¿Cómo es que cada secta interpreta la Biblia diferentemente y que cada una tiene una vindicación aparente para sus propias ideas sobre dicho libro?
Respuesta: Si esa pregunta la hace un escéptico le proporcionaría suma satisfacción, porque vería en ella, una indicación de su propia idea, es decir, que todas las sectas están equivocadas y que la Biblia es un conglomerado de absurdos, pero en realidad el caso es muy distinto. No diremos que creemos en la Divinidad de ese libro ni que sea el Verbo de Dios desde la primera hasta la última página; reconocemos que es una pobre traducción de los originales y que hay muchas interpolaciones que se han hecho en diferentes épocas para sostener diversas ideas; pero, sin embargo, el mismo hecho de que la verdad haya sido emitida en tan pocas palabras es un manantial de admiración constante para el ocultista que conoce lo que realmente es la Biblia y que tiene la clave de su significado. Hay un punto que los escépticos no ven. Su opinión es que si cierta interpretación es verdadera, todas las demás interpretaciones deben ser necesariamente falsas. Esa opinión sí que es absurda. La verdad es múltiple y eterna y la investigación de la verdad debe ser también múltiple y sin fin. Podemos comparar la verdad a una montaña y las diversas interpretaciones de dicha verdad a los diferentes senderos que a su cúspide conducen. Muchas personas caminan por esos senderos y cada una de ellas cree que su sendero es el único mientras se encuentra en las faldas de la montaña; entonces sólo ve una pequeña parte de la montaña y grita a sus hermanos: estáis equivocados; venid a este sendero; éste es el único que conduce a la cima." Pero todos progresan y marchan hacia arriba, y van viendo gradualmente que todos los senderos son convergentes y que son sólo uno en último término. Puede afirmarse rotundamente que ninguna escuela de pensamiento que haya atraído la atención de mucha gente durante largo tiempo deja de poseer alguna verdad; y percibámosla o no, en toda secta existe la simiente de la divina enseñanza la que gradualmente va elevando a sus fieles, remontándolos hacia la cúspide de la montaña, y, por consiguiente, es necesaria la mayor tolerancia con cualquier creencia.
¿Qué significa el segundo aspecto del Dios Triuno?
Respuesta: Dios es uno, así como la luz es una, pero así como la luz al pasar por nuestra atmósfera se refracta en tres colores primarios: rojo, amarillo y azul, así también Dios, cuando se manifiesta o refleja en la Naturaleza, es triple en su manifestación. En primer término está el principio Creador, después el principio Preservador, y por último está el principio de Destrucción de las formas que han sido creadas preservadas durante un tiempo mientras eran útiles y después destruidas, para que el material de que estaban construidas pueda emplearse en la construcción de nuevas formas. A estos tres principios de Dios se les han dado diversos nombres en las diferentes religiones y mucha tinta y palabras se han gastado en los últimos años para defender o derrumbar la idea de una Trinidad, aunque eso fuera evidente para cualquiera que se tomara la molestia de considerar meditativamente a la Naturaleza. En el Mundo Occidental solemos llamar al segundo aspecto del Dios Trino el principio conservador unificante: Cristo; y es muy apropiado ese nombre en cierto sentido, porque el Cristo vino como instructor del Amor y de la Fraternidad Universal que sustituirá a las naciones que guerrean unas contra otras, y El mismo indicó que habrá todavía un estado superior, cuando el reino que él estableció sea entregado al Padre y todos serán uno en El.
Los Ángeles del Destino, ¿son seres individuales?
Respuesta: Sí, son poderosas individualidades, los embajadores de los Grandes Ángeles Planetarios, y como tales están relacionados con el nacimiento del hombre, ayudándolo a elegir su alrededor ambiente y dedicando a cada vida el destino que debe producir los necesarios efectos. Ellos son los que guían las influencias planetarias en tal forma que afecten a cada uno en la manera más conveniente para facilitar la liquidación de sus deudas pasadas, ayudando también a cada uno a recoger el beneficio de cualquier bien que haya hecho en sus vidas anteriores. En esa obra los Ángeles del Destino tienen como auxiliares a una poderosa legión de agentes y espíritus de la Naturaleza, que no están aún individualizados, pero que trabajan bajo la dirección de esos Grandes Seres inconscientemente, así como los animales están guiados por sus espíritus colectivos.
