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De: Mitzi (Mensagem original) |
Enviado: 05/12/2010 17:55 |
2do. Domingo de Adviento 2010
RESTABLECIMIENTO
Y Juan proclamaba: “Ya viene detrás de mi uno que es más poderoso que yo, uno cuyo calzado yo no soy digno de llevar; él los bautizara en Espíritu y fuego.”
Ha transcurrido la primera semana de Adviento con un llamado perenne a estar atentos y velar. Este domingo comienza del segundo llamado de esta liturgia y se presenta ante nosotros la figura de Juan, el Bautista, como modelo del precursor que prepara camino y llama a un cambio de vida y costumbres. En Juan sobresale la sencillez y la suficiente claridad como para no pensarse mayor que el mensaje que proclamaba y aquel al cual anunciaba. Reconocía que tan solo era mensajero y cuando alude al calzado que no era digno de llevar hace referencia al rito del pacto que le dispuso como precursor. Vemos entonces que a la evolución espiritual le antecede el entender y aprender el simbolismo de la vida del Cristo. Este aprendizaje permite que las puertas de nuestros corazones se abran al amor que emana de él, y tras el amor llega la sabiduría. Juan abrió camino y así nosotros somos llamados a restablecer el camino que nos conduce a nuestra verdadera casa; a preparar camino espiritual, a enderezar camino al revisar y enmendar nuestras actitudes, a rebajar las montanas de obstáculos que son nuestros defectos y a elevar los valles de nuestras virtudes. Somos llamados a quitar todo aquello que nos impide ver con claridad la llegada constante del Cristo y su continua presencia en nuestro quehacer.
Mitzi
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De: Mitzi |
Enviado: 06/12/2010 13:34 |
Ya los ambientes están saturados de la época navideña y, aun cuando la obtención de bienes materiales para engalanar nuestros hogares, lugares de trabajo o nuestra propia apariencia, es parte socialmente aceptada de tan significativa celebración; cada día se hace más necesario ese mensaje continuo de no olvidar el prepararnos en lo personal, en lo familiar y en lo social para ayudar al nacimiento o brote del amor de Cristo en cada corazón.
Los comercios andan abarrotados de mercancías que ofrecen y las masas andan alborotadas en un ir y venir de obtener; es como un afán donde las horas parecen acortarse, el sol no ocultarse y la energía física agotarse. Confusión y desenfreno. Muchos compromisos de celebración agotan los espacios de la agenda y la temporada llega a causar enfermedad emocional por agotamiento, razón por la cual muchos hay que, debido a experiencias pasadas, amén de alguna perdida familiar, la rehúyen o desean que nunca llegara. Si nos sentáramos sosegadamente en un banco de cualquier pasillo en un centro comercial a observar con detenimiento el movimiento de los diversos grupos que allí se dan cita, obtendremos diversos cuadros; todos con propósitos genuinos ---según su mejor entender--- y hasta nobles, pero también veremos que el de mayor tamaño es el de la oscuridad que la ausencia de valores pinta con el color del desenfreno y el color del olvido de la espiritualidad. Una reflexión sobre las negras noches del alma en contraste con la oscuridad en medio del día, nos llevara a entender que las primeras son efímeras y la ultima intensa. El reino de obtener, poseer, controlar, satisfacer, etc. es semejante al desierto de aquel que levantaba su voz en aquellos días. Hoy, siglos después, aun cuando la historia de la humanidad no detiene su continuo adelanto, donde la espiral de la tecnología alcanza ya casi la cúspide de nuestra Era, vemos como las masas se sumergen en el fango de la decadencia de los valores morales y éticos. Nuevos patrones sociales suceden a los ya malgastados y llegan matizados de falta de tolerancia, pérdida de valores y olvido de la esencia del ser. En este punto aclaro que al hacer referencia a las masas no dejo de reconocer que en medio del agite de nuestros días la Voz que ordena voces no se paga.
Cuan oportuno, cuan fértiles están los campos para que los labradores se inclinen en actitud de reverencia hacia el Sol Naciente y siembren el grano dorado. La tierra esta fértil, basta remover con dulzura los yerbajos, romper sus tosquedades con manos que acarician y depositar el grano que luego estallara cual luces de bengala. Mensaje y mensajeros son oportunos y necesarios para detener la ruindad en la cual se malgastan energías y el bolsillo queda raquítico. La voz que clama en el desierto es la voz que nos llama a superar la materia y tornarnos fuera de la vía de la indiferencia. Es la voz que llama a preparar camino para nosotros mismos y para otros y así comenzar a vivir desde este presente el nacimiento de nuestra real esencia, la de ser semejantes el modelo del hombre que entre nosotros se manifestó y se manifiesta.
