollo y evolución
de la vida de los animales hasta que éstos penetran totalmente en sus cuerpos (físico, etérico,
de deseos y cierta cantidad de material del Mundo Mental o del Pensamiento) manifestando
así esa “inteligencia” y están listos para su separación del Alma-grupal. Podríamos decir
que el animal “renace” cada cierto tiempo pero no se parece en nada al método de
renacimiento humano, sobre todo después de la muerte. Es cierto que las formas
astrales de los animales domésticos están durante un tiempo en los domicilios y con las
personas que convivieron antes de morir pero no recopilan la película de su vida ni
pasan del Mundo de Deseos o astral como nosotros que estamos individualizados como
humanos. El animal tiene su vida post-morten en el Mundo de Deseos después de que
se rompa su cordón plateado que une sus cuerpos invisibles, pero su estancia allí es
corta puesto que no tiene que purgar ni asimilar, como
conciencia individual, el fruto de sus experiencias.
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