Los Ángeles y Arcángeles ¿nos observan individualmente así como en conjunto y conocen lo que son nuestras vidas?
Respuesta: Los Señores de la Mente, que San Pablo llama los "Poderes de las Tinieblas" porque fueron la humanidad del tenebroso Período de Saturno, cuando el universo estaba recién saliendo del Caos, trabajan únicamente con el hombre. Los Arcángeles, que eran humanos en el ígneo Período Solar, cuando el universo tenía la consistencia de la "materia emocional", trabajan actualmente como auxiliares de los espíritus grupo de los animales y como espíritus de raza de la humanidad, porque esas clases de seres tienen cuerpo de deseos. Los Ángeles, que eran la humanidad del Período Lunar, trabajan con el hombre, los animales y los vegetales, porque en ese período el universo tenía la consistencia del "éter" y los cuerpos vitales de esos tres reinos están formados con ese material. Los Ángeles son, pues los auxiliares de las funciones vitales, tales como la asimilación, el crecimiento y la propagación, y en su obra sobre la humanidad son los espíritus familiares. Ellos son los que aumentan la familia, y llenan los graneros y aumentan las haciendas del hombre. El hombre, que es un poco inferior a los ángeles, trabaja con los minerales que se encuentran en la Región Química del Mundo Físico, compuesta de gases, líquidos y sólidos. El hombre es a los minerales lo que los Seres Superiores a nosotros. Aquél está despertando gradualmente la vida en los minerales, trabajándolos y convirtiéndolos en casas, puentes, ferrocarriles, etc. En una encarnación futura de la Tierra, cuando esos minerales se hayan convertido en análogos a los vegetales, el hombre aprenderá a trabajar con la vida y entonces se encontrará en parecida situación respecto a aquellos como la que los ángeles ocupan respecto a nosotros. De suerte que hay una progresión infinita, ayudando siempre los superiores a los inferiores hasta que todos hayamos alcanzado la perfección. Contestando la pregunta más específicamente, podemos decir que los Arcángeles trabajan con las naciones y las razas de la Tierra, mientras que los Ángeles se relacionan particularmente con las familias y con los individuos de la familia. El "Ángel Custodio", sin embargo, no es exactamente una entidad perteneciente a una evolución superior, sino más bien la personificación de nuestras obras buenas de las vidas pasadas, el que, aunque invisible, está siempre con nosotros impulsándonos a obrar rectamente y a hacer más bien.
¿Tienen alas los Ángeles, como se muestra en las pinturas?
Respuesta: No; ninguno de ellos tiene las alas de pájaro que se ven en los cuadros, pero hay algunos seres en el Mundo Espiritual que tienen apéndices semejantes a alas. Dichos apéndices no tienen por objeto el poder volar o moverse en el espacio, sino que son corrientes de fuerza que se exteriorizan y que pueden dirigirse en una u otra dirección en la misma forma en que nosotros usamos nuestros brazos. Así que un Arcángel que está impulsando a los ejércitos de dos naciones a la batalla puede enviar una corriente de fuerza espiritual en una dirección, llenando a los soldados de un ejército de miedo, y enviar otra fuerza al ejército enemigo para aumentar su valor, influenciando así la batalla de una manera insospechada por los contendientes.
Los Rosacruces, ¿aceptan la Biblia como si fuera la Palabra de Dios desde la primera hasta la última página?