Mitzi |
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De: Mitzi |
Enviado: 07/12/2010 12:54 |
Brillo, color y formas que cautivan las miradas y tienen la capacidad de transmitir un mensaje; así de atractivos son los ornamentos de la Navidad. Nosotros también nos adornamos en nuestro físico y también procuramos engalanar nuestra moral. Demás estaría hacer mención de todos los medios que tenemos disponibles para alcanzar el ideal de belleza y perfección física que el hombre entiende, medios cuya obtención dependerá, en gran manera, del caudal disponible y que no dejara de despertar sueños aun cuando no sea posible. Hablar de ornamentos morales es entrar un poco en el campo de la ética para así mencionar cualidades, composturas, etc. que nos llevan a considerar ciertas personas como ejemplos necesarios para la sociedad. La materia coloca sus ojos, en primera instancia, en lo físico, luego mira hacia la moral que allí reside. Pero en realidad somos más que un físico que se puede embellecer y una moral que se puede ornamental. Ambos actos son buenos, no hay razón para dejar de hacerlo; pero, aceptémoslo o no, somos llamados a ser instrumentos no ornamentos.
Nuestra voz es instrumento, es el fonema que antecede la palabra y la palabra es en si la comunicación; entonces, siendo la palabra vehículo de expresión de pensamientos, es el medio más común con el cual Cristo se nos revela y realiza sus propósitos. Que el sonido de nuestra voz sea el instrumento para que La Palabra exprese su poder o vibración. Que nuestra voz sea uno de los muchos vehículos posibles con los que cuente, Aquel que es La Palabra, para comunicarse con el hombre; aunque, de hecho, también se comunique a través de nuestros gestos, miradas, manos, escritura, y aun por nuestros silencios.
Todos tenemos un medio de ser instrumento, lo que sucede es que nos preocupa más el ornamento, el escenario, la postura o el traje que utilizamos, cuando en realidad la autenticidad la da la fidelidad a La Palabra. Cada uno de nosotros tiene ante sí un desierto en el entorno que nos rodea, no tenemos que ir muy lejos; el medio está al alcance de nuestra mano. “Voz que clama en el desierto”, se dijo de Juan el Bautista, y siendo que un desierto tiene como posible interpretación un lugar de preparación espiritual, nuestra Tierra es ese desierto. No tenemos que utilizar nuestro tiempo en largas filas para pagar ese obsequio con el cual deseamos expresarnos hacia nuestros semejantes. Al servicio de nuestra voz queda el consolar, animar, saludar con sinceridad, decir unas breves palabras a aquel que comenta algo con la esperanza de ser escuchado, etc.; haciendo esto con nuestro próximo, hacia nosotros construimos. Qué hermosamente ornamentada quedaría la Navidad si al brillo, al color y las formas añadimos los mejores, los que brotan del corazón! Es tiempo de Adviento, tiempo de restablecer el trato amable y sereno, de decir las palabras precisas, de romper con la superficialidad que distancia a los hombres.
Mitzi
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De: Mitzi |
Enviado: 08/12/2010 13:34 |
La imagen que nos llega de Juan el Bautista es una de costumbres ascéticas y estilo severo de expresión, imagen que muy bien pudiera ser colocada dentro de un marco de austeridad, si entendemos esta como aspereza o rigidez; sin embargo no debemos perder de perspectiva que la austeridad también toma como definición la sobriedad, la sencillez y la falta de alardes. Prefiero entonces tomar las ultimas definiciones y sutilmente transportar a Juan el Bautista, ataviado a la usanza del Siglo 21 pero en forma extremadamente sencilla, y colocarlo en una plataforma en medio de un agitado centro comercial. Allí comienza a proclamar ese mensaje que llama a un cambio de vida y costumbres: mensaje eterno, pues nada es nuevo bajo el sol, todo es evolución; y… qué ocurre? Sera una imagen de locura, una paradoja entre la opulencia y la austeridad. Sin embargo, en la Navidad subyace el mensaje de que la grandeza de una vida se vive en la más profunda sencillez.
La Navidad encierra el misterio de la Soberanía Divina y la necesidad humana que se combinarían en la vida de Jesús. Divinidad y dependencia, posesión y despojo, riqueza y pobreza. El Cristo tomara el pesebre de Jesús para nacer y desde allí anunciar el Reino. La Soberanía que dio paso a la austeridad tomo prestados panes y peces y los multiplico hasta saciar, tomo prestado un asno para entrar a Jerusalén y una habitación para instituir la Santa Cena; la Soberanía no tenia siquiera donde reclinar su cabeza, la Soberanía se despojo para cubrir la necesidad humana… La Soberanía nos llama a tomar en cuenta que vivimos en un mundo consumista del cual debemos desapegarnos, pues no solo vacía nuestros bolsillos, sino que lentamente, en forma casi imperceptible, empobrece el corazón.
