Así como el albañil edifica una base sólida, yo edifico mi vida sobre el amor. El amor divino es una base firme en la que puedo confiar. Si cometo un error, quizás sienta remordimiento, mas no me condeno. Decido no colocar la autocrítica en la base sólida del amor de Dios.
Cuando el albañil se da cuenta de un error, rápidamente lo corrige. De la misma manera, soy compasivo conmigo mismo. Corrijo lo que tengo que corregir. Perdono a los demás y acepto el perdón de parte de ellos. Dios desea que yo haga lo mejor que puedo en cada circunstancia. Si soy guiado a hacer las paces, las hago. Gracias al perdón, me afianzo sobre la base firme del amor incondicional de Dios. |