Respuesta: Ciertamente que no, y mucho menos la estrecha interpretación de algunos que creen que el libro que ahora tenemos es el único genuino que se haya dado a la humanidad. A lo sumo, podría ser uno de los libros de Dios, porque hay otras muchas sagradas escrituras que es necesario reconocer y que no deben en manera alguna estar bajo el fallo de unos cuantos sabihondos que echan esos titulados apócrifos libros al canasto. En primer término, debe recordarse que el Antiguo Testamento fue escrito en hebreo en diversas épocas y por numerosos escritores, y esos escritos no fueron coleccionados antes de Ezra. Ya en el año 280 A. C. se había abandonado el lenguaje hebreo, en lo que concierne a esas escrituras, y la Septuagésima, o sea la traducción griega, fue la que se empleó corrientemente. Esa era la única Biblia que existía cuando nació Cristo. Más tarde los Masoretes coleccionaron algunos escritos hebreos. Esa era una secta que existió por el año 700 D. C. Y ese es el texto más exacto y mejor. La traducción inglesa que más se usa actualmente es la versión del King James (Rey Jaime), pero su majestad no estaba tan interesado en la exactitud de la traducción como en la paz, y en la misma acta que autorizaba la traducción de la Biblia prohibía a los traductores que tradujeran cualquier pasaje que pudiera perturbar las creencias existentes. Esto tenía por objeto evitar cualquier disensión en su reino, y de los cuarenta y siete traductores sólo tres eran eruditos hebreos y dos de esos murieron antes de que se tradujeran los Salmos. Se desecharon también cierto número de libros como apócrifos, y además transformaron el significado original de algunas palabras para que el texto se acomodara a las supersticiones de ese entonces. Martín Lutero tradujo al alemán tomando el texto latino, el que a su vez había sido traducido del griego, de suerte que los riesgos de haber cometido errores eran muy grandes. Añádase a esto que en el antiguo hebreo se suprimían las vocales y no se separaban las palabras, de manera que insertando vocales en diferente forma se obtenían palabras y sentencias completamente diferentes. En vista de todo esto, hay que confesar que es evidente que la oportunidad de obtener una versión exacta de lo que se escribió originalmente es muy pequeña. Además, los que escribieron la Biblia no quisieron escribir un "Libro de Dios" abierto a todo el mundo, como puede verse en esta cita del Zohar: "Desgraciado de aquel que vea en la Thorah (la ley, la Biblia) sólo simples recitados y palabras ordinarias, porque si en verdad sólo contuviera eso, podríamos haber escrito una Thorah mucho más digna de admiración. Pero no es así; cada palabra del Thorah contiene un significado elevado y un sublime misterio... Los recitados del Thorah son los vestidos del Thorah... Desgraciado de aquel que tome los vestidos del Thorah por el Thorah mismo... El simple, sólo ve los adornos y recitados del Thorah; no sabe nada más; no ve lo que se oculta en esos vestidos; los instruidos no tienen en cuenta el vestido, sino aquello que en los ropajes se oculta". En otras palabras, no prestan atención a la letra, sino al espíritu. Y así como en un campo sembrado de papas no hay sólo esos vegetales, sino también el suelo, la tierra que las oculta, así también en la Biblia las perlas de la verdad oculta están escondidas en lo que a veces parecen ser horribles vestiduras. El ocultista que se ha preparado para poseer esas perlas ha recibido la clave y las ve nítidamente. Para los otros siguen permaneciendo ocultas hasta que hayan trabajado para poseer esa clave. De manera que si bien la historia de los triunfos de los hijos de Israel y los tratos de cierto Dios son parcialmente ciertos, existe allí un significado espiritual muchísimo más importante que la historia material. Y aunque los evangelios contienen en líneas generales la vida de un individuo llamado Jesús, son fórmulas iniciáticas que muestran las experiencias que todos deben pasar al caminar por el sendero que va a la verdad y a la vida. Ese sendero lo habían vislumbrado los que escribieron la Biblia, quienes eran profetas y videntes, pero sólo en la amplitud posible en su tiempo. Una era nueva necesitará una Biblia nueva, una palabra nueva.
¿Qué dicen los Rosacruces sobre la creación del mundo en siete días?