De donde proviene una de las mayores tristezas de nuestros días? De la falta de dinero para obtener bienes. Y no es que tener el dinero necesario para alimentar, cubrir y cobijar sea un equívoco, no! Entiéndanme bien, la equivocación reside en afanarnos por lo innecesario. La equivocación reside en obsesionarnos por un cuadro bellamente pintado y de elevado valor monetario y dejar de admirar la belleza natural que nos circunda y nos es regalada. Hemos de recordar que más vale ser pobre de bolsillo que de corazón, más vale regalar un solo regalo y multiplicar las riquezas del alma.
El Adviento nos llama a restablecer la austeridad, la sobriedad, la sencillez; a cultivar y practicar la imaginación, la creatividad; a dar lo que realmente es necesario sin tener que ahogarnos en deudas; a decir “no” a lo absurdo, a desarrollar la capacidad de valernos por nosotros mismos, a la libertad de no dejarnos llevar por gustos ajenos, a aceptar el amor, la paz y la buena voluntad que de los cielos procede hacia toda la humanidad.
Mitzi
http://www.gabitogrupos.com/secreteachings
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De: Mitzi |
Enviado: 09/12/2010 13:04 |
Quién soy yo? Me defino o me definen? Me ubico en la sociedad o es la sociedad la que me ubica? Atravesamos un desierto y clamamos, es crisis existencial, una de las luchas más duras que libramos: la definición propia. Damos contra paredes, resbalamos, tomamos caminos de diversas texturas, hasta que comenzamos a conocernos a nosotros mismos. Hasta que encontramos al “yo soy el que soy” que encontró Moisés en su propio monte de la manifestación divina; domino temperamental, fuerza moral y vigor físico le caracterizaban.
Yo diría que comenzamos a saber quiénes somos en el momento en que descubrimos nuestra habilidad innata y la ponemos al servicio. La detectamos porque trae paz, y con ella madurez. Comenzamos a saber quiénes somos a través de lo que hacemos a los demás y por los demás, no en vano nos ha sido dicho que hagamos o seamos con los demás como nos gustaría que los demás sean o hagan hacia nosotros. Entonces, yo soy lo que me domina, lo que controla mi vida.
El Adviento nos llama a restablecer la definición de quienes somos, a no dejar que transcurra nuestra edad sin llegar a conocer nuestra real esencia. Los bienes materiales son fugaces, no somos lo que tenemos. Un nombre y un apellido no define lo que anida dentro de nosotros; lo que deja huella de nuestra labor es lo que hacemos, no el título académico. En lo que hacemos a los demás y por los demás existe una clave de conocimiento propio, con ello escribimos la historia de nuestra propia salvación. Lo que ofrecemos nos define y en el momento en que somos lo que somos se desencadena nuestra riqueza interior. Si nuestra piedra preciosa esta sin pulir, comenzamos; si está en proceso, continuamos. Ojala que cada cincelada sea de construcción propia y de beneficio a nuestro entorno!
Mitzi
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De: Mitzi |
Enviado: 10/12/2010 12:29 |
El Adviento nos llama a restablecer nuestra relacion con la Divinidad, asi como también a restablecer familias, amistades, salud, fraternidad, conocimiento, etc., etc. Restablecimiento de todo lo que engrandece y ennoblece; de todo el bien, el amor y la paz que sea posible.
En los Misterios, el roble, el pino, el fresno, el ciprés y la palma son arboles de suprema importancia. El Dios Salvador ---frecuentemente el Martir del Mundo--- es adorado en forma de pino. Los siempreverdes representan esa parte inmortal del hombre que sobrevive a la destruccion de su naturaleza visible. M.P.Hall
Mitzi
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De: Mitzi |
Enviado: 11/12/2010 14:05 |
Ya estamos en el ultimo dia de la 2da. semana de Adviento y los sentidos se aprestan al regocijo de la Luz, para todos disponible y cada vez mas proxima. Soberano regalo a la humanidad que se intensifica en sugerencias que despiertan las mentes, ilustraciones que iluminan los intelectos, mociones que mueven las voluntades y sentimientos que animan los corazones. Tras bastidores se desarrolla el verdadero escenario. Vigila. Restablece. Rasga el velo de la materia y da paso a la verdadera Navidad...
Mitzi
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