La satisfacción verdadera viene sólo cuando finalmente decido vivir en coherencia con mis principios y valores, con mi esencia. Ser lo que sé que soy, amar a los demás como son, estar atento a las necesidades del ahora.
La satisfacción significa que ya no me atasco más con pensamientos acerca de los demás. Permanezco más allá del miedo, de los deseos y las pretensiones, disfruto de la verdadera alegría. |