Respuesta: Hay dos relatos de la creación en la Biblia. El primero empieza en el primer versículo del primer capítulo y termina en el tercer versículo del segundo capítulo del Génesis. El otro relato comienza en el cuarto versículo. Esas dos historias de la creación aparentemente varían en diversos puntos. La primera dice que en el principio la tierra estaba cubierta de agua; la segunda que estaba seca. La primera afirma que el hombre fue creado en último término; la segunda versión indica que fue la primera criatura, etc. Esas discrepancias parecen irreconciliables, y suministran al escéptico una gran satisfacción cuando las examina con una caritativa piedad para los pobres tontos ignorantes que creen en esos evidentes absurdos. Sin embargo, los dos relatos no son realmente incongruentes, sino que son complementarios y están en armonía con los hechos científicos. El primer relato trata de la génesis de la forma, el segundo capítulo de la evolución de la conciencia. La forma humana tal como está constituida actualmente, es la obra maestra de la evolución, construida sobre la base de todas las demás formas inferiores anteriores. La vida, que es el hombre, el pensador, no tiene ni principio ni fin; es eterna como Dios mismo, y esa vida estuvo aquí antes que todas las demás formas, según nos dice el segundo relato de la creación. Respecto al tiempo que se tardó en la creación de la forma, los Rosacruces ni enseñan ni creen que la obra se realizara en siete días de veinticuatro horas, pero en nuestro esquema evolutivo de manifestación son necesarias siete grandes transformaciones de la Tierra para facilitar la plena evolución de la conciencia de sí y del poder anímico de los espíritus evolucionantes. Tres períodos y medio de ésos han transcurrido ya y se han empleado para obtener los vehículos; el resto se necesita para la evolución de la conciencia. En el primer versículo de la Biblia se dice que en el principio la Tierra era oscura y no tenía forma definida. Eso era en el Periodo de Saturno, cuando la nebulosa comenzaba a surgir de la sustancia raíz del espacio. El tercer versículo nos informa que Dios dijo: "Hágase la Luz", pasaje que ha merecido toda suerte de burlas, y del que se ha dicho que demostraba la ignorancia de sus autores y que no está en consonancia con los hechos científicos, porque "si el Sol y la Luna no fueron creados hasta el cuarto día, ¿cómo pudo haber luz antes?" No nos referiremos al mundo tal como hoy es, una masa sólida. Ese mundo, por supuesto, sería oscuro si no hubiera alguna luminaria externa; pero cuando la Tierra estaba naciendo, de acuerdo con la teoría nebular, el estado de calor oscuro debió existir primeramente, y a ese estado se le llama el Periodo de Saturno. Más tarde la nebulosa se puso en ignición y se hizo luminosa; la luz estaba dentro y no dependía de un Sol o Luna exterior. Este segundo estado de desarrollo de nuestro planeta se llama el Periodo Solar. Después se indica que Dios dijo: "que haya una expansión en las aguas, para que las aguas se dividan de las aguas". La palabra que aquí se da como "expansión" se ha traducido "firmamento" en la versión autorizada, pero empleamos el texto Masorético, que fue traducido por traductores de saber y que no tenían edicto real ninguno como el que limitó a los traductores del Rey Jaime. El empleo de la palabra "expansión" armoniza la Biblia con la teoría nebular, porque cuando una nebulosa ígnea aparece en el espacio se produce humedad por el contacto de esa masa ardiente con el espacio externo, que es frío. Esa humedad se calienta y expande, convirtiéndose en vapor, el que surge hacia afuera; allí se enfría y se condensa y gravita hacia la fuente del calor central. Así que la expansión de las aguas dividió el agua del agua, quedándose la humedad densa cerca del centro y el vapor fuera. Ese estado de consolidación de la Tierra se llama el Período Lunar. El continuo hervir del agua que rodeaba al centro ardiente produjo finalmente una incrustación, y entonces apareció la tierra seca. Se nos dice que "Dios llamó a la tierra seca la Tierra". Durante la primera parte del actual Período la Tierra era tan oscura como en el Período de Saturno. Únicamente existían en ella las sustancias minerales. A ese estado se le llama la Época Polar. El ardiente Período Solar tiene su correspondencia en la Época Hiperbórea, que se describe en los versículos 11-19, como el tiempo en el que se generaron las plantas y la Tierra se convirtió en un planeta iluminado exteriormente por el Sol y la Luna. Esto terminó la obra que se dice realizóse en el cuarto gran día del desarrollo de nuestra Tierra. En la Época Lemurica tenemos la recapitulación de las condiciones del Período Lunar, un corazón central ardiente y una neblina ígnea como atmósfera, así como la creación de los animales inferiores, cosa que se describe en la Biblia como la obra del quinto día. En la Época Atlante se formaron los vertebrados, mamíferos y el hombre, o sea la obra del sexto día, y cuando el hombre se convirtió en un ser racional en la actual Época Aria, los Dioses descansaron, dejando al hombre la tarea de salvarse mediante las dos leyes del Renacimiento y la Causación.
La Biblia enseña la inmortalidad del alma categóricamente. La Filosofía Rosacruz la enseña también, apelando a la razón. ¿No hay prueba alguna positiva de la inmortalidad?
Respuesta: El preguntante se equivoca cuando dice que la Biblia enseña la inmortalidad del alma. No se menciona ni una vez siquiera en el Antiguo Testamento la palabra inmortalidad o cielo, en el sentido de que pertenezcan al hombre. Allí se dice explícitamente que "Los cielos son del Señor, pero que la Tierra se dio a los hijos de los hombres". Salmos 115-16. También se dice explícitamente que "el alma que peque morirá". Si el alma fuera inmortal eso sería una imposibilidad. En el Nuevo Testamento la palabra "inmortal" o mortalidad" sólo se emplea seis veces, y entonces se la emplea para indicar algo que hay que obtener o que es un atributo de Dios. Sin embargo, en lo que al espíritu concierne, el caso es diferente, y aun cuando se trata de éste no se emplea la palabra inmortal. La inmortalidad queda sobrentendida en la misma forma en que la doctrina del renacimiento se sobrentiende en muchos pasajes, pero hasta la doctrina del renacimiento mismo implica la inmortalidad del espíritu humano, y dicha doctrina se enseñó una vez definitivamente, por lo menos, en San Mat. II: 47, cuando Cristo dice al Bautista: "Este es Elías". En esa doctrina se sobrentendía la inmortalidad, porque si el espíritu de Elías había renacido como Juan el Bautista, tenía que haber sobrevivido a la muerte de su cuerpo. La inmortalidad era entonces una de las enseñanzas de los Misterios, y hasta hoy en día apenas puede recibirla el hombre, salvo cuando ha entrado en el sendero de la iniciación y en él ve por sí mismo la continuidad de la vida. Contestando la pregunta puede decirse, sin embargo, que todo depende de lo que se entienda por prueba positiva y de qué calificaciones tenga la persona que pide la prueba para juzgarla. No se puede probar un problema de trigonometría a un niño, pero si se le da tiempo y crece, aprendiendo los preliminares necesarios, podrá resolver fácilmente el problema. Tampoco se puede probar la existencia del color y de la luz a un hombre que ha nacido ciego; son hechos que no puede apreciar porque le falta la facultad requerida. Pero si una operación le devuelve la vista, no habrá necesidad de que le probemos esos hechos; entonces por sí mismo verá la verdad. Por parecidas razones nadie puede apreciar las pruebas de la inmortalidad del espíritu hasta que por sí mismo se ha preparado para verlo; entonces le será muy fácil obtener una prueba positiva de la inmortalidad del espíritu, de su existencia anterior al nacimiento y de su persistencia después de la muerte, mientras no se haya calificado convenientemente tendrá que satisfacerse con las inferencias razonables que pueden obtenerse en muchas formas.
¿Hay alguna afirmación en la Biblia sobre el renacimiento?
Respuesta: Sí, si bien sólo se enseña directamente en un lugar, los sacerdotes judíos creían en la teoría del renacimiento, o de lo contrario no habrían hecho preguntas a Juan el Bautista: ¿Eres tu Elías?, según se cuenta en el primer capítulo de San Juan en el versículo 21; y en el evangelio de San Mateo están las palabras de Cristo refiriéndose a Juan el Bautista, que no son nada equívocas: "Este es Elías". En otra ocasión, cuando estaban en el monte de la transfiguración, el Cristo dijo: "Elías ha venido y le hicieron todo lo que quisieron", y se cuenta que sus discípulos entendieron "que El hablaba de Juan", a quien había hecho degollar Herodes. En San Mateo, cap. XVI, 14, El preguntó a sus discípulos ¿quién creen que soy yo? y ellos contestaron: algunos creen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros que eres Jeremías o uno de los profetas. Es digno de notarse que Cristo no los contradijo absolutamente, porque El era un instructor, y si los discípulos hubieran tenido una idea errónea sobre la doctrina del renacimiento indudablemente los habría corregido. Pero no lo hizo; antes bien, lo enseñó directamente, según se ve en el pasaje citado. Se mencionan también algunos casos en la Biblia, en los que una persona era elegida para ejecutar determinada obra antes de su nacimiento. Un Ángel predijo la venida de Sansón y su misión: derrotar a los filisteos. El Señor dijo al profeta Jeremías: "Antes de que salieras del seno de tu madre y yo te santifiqué y te ordené profeta de las naciones A Juan y a Jesús se les dio su misión antes de que nacieran. A una persona se la elige para hacer algo debido a su preparación especial. La experiencia presupone práctica, y la práctica antes de nacer debe haberse adquirido en alguna vida anterior. De manera que la doctrina del renacimiento se sobrentendía en los casos mencionados.
De acuerdo con la Biblia sólo se dio alma al hombre. ¿Por qué decís, entonces, que los animales tienen un espíritu colectivo?
Respuesta: En el primer capítulo del Génesis, versículo 20, se indica que Dios dijo: "que las aguas produzcan abundantemente criaturas movientes que tengan vida". La palabra empleada en hebreo es nephesh que significa aliento. Esa palabra se emplea también en el segundo capítulo, versículo 7, donde se dice que "El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en sus narices el aliento de vida (nephesh), y el hombre se convirtió en un "nephesh chayim", una criatura respirante". No en un alma viviente, como se ha traducido. La traducción del Rey Jaime ha sido modificada por personas que tenían un poco más de consideración por la verdad que por las ideas preconcebidas; han consentido en poner la palabra alma en el margen, como se verá si se lee alternativamente la palabra en el capítulo 1, versículo 20, donde se habla de la creación de los animales, así que hasta en las Biblias de hoy en día se admite que los animales tienen un alma. Sin embargo, esa traducción no es correcta; nephesh significa aliento y no alma; la palabra hebrea para alma es neshamah. Alma no es sinónimo de Espíritu, que se llama Ruach, así que el Génesis no menciona el espíritu ni del hombre ni del animal, porque el espíritu no tiene génesis: ES. Las formas animales y humanas que se sostienen por el aliento tuvieron principio y a ellas es a lo que se refiere el Génesis. Esa idea está perfectamente de acuerdo con las palabras de Salomón en Ecl. 3:19, donde dice (en lo que a los cuerpos de barro concierne), que el hombre no es superior a la bestia, porque así como la una muere el otro muere; todos tienen el mismo aliento (nephesh). Todos van a un lugar (es decir, al Mundo del Deseo). Si el preguntante acepta solamente la palabra inglesa y la versión esa de la Biblia, como si el libro hubiera sido escrito directamente en nuestro idioma, le parecería extraño que se le preguntara: Si el hombre ha obtenido su alma según lo describe la Biblia, ¿cuándo recibió la mujer la suya? ¿O es que ella no tiene alma?
¿Es cierto que Eva fue sacada de la costilla de Adán?
Respuesta: Entre los cuarenta y siete traductores de la Biblia del Rey Jaime solamente tres comprendían el hebreo y dos de ellos murieron antes de que se tradujeran los Salmos. Además, en hebreo, especialmente en el hebreo antiguo, no se ponían nunca las vocales, así que la palabra tenía diversos significados según donde se pusieran esas vocales. En el caso de la costilla de Adán, la palabra "costilla", leída en una forma da tsad, que realmente significa costilla, pero leída en otra forma da tsela, que significa costado, lado. Las enseñanzas ocultistas referentes al desarrollo de la Tierra y del hombre indican que hubo un tiempo cuando el hombre era semejante a Dios o Elohim que lo creó. Era macho-hembra, hermafrodita, capaz de generar otro ser de sí mismo. Más tarde se hizo necesario para su futuro desarrollo que tuviera un cerebro. Antes exteriorizaba la doble fuerza creadora, positiva y negativa, pero después se retuvo la mitad de esa fuerza para construir el cerebro, la laringe y el sistema nervioso, como órganos del pensamiento, formando así un conmutador desde el cual pudiera el espíritu manipular su organismo y expresarse vocalmente. Algunos espíritus retienen la fuerza creadora positiva y exteriorizan sólo la negativa, o fuerza femenina, mientras que otros retienen la fuerza femenina o negativa y exteriorizan la positiva. De suerte que puede decirse que Dios sacó un lado de aquel ser, pero no la costilla. El admitir esa versión no sólo dilucida este punto, sino que tiene la virtud de explicar otros hechos inexplicables.
Si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y, por lo tanto, perfecto, ¿por qué fueron necesarias las diferentes épocas anteriores a la caída de Adán y Eva?
Respuesta: El preguntante tiene un malentendido. La Biblia dice que Dios vio su obra y que ésta era buena, pero no perfecta. Si hubiera sido perfecta no hubiera tenido nada más que hacer, y la evolución hubiera sido superflua. La raza humana no se hizo definidamente humana hasta el final de la Época Lemúrica, cuando el espíritu comenzó a entrar en su cuerpo. La humanidad de aquel tiempo, Adán y Eva, era muy diferente de la humanidad actual. Era también producto de la evolución, porque no hay creaciones instantáneas. Esos seres habían progresado a través de estados análogos al vegetal y al animal, viniendo desde el mineral de donde habían partido, y no eran sólo una pareja, como creen la mayoría de los religiosos ortodoxos, sino una humanidad masculina y femenina en el tiempo que menciona la Biblia. Se dice que los creó macho y hembra; además no era la primera vez que el hombre estaba en la Tierra, o que ésta estuvo poblada por vez primera, como puede verse en el Génesis 1:28, donde se les ordenó ir y repoblar (re-llenar) la tierra, demostrando que ésta ya había sido residencia de otros seres antes del advenimiento de los que llama Adán y Eva. Josefo dice que Adán significa tierra roja y el Admah hebreo del que se deriva Adán significa "tierra firme", lo que describe muy bien ese estado. Adm (según dice el texto hebreo) no vino a la Tierra hasta que ésta se solidificó y se hizo firme, si bien vino antes de que la tierra se hubiera enfriado tanto como ahora, así que la tierra era realmente roja y se encontraba en estado ígneo en ese tiempo. El había estado aquí antes. Durante las épocas anteriores a la Lemurica, los espíritus flotaban sobre la tierra en ignición y ayudaron a formarla y modelarla como ahora está. Los espíritus humanos estaban entonces aprendiendo lecciones que no hay para qué tratar aquí. Estábamos inconscientes, pero hicimos el trabajo, así como ahora los órganos digestivos realizan las operaciones químicas necesarias para la digestión y asimilación de los alimentos, aunque no tengamos conciencia de ese proceso. Sin embargo, es evidente que así como los trabajos de los niños en la escuela primaria y en la superior son la base indispensable de las lecciones de la universidad y de la facultad, así también las primeras épocas fueron las piedras fundamentales del estado actual. Eran tan necesarias como el aprender el alfabeto antes de que podamos leer.
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