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De: moriajoan (Mensaje original) |
Enviado: 22/01/2012 11:39 |
PREGUNTAS REFERENTES A
Si somos espíritus puros y parte de un Dios omnisciente ¿Por qué fue necesario que hiciéramos este largo peregrinaje de pecados y dolores a través de la materia?
Respuesta: Al principio de la manifestación, Dios diferencia dentro de Sí Mismo una multitud de inteligencias espirituales potenciales, como las chispas que emite un fuego. Esas inteligencias espirituales eran, pues, llamas o fuegos potenciales, pero no eran aún llamas, porque, aunque dotadas con la omniconciencia de Dios, carecían de la conciencia de sí mismas; siendo potencialmente omnipotentes como Dios, les faltaba el poder dinámico utilizable en cualquier momento, de acuerdo con su voluntad; y con objeto de que se pudieran desarrollar esas cualidades, fue indispensable que pasaran por la materia. Por lo tanto, durante la involución cada chispa divina fue encerrada en varios vehículos de suficiente densidad como para cerrar el mundo a su conciencia. Entonces, el espíritu interno, no pudiendo estar más en contacto con lo externo, se vuelve y se encuentra a sí mismo. Con la conciencia de sí empieza la lucha del espíritu para libertarse de su prisión y, durante la evolución, los diversos vehículos que el espíritu posee, se espiritualizan convirtiéndose en alma, así que, al final de la manifestación, el espíritu no sólo habrá obtenido la conciencia de sí mismo, sino también poder anímico. Hay cierta tendencia en muchas personas a creer que todo lo que es, es el resultado de algo anterior, no dejando así lugar alguno para algo original. Los que estudian la vida, hablan solamente de involución y evolución; los que estudian la forma es decir, los científicos modernos, se relacionan con la evolución solamente, pero los más adelantados de entre ellos están empezando ahora a encontrar otro factor, que han llamado epigénesis. Ya en 1757, Gaspar Wolff emitió su Theorea Generationis, en la que se muestra que, en el desarrollo del óvulo, hay una serie de nuevas formaciones, no determinadas por lo ya efectuado, y Haeckel, endosando esa obra, dice que en nuestros días no está justificado llamar "teoría" a la epigénesis, porque es un hecho que puede demostrarse en el caso de las formas inferiores, cuyos cambios son rápidos, lo que puede observarse por medio del microscopio. Desde que se le dio la mente al hombre, ese impulso creador original, la epigénesis, es lo que ha sido la causa de todo nuestro desenvolvimiento. Ciertamente, construimos sobre lo que ya ha sido creado, pero hay además algo nuevo, debido a la actividad del espíritu, y es en esa forma que nos convertimos en creadores, por que si sólo imitáramos lo que ya ha sido hecho por Dios o por los Ángeles, no nos sería nunca posible convertirnos en inteligencias creadoras: seríamos simples imitadores. Y aún cuando cometamos errores, puede decirse que, muy frecuentemente, aprendemos mucho más de nuestros errores que de nuestros éxitos. El pecado y el sufrimiento de los que habla el preguntante, son meramente el resultado de los errores que hacemos, y su impresión en nuestra conciencia nos obliga a obrar en otros sentidos que encontramos son buenos; es decir, que están en armonía con la Naturaleza. Así que este mundo es una escuela de desenvolvimiento y no un valle de lágrimas en el que hubiéramos sido colocados por un caprichoso Dios. (Véase la pregunta núm. 9.)
Si "Dios hizo al hombre un poco inferior a los Ángeles", ¿cómo es posible que el hombre llegue a convertirse, en último término, en superior a ellos en el Mundo Espiritual?
Respuesta: Esta pregunta revela un malentendido por parte del preguntante. Nunca se ha dicho eso en las enseñanzas rosacruces, pero sí se ha dicho algo que puede haber sido comprendido así por error de interpretación. El hecho es que la evolución se desarrolla en espiral y por lo tanto jamás se repite el mismo estado o condición. Los Ángeles pertenecen a una corriente evolutiva anterior, y fueron humanos en una encarnación previa de la Tierra, llamada el Período Lunar por los Rosacruces. Los Arcángeles son la humanidad del Período Solar y los Señores de la Mente, a quienes San Pablo llama "los Poderes de las Tinieblas", fueron la humanidad del tenebroso Período de Saturno. Nosotros somos la humanidad del cuarto período del actual plan evolutivo de manifestación, el Período Terrestre. Como todos los seres del Universo están progresando, las humanidades de los períodos precedentes han progresado también, así que están ahora en un estado superior a aquel en el que se encontraban cuando eran humanos: ellas son suprahumanas. Por consiguiente, es perfectamente verídico que Dios hizo al hombre un poco inferior a los ángeles. Pero como todo está en un estado de progresión espiral, es también cierto que nuestra humanidad actual es una humanidad superior y más elevada que la que constituyeron los ángeles: y que éstos fueron una humanidad de orden superior a la de los arcángeles, cuando eran humanos. En el próximo paso llegaremos a un estado análogo al que ocupan actualmente los ángeles, y seremos superiores a lo que ellos son ahora.
¿Por qué fue necesario que viniéramos a esta existencia física? ¿No podíamos haber aprendido las mismas lecciones sin necesidad de ser aprisionados y limitados por las densas condiciones del mundo material?
Respuesta: El Nuevo Testamento fue escrito en griego originalmente, y la palabra Logos significa a la vez la palabra y el pensamiento que a la palabra precede, así que, cuando San Juan nos habla, en el primer capítulo de su evangelio, de que "En el principio fue el verbo, y el verbo era con Dios y el verbo era Dios", podemos también traducir ese versículo así: "En el principio fue el pensamiento, y el verbo era con Dios y Dios era el verbo". Todo existe en virtud de ese hecho (la palabra). En ella está la "vida". Todo cuanto existe en el universo fue primeramente un pensamiento; ese pensamiento manifestóse entonces como una palabra, un sonido, que hizo todas las formas, manifestándose como la vida que anima a esas formas. Ese es el proceso de la creación, y el hombre, que fue hecho a imagen de Dios, crea en la misma forma hasta cierto punto. Tiene la capacidad de pensar, puede vocalizar sus pensamientos y, en esa forma, puede asegurarse la ayuda de los demás para realizar su pensamiento, cuando no es capaz de realizarlo el solo. Pero, vendrá un tiempo, en el que podrá crear directamente por medio de la palabra de sus labios, y ahora está aprendiendo a crear por otros medios, así que, cuando a su debido tiempo, pueda emplear su palabra, para crear directamente, sabrá cómo hacerlo. Ese ejercitamiento es absolutamente necesario. Actualmente cometería muchos errores. Y, además, como no es bueno todavía, produciría creaciones demoníacas. En sus primeros pasos, el hombre empleó los sólidas; la fuerza muscular era su único medio para realizar una obra, y los primeros instrumentos con que armó su brazo, fueron huesos y piedras, convenientemente afilados. Más tarde, se confió por vez primera a las aguas -un líquido- y la rueda de agua fue su primera maquinaria. El líquido es mucho más fuerte que el sólido. Una ola puede deshacer la obra muerta de un barco, echar abajo sus mástiles y torcer una barra de hierro como si fuera un alambre; pero la energía del agua es una fuerza estacionaria y, por lo tanto, limita su trabajo a la inmediata vecindad. Cuando el hombre comenzó a emplear la fuerza aun más sutil del aire, le fue posible levantar molinos de viento en cualquier parte del mundo, y hacer barcos de vela que pusieran en comunicación unas partes con otras. Así que, el nuevo paso del hombre en el camino de su desarrollo, lo efectuó mediante el empleo de una fuerza aún más sutil que el agua y más universalmente aplicable que ese elemento. Pero el viento es inestable y no se puede confiar en él; por consiguiente, el progreso de la civilización humana, adquirido por su intermedio, es insignificante si se lo compara con el realizado mediante un gas aun más sutil, el vapor, pues este puede producirse en cualquier momento y en todas partes, y el progreso del mundo ha sido enorme desde su descubrimiento. Hay, no obstante, un serio inconveniente u obstáculo a su utilidad, y es que el vapor necesita una complicada maquinaria. Este obstáculo queda eliminado prácticamente mediante el empleo de una fuerza aún más sutil, más fácilmente transmisible: la electricidad, que es invisible e intangible. Así que, podemos ver, que el progreso del hombre en el pasado ha dependido de la utilización de fuerzas de creciente sutilidad, siendo cada fuerza de la escala más fácilmente transmisible que la anterior, y podemos deducir sencillamente que el progreso futuro depende del descubrimiento de fuerzas aun más sutiles, transmisibles con mayor facilidad. Sabemos que lo que llamamos radiotelegrafía no necesita el empleo de alambres, pero, hasta ese sistema, no es ideal, pues depende de la energía generada en una estación central, la que es estacionaria. Esto requiere el empleo de maquinaria muy costosa y está, por consiguiente, fuera del alcance de la mayoría. La fuerza ideal sería un poder que el hombre pudiera generar dentro de sí mismo en cualquier momento, sin necesidad de maquinaria. Hace algunas décadas, Julio Verne nos distrajo evocando ante nuestra imaginación los submarinos y la vuelta al mundo en ochenta días, etc. Hoy en día, las cosas que él describió, se han convertido en realidades que hasta han sobrepasado a la imaginación del autor, y el día llegará en el que podremos usar un poder semejante al que hemos mencionado más arriba. Bulwer Lytton, en su obra La Raza Futura nos habla de una fuerza llamada Vril, que poseían ciertos seres imaginarios, mediante la cual podían moverse sobre la tierra o el aire y hacer otras muchas cosas. Esa fuerza está latente en cada uno de nosotros, y algunas veces hablamos de ella llamándola emoción. Vemos su poder inmenso en ciertas ocasiones, como en la ira, y entonces decimos que el "hombre ha perdido la cabeza". Ninguna tarea cansa tanto al cuerpo físico como dejarse llevar por un acceso de ira. Generalmente, en nuestros tiempos, esa enorme fuerza duerme, y es muy conveniente que permanezca así, hasta que hayamos aprendido a dirigirla por medio del pensamiento que es una fuerza aun más sutil. Este mundo es la escuela donde se nos enseña a pensar y a sentir correctamente, calificándonos así para el empleo de esas dos sutiles fuerzas: el poder del pensamiento y el poder de la emoción. Una ilustración dilucidará cómo este mundo llena ese propósito. A un inventor se le ocurre una idea. Esta idea no es todavía un pensamiento, sino sólo un relámpago que aún no ha toma formado pero gradualmente, aquél la visualiza en su mente. Entonces forma mentalmente una máquina, y ante su visión mental esa máquina se le presenