¿Cuál fue el pecado o la caída del Edén?
Respuesta: Cuando la Tierra surgió del Caos se encontraba primeramente en el estado tenebroso y rojo conocido como Época Polar. Allí desarrolló primero la humanidad un cuerpo denso, pero no igual absolutamente al actual, por supuesto. Cuando el estado de la tierra se hizo ignescente, como en la Época Hiperbórea, se agregó el cuerpo vital y el hombre era entonces análogo al vegetal, es decir, que tenía los mismos vehículos que tienen hoy los vegetales y también una conciencia semejante, o más bien inconsciencia parecida a la del sueño sin ensueños, cuando los cuerpos denso y vital quedan sobré el lecho. En ese tiempo, en la Época Hiperbórea, el cuerpo del hombre era un enorme saco gaseoso flotando sobre la tierra ignescente, y arrojaba de sí esporos parecidos a los de los vegetales, que crecían y eran aprovechados por otras entidades. En ese entonces el hombre era bisexual, hermafrodita. En la Época Lemúrica, cuando la tierra se había enfriado un tanto y comenzaron a salir islas sólidas entre los mares en ebullición, el cuerpo del hombre se solidificó proporcionalmente, teniendo entonces un cuerpo mas semejante al que tiene hoy. Era como un mono, con corto tronco y enormes brazos y piernas, proyectándose los talones hacia atrás y no teniendo casi cabeza; por lo menos la parte superior de ésta faltaba por completo. El hombre vivía en una atmósfera de vapor que los ocultistas llaman neblina de fuego, y no tenía pulmones, sino que respiraba por medio de tubos. Tenía una suerte de vejiga interiormente, la que al llenarla de aire caliente le permitía saltar sobre los enormes abismos y hendiduras que se producían cuando las erupciones volcánicas destruían la tierra sobre la que vivía. En la parte posterior de la cabeza tenía un órgano que ahora se ha retirado al interior de la misma, al que llaman los anatómicos la glándula pineal o tercer ojo, si bien nunca fue un ojo, sino un órgano local de sensación. El cuerpo carecía entonces del tacto o sensación, pero cuando el hombre se acercaba demasiado a un cráter volcánico dicho órgano registraba el calor y evitaba que su cuerpo fuera destruido. Cuando el cuerpo se había solidificado tanto que era ya imposible propagarse por esporos, se hizo necesario desarrollar un órgano del pensamiento, un cerebro. La fuerza creadora que ahora empleamos para construir ferrocarriles, vapores, etc., en el mundo externo, se empleaba entonces internamente en la construcción de órganos. Como todas las demás fuerzas, ésa es positivo negativa. Un polo fue dirigido hacia arriba para la formación del cerebro, dejando al otro disponible para la creación de otro cuerpo. De esta manera el hombre dejó de ser una unidad creadora completa. Cada ser humano poseía la mitad de la fuerza creadora, y entonces tuvieron que buscar su complemento fuera. Pero en ese tiempo ”sus ojos no se habían abierto aún" y los seres humanos de esa edad estaban inconscientes unos de otros en el Mundo Físico, si bien estaban muy conscientes y despiertos en el Mundo Espiritual. Por consiguiente, bajo la dirección de los Ángeles, que estaban especialmente preparados para ayudarlos en lo que con cierne a la propagación, se los juntaba en ciertas épocas del año, cuando las fuerzas planetarias eran propicias, en grandes templos donde se efectuaba el acto creador como un sacrificio religioso. Y cuando este Adán primario se puso en íntimo contacto sexual con la mujer, el espíritu atravesaba por un momento el velo de la carne y "Adán conoció a su mujer"; la sintió físicamente. Esto es lo que relata la Biblia empleando esa casta expresión en todas sus hojas, porque se nos dice que "Elkanah conoció a su esposa Hannah y ella engendró a Samuel". Hasta en el Nuevo Testamento, cuando el ángel anuncia a María que será la madre del Salvador, ella contesta: ¿cómo puede ser eso posible si yo no conozco a ningún hombre? El pecado es la acción contraria a la ley, y mientras la humanidad se propagó bajo la dirección de los ángeles, quienes comprendían las líneas cósmicas de fuerza, el parto fue sin dolor, como lo es aún hoy entre los animales salvajes, los que se propagan sólo en determinada época del año y bajo la dirección del espíritu colectivo. Pero cuando el hombre, obrando según el consejo de ciertos espíritus que se encuentran a mitad del camino entre la humanidad y los ángeles, comenzó a procrear en cualquier época del año, sin tener en cuenta las líneas de fuerza cósmicas, ese pecado, o el "comer del árbol del conocimiento", produjo el parto doloroso que el Ángel había predicho a Eva. No la maldijo, sino que simplemente se limitó a indicar el resultado del uso ignorante de la función creadora.
El Árbol de la Vida, del que se habla en la Biblia ¿es lo mismo que la piedra filosofal de los alquimistas?
Respuesta: Sí y no. Para comprender el asunto es necesario retroceder en la historia de la humanidad. Hubo un tiempo en que esta era bisexual y podía generar cuerpos sin ayuda de otro. Pero cuando se hizo necesario formar el cerebro para que el espíritu pudiera crear mediante el pensamiento así como en el Mundo Físico, la mitad de dicha fuerza sexual se retuvo para construir el Órgano del pensamiento. Entonces se hizo necesario para cada ser humano buscara la cooperación de otro que expresara el polo contrario de la fuerza sexual que él tenía disponible para propósitos sexuales. No teniendo cerebro, y como sus ojos no se habían abierto, estaban, por supuesto, inconscientes en el Mundo Físico y no podían guiarse a sí mismos. Por consiguiente, los ángeles los juntaban en ciertas épocas del año cuando las fuerzas planetarias eran propicias a la realización del acto generador como un sacrificio religioso, en el cual daban parte de sus cuerpos para generar un vehículo para otro espíritu. En ese estrecho contacto el espíritu atravesaba un instante el velo de la carne y Adán conoció a su esposa. Más tarde, cuando la conciencia de la humanidad se había concentrado un poco más en el Mundo Físico y cuando algunos de entre ellos comenzaron a percibir los cuerpos de los que estamos tan conscientes ahora, esos precursores comenzaron a predicar el evangelio del cuerpo, diciendo a los demás que poseían un cuerpo físico, pues la mayoría estaba inconsciente de ese instrumento, así como nosotros estamos ahora inconscientes del estómago cuando gozamos de buena salud. Se notó también que esos cuerpos morían, y entonces los precursores se preocuparon de cómo ese cuerpo podía ser reemplazado. La solución a este problema se la dieron cierta clase de espíritus rezagados de la evolución de los ángeles, que eran unos semidioses, por así decirlo. Esos espíritus luciferes o dadores de luz iluminaron a la humanidad naciente respecto a sus poderes de generar cuerpos en cualquier tiempo. Pero esos cuerpos no eran perfectos entonces, tampoco lo son actualmente y por supuesto, la generación sin tener en cuenta las condiciones planetarias han producido hasta cuerpos inferiores a los que habrían sido generados en caso contrario, además de los dolores de parto que el ángel profetizara. Desde entonces la función procreadora se ha ejercido sin restricción por la ignorante raza humana. Pero mediante la muerte, los ángeles enseñan a la humanidad, entre la muerte y el nuevo nacimiento, cómo construir cuerpos de creciente y gradual perfección. Si el hombre hubiera aprendido en ese lejanísimo pasado cómo renovar su cuerpo vital, ya que se le enseñó a crear cuerpos densos a voluntad, la muerte hubiera sido una imposibilidad y el hombre se hubiera hecho inmortal como los dioses. Pero entonces también habría inmortalizado sus imperfecciones y convertido el progreso en una imposibilidad. A esta renovación del cuerpo vital se refiere la Biblia cuando habla del Árbol de la Vida. Cuando el hombre se iluminó respecto de la generación era todavía un ser espiritual cuyos ojos no estaban cegados aun por el mundo material, Y podía haber aprendido el secreto de vitalizar su cuerpo a voluntad, frustrando así su evolución. Vemos, pues, que la muerte, cuando viene naturalmente, no es una maldición, sino nuestro mejor y más grande amigo, porque nos libra de un instrumento en el cual ya no podemos aprender nada; nos saca de un ambiente que ya hemos aprovechado, para que podamos aprender a construir un cuerpo mejor en un ambiente mejor, en el que podremos progresar más hacia la meta de la perfección. En este peregrinaje llegará al fin un tiempo en el que el hombre estará preparado para, poseer los poderes de la vida. Su cuerpo se purificará y le servirá durante mucho más tiempo que ahora. Entonces empezará a buscar la piedra filosofal, el elixir de vida, o el nombre que le dé. Los alquimistas trataban de obtener ese vehículo puro y santo, pero no mediante procesos químicos hechos en sus laboratorios, según supone. la muchedumbre ignorante. La nomenclatura que dio color a esa idea era necesaria, porque vivían en una edad en la que una iglesia dominante y apóstata los hubiera llevado a la muerte si esa verdad se hubiera conocido. Cuando hablaban de trasmutar los bajos metales en oro decían la verdad, no sólo desde el punto de vista material, sino también del espiritual, porque el oro ha sido siempre el símbolo del espíritu y esos alquimistas trataban de purificar sus cuerpos, que eran de naturaleza inferior, para convertirlos en superiores o espiritualizarlos. En todas partes la transparencia se ha empleado para designar el poder de la pureza. En el Antiguo Testamento se habla del templo de Salmón, que se "construyó sin resonar de martillos". El más hermoso ornamento era el mar fundido. Hiram Abiff, el constructor, como ultima realización consiguió trasmutar todos los metales de la tierra haciéndolos tan transparentes como el cristal. En el Nuevo Testamento se habla de una hermosa ciudad que tenía un mar de cristal. En el Oriente el Iniciado trata de convertirse en un alma diamantina, pura y transparente. En el Occidente la Piedra Filosofal es el símbolo del alma purificada, extraída de cuerpos que se han trasmutado y espiritualizado. El alma que peque morirá, pero el alma pura se inmortalizará mediante el elixir de vida, el Árbol de la Vida, convirtiéndose en un cuerpo vital que durará milenios como vehículos del espíritu.
El Señor apreciaba los sacrificios u ofrendas sangrientas de Abel, pero no las dulces y limpias ofrendas de Caín. ¿Por qué?
Respuesta: El preguntante padece un malentendido. La ofrenda de Abel no era sangrienta. En ninguna parte se dice que Abel matara animales. La leyenda de los francmasones ocultos que daremos en parte, cuenta esta historia: En un tiempo Elohim creó a Eva, se unió a ella y nació Caín; pero él la abandonó antes de que naciera Caín, así que Caín fue "el hijo de la viuda". Entonces el Elohim Jehová creó a Adán, quien se unió a Eva, y nació Abel. A su tiempo Caín y Abel llevaron sus ofrendas a Jehová. Abel llevó de los rebaños creados por Dios, mientras que Caín llevó la obra de sus propias manos, los granos. Y Jehová recibió la ofrenda que Abel ya había encontrado al alcance de su mano, hecha por la Naturaleza, y despreció el sacrificio fruto de la habilidad creadora de Caín. Entonces Caín mató a Abel y fue maldecido. Adán se unió nuevamente a Eva y nació Set. De Caín y Set descendieron dos clases de seres humanos. Los descendientes de Caín fueron Tubal-Caín e Hiram Abiff, astutos maestros constructores, que sabían cómo modelar cosas con sus manos, teniendo dentro de si mismos el divino poder de creación, el poder de hacer crecer dos hierbas donde no había más que una, y de ellos vinieron todos los que trabajan con sus manos y tratan de conquistar la tierra y sus recursos. De Set descendieron los reyes y los sacerdotes que recibían su sabiduría ya hecha de los Dioses, y que tomaban las cosas tal como las encontraban. Entre ellos estaba Salomón, el más sabio de los hombres, quien no había hecho por sí mismo su sabiduría, sino que la había recibido como un don de Dios. Esas dos clases se encuentran todavía sobre la tierra y están batallando por la supremacía. Los unos son los poderes temporales progresivos, los otros la fuerza sacerdotal conservadora. La razón por qué Jehová aceptó la ofrenda de Abel fue porque éste había tomado las cosas tal como habían sido creadas, era un hijo del hombre que no aspiraba a la creación divina. Pero Caín era de naturaleza divina; tenía en sí mismo el instinto creador, y esto no era del agrado de su Dios.
¿Cuál es el significado esotérico del Arca de la Alianza?
Respuesta: En los primeros capítulos de la Biblia se habla de la Caída, cuando el hombre se hizo cargo de la fuerza creadora y la empleó ignorantemente, pecando así contra las leyes de la Naturaleza. La propagación es una facultad del cuerpo vital, que es la sombra del espíritu de vida, el segundo aspecto del triple espíritu del hombre. Se dice que se pusieron a los Querubines de guardia, con espadas de fuego, con objeto de impedir que el hombre volviera a entrar en el Paraíso y comiera del Árbol de la Vida, haciéndose así inmortal, pues los Querubines son la gran jerarquía creadora que tenía la tierra a su cargo durante el Período Solar, cuando germinó el cuerpo vital y despertó el espíritu de vida. Entonces comenzó el largo peregrinaje a través del desierto de la materia, y el arca de la alianza era el símbolo del hombre en ese aspecto migratorio de su existencia. Durante el peregrinaje por el desierto, las varas que servían para llevar el arca quedaban siempre en su lugar, mostrando así que no había lugar de reposo; pero cuando llegaron al templo construido sin resonar de martillos, el Templo de Salomón, terminó su peregrinaje, y entonces se sacaron dichas varas. Como símbolo del hombre el arca contenía el Libro de la Ley, dado para enseñar al hombre a obrar bien. Allí estaba la rama de Aarón, la varilla del poder, que simboliza la fuerza espiritual latente en todos los hombres. Esa varilla era como la lanza de Parsifal, instrumento dañino en manos de Klingsor, el mago negro, y lo mismo en manos del soldado romano; pero Parsifal, puro y espiritual, la empleó para curar la herida de Amfortas. La vara de Aarón había sido empleada entre los egipcios para causar plagas y tristezas, y entonces fue escondida en el arca, simbolizando el hecho de que el hombre poseyó en un tiempo el poder espiritual y lo empleó mal, y por esto actualmente está oculto dentro de él. Allí estaba la vasija de maná. Este no era un alimento para el cuerpo, como se explica materialísticamente. La palabra maná es casi universal. En sánscrito tenemos manas, el pensador. En alemán, inglés, escandinavo y en otros muchos idiomas, tenemos la misma palabra man para designar al pensador. El colocar la vasija de maná dentro del arca conmemora el tiempo cuando el Ego entró en la forma que había construido y se convirtió en un espíritu interno individual. Esa fue la caída en las condiciones materiales que requería la generación de cuerpos densos. Cuando el hombre se arrogó el poder de generar en cualquier tiempo fue desterrado de la Región Eterica, para impedir que poseyera el secreto de vitalizar los cuerpos imperfectos que había generado, haciendo así imposible la evolución Indicamos en la primera parte de nuestra contestación que los Querubines eran los autores de nuestros poderes vitales, así que ellos tienen que custodiarlos hasta que el hombre se haya calificado para conocerlos. Por consiguiente se dice que se colocaron en el Jardín del Edén con una espada de fuego, y es muy significativo que sobre las puertas del Templo de Salomón estaban también los Querubines, pero no tenían ya más la espada de fuego, sino una flor abierta. La flor es el órgano generador de la planta, la que realiza el acto generador en una forma purísima y desapasionada, y cuando el hombre haya aprendido a ser puro y desapasionado, de manera que toda forma sea concebida inmaculadamente, podrá entrar en el Templo de Salomón, y podrá quedarse allí, puesto que eso significa el haber sacado las varas del arca, según se dice proféticamente en la Revelación, donde dice el espíritu: "A todo aquel que triunfe lo convertiré en un pilar de la Casa de mi Dios y de allí no saldrá más".
¿Tienen algún significado oculto las diversas fiestas cristianas del año?
Respuesta: Sí, las fiestas del año tienen el más profundo significado oculto. Desde el punto de vista material los planetas no son más que masas de materia que marchan por sus órbitas siguiendo las tituladas leyes ciegas, pero para el ocultista son Grandes Espíritus que se mueven en el espacio, así como nosotros nos movemos en el mundo. Cuando vemos gesticular a alguien atribuimos siempre algún significado a sus gestos. Si sacude su cabeza sabemos que está negándose a alguna proposición; si la mueve de arriba para abajo, deducimos que conviene en ello. Si levanta la mano con la palma hacia si sabemos que está llamando a alguien, pero si dirige las palmas hacia afuera comprendemos que nos dice que nos detengamos. Cuando se trata del universo, generalmente no atribuimos el menor significado a la posición alterada de los planetas, pero el ocultista sabe el profundo significado que tienen los diversos fenómenos celestes. Corresponden a los gestos del hombre. Krishna significa ungido, y todos los que tenían que realizar misiones especiales eran ungidos en los tiempos antiguos. Cuando en el invierno el Sol está bajo el Ecuador en el nadir de su trayectoria, los impulsos espirituales son intensísimos en el mundo. Pero para nuestro bienestar material es necesario, sin embargo, que el Sol vuelva de nuevo al hemisferio norte, y por eso decimos cuando el Sol comienza su jornada hacia el Norte que es Navidad (Christmas) el nacimiento del Salvador, ungido para salvarnos del hambre y del frío que se producirían si se quedara siempre en el nadir. Conforme el Sol va hacia el ecuador, pasa por el signo Acuario, el aguador, y entonces vienen las lluvias que inundan la tierra, simbolizando el bautismo del Salvador. Después viene el pasaje del Sol por el signo Piscis, los peces, en el mes de marzo. Las existencias del año anterior ya se han consumido y el alimento del hombre escasea, y de ahí el largo ayuno de la Cuaresma, y el comer pescado entonces es el símbolo de esa fase de la jornada solar. Después viene la Pascua (Passover) cuando el Sol pasa el Ecuador (when the Sun passed over the equator). Entonces es el tiempo de la Pascua de Resurrección (Easter) cuando el Sol está en el modo oriental (eastern), y el cruce del ecuador está simbolizado por la crusificación o crucifixión del Salvador; el Sol pasa entonces el signo de Aries, el Carnero y se convierte en el Cordero de Dios, dado para la salvación del mundo, en el tiempo en que las plantas comienzan a brotar. Con objeto de que el Sacrificio beneficie al hombre el Sol tiene que ascender a los cielos, donde sus rayos tendrán el poder de madurar los granos y las uvas, y de ahí tenemos la fiesta de la Ascensión del Salvador al trono de su Padre, que es el Solsticio de verano de Junio. Allí se queda el Sol tres días, y cuando el dicho “de allí volveré” tiene lugar empieza el Sol su jornada hacia el nodo occidental. Cuando entra en el signo Virgo, la Virgen, tenemos la fiesta de la Asunción, y más tarde, cuando deja el signo Virgo, la natividad de la virgen, que parece haber nacido del Sol. La fiesta judía de los Tabernáculos se efectuaba cuando el Sol cruzaba el ecuador en dirección a los meses invernales, y esta fiesta era acompañada siempre por la de los cereales y la recolección de las uvas, que eran los presentes que el Dios solar daba a sus adoradores. Así que todas las fiestas del año están relacionadas con los movimientos de los astros en el espacio.
Habéis dicho que Cristo se encarnó sólo una vez, en Jesús; ¿no se había encarnado antes en Gautama, Buda y en Krishna?
Respuesta: No. Jesús mismo era un espíritu que pertenecía a nuestra evolución humana, y lo mismo Buda. El autor no tiene información respecto a Krishna, pero está inclinado a creer que era también un espíritu que pertenecía a nuestra raza humana, porque los relatos hindúes concernientes al mismo hablan de cómo entró en los cielos y de lo que tuvo lugar allí. El espíritu de Cristo, que entró en el cuerpo de Jesús cuando Jesús lo abandonó, era un rayo del Cristo cósmico. Podemos seguir a Jesús a través de sus vidas anteriores y podemos ver su crecimiento hasta nuestros días. El espíritu de Cristo, por el contrario, no puede encontrarse entre los espíritus humanos absolutamente. Podemos decir que antes de la venida de Cristo éste trabajó sobre la Tierra desde afuera, similarmente a como el espíritu colectivo obra sobre los animales desde el exterior, guiándolos y ayudándolos hasta que se han individualizado suficientemente como para permitir la entrada de un espíritu individual. En la Tierra no había espíritu interno antes de la venida de Cristo, pero cuando se consumó el sacrificio del Gólgota y el Espíritu de Cristo se libertó del cuerpo de Jesús entró en la Tierra convirtiéndose en el Espíritu Terrestre interno, del que dice San Pablo que está ansiando y trabajando por el día de la liberación, porque, contrariamente a la opinión aceptada, el sacrificio del Gólgota no terminó con la muerte del cuerpo de Jesús; en realidad puede decirse que eso sólo fue el principio; el sacrificio continuará hasta que hayamos desarrollado el altruismo y el amor, los que liberarán al Espíritu Terrestre de las abrumadoras condiciones de la existencia material, cuando la necesidad de guiarnos haya terminado.
Se dice que Dios amaba tanto al mundo que dio a su único Hijo y que cualquiera que en El creyera no moriría, sino que tendrá vida eterna". ¿cómo se puede reconciliar esa idea con las palabras de Cristo: Vine, no a traer paz, sino una espada?
Respuesta: Se dice que la "ley y los profetas fueron hasta la venida de Cristo" y hay cuatro grados mediante los cuales el hombre se eleva hasta Dios. Al principio, cuando despierta a la conciencia del Mundo Físico y está en estado salvaje, se encuentra rodeado por otros hombres, los que debido a las circunstancias, se ven obligados a luchar por la vida, entre los cuales el poder es un derecho; entonces aprende a confiar en su propia fuerza para salvarse de las asechanzas de los animales y de los demás hombres. Pero percibe en torno suyo los poderes de la Naturaleza, y los teme, porque sabe que pueden matarlo y que es impotente para luchar con ellos. Entonces empieza a adorarlos, tratando de propiciarse a Dios: a quien teme, por medio de sacrificios sangrientos. Después comienza a considerar a Dios como el dador de todas las cosas, quien lo recompensará aquí y ahora si obedece su ley, y lo castigará instantáneamente si la desobedece. Será un poderoso aliado contra sus enemigos, pero puede ser también un enemigo poderoso, y por consiguiente le teme también. Y así lo adora y le sacrifica anímales por miedo y avaricia. Más tarde llega al estado en el que se le enseña a adorar a un Dios de amor y a sacrificarse por el mismo diariamente, toda su vida, pues se le recompensará en un estado futuro en el que debe tener fe, y cuyo estado no se lo describen claramente. Finalmente, el hombre llega al estado en el que reconoce su propia divinidad y hará el bien porque es bueno, sin esperar ni recompensa ni castigo. Los judíos habían alcanzado el segundo de esos estados y estaban bajo la ley. La religión cristiana se va elevando por el tercer estado, si bien no se ha librado del todo del segundo. Todos nosotros estamos aún bajo leyes hechas por Dios y por el hombre para subyugar nuestros cuerpos de deseos por el miedo, pero para desarrollarnos espiritualmente desde ahora debemos sensibilizar nuestro cuerpo vital, que es sólo dirigible por el amor, no reconociendo absolutamente la ley que gobierna la naturaleza emocional. Con objeto de preparar ese estado futuro, los sacerdotes, quienes estaban más desarrollados que la gente ordinaria, se mantuvieron separados y aparte. Sabemos que en el Oriente sólo cierta casta, los brahmanes, podían entrar en los templos y realizar los servicios religiosos. Entre los judíos sólo los levitas podían aproximarse al santuario, y en otras naciones sucedía lo mismo. Los sacerdotes eran siempre una clase distinta, que no podían casarse con el resto del pueblo. Estaban separados y aparte en todo respecto. Eso era debido a que los guías de la humanidad podían usar solamente la excitación cuando existía cierta lasitud entre el cuerpo vital y el denso. Así que eligieron a esos sacerdotes y los agrupaban en los templos, regulando toda su vida, su sexualidad, etc., en toda su extensión. Pero cuando Cristo se liberó del cuerpo de Jesús y difundió Su Ser por todo el mundo, el velo se rompió, simbolizando el hecho de que la necesidad de condiciones especiales había cesado de existir. Desde ese entonces el éter ha estado cambiando la tierra. Una creciente intensidad vibratoria permite la expresión de las cualidades altruistas. El comienzo de esa enorme vibración fue lo que produjo la oscuridad que siguió a la crucifixión. No era oscuridad en manera alguna, sino una luz intensa que cegó al pueblo hasta que las vibraciones fueron disminuyendo por la inmersión en el cuerpo denso, físico de la Tierra. Pocas horas después el radiante Espíritu Cristo había entrado en la Tierra suficientemente como para restablecer las condiciones normales. Pero gradualmente ese poder interno va elevándose, y las vibraciones etéricas están acelerándose, aumentando el altruismo y el crecimiento espiritual. Así que las condiciones actuales son tales que no hay necesidad alguna de una clase especial privilegiada, pero todos y cada uno deben aspirar a entrar en el sendero de la iniciación. Sin embargo, las antiguas condiciones mueren con dificultad; bajo el régimen de Jehová, el Espíritu de la Luna, la humanidad se separó en naciones, y con objeto de que él pudiera guiarlas se hizo necesario que algunas veces empleara una nación para castigar a otra, pues la humanidad no era entonces dirigible por el amor sólo obedecía al látigo del miedo. Antes de que la Gran Fraternidad Universal de Amor pueda formarse, será necesario deshacer esas naciones, pues si tenemos varios montones de ladrillos y queremos construir un gran edificio es necesario primero que separemos esos montones en ladrillos individuales, aprovechándolos así para formar el gran edificio. Por lo tanto, Cristo dijo: "yo no vengo a traer la paz, sino una espada". Debemos sobrepasar el patriotismo y aprender a decir con esa gran alma, Tomás Paine: "El mundo es mi patria y hacer el bien mi religión". Hasta ese entonces habrá guerras, y cuantas más mejor, porque entonces veremos más pronto su horror, lo que nos obligará a hacer la paz. En la Santa Noche, cuando nació Cristo, los ángeles cantaron una canción: "Paz en la Tierra y buena voluntad a los hombres". Más tarde el niño creció y dijo: "Yo no vengo a traer paz, sino una espada", y la religión cristiana ha sido la más sangrienta de todas las religiones humanas. Ha llevado la desolación y el dolor a todas partes donde ha ido; pero, aparte de todo eso, llegará un tiempo en el que la canción de los Ángeles se convertirá en una realidad y entonces se vivirán las palabras de Cristo sobre el amor al prójimo. Cuando la espada haya hecho su obra se transformará en un arado, y entonces ya no habrá más guerras, porque tampoco habrá más naciones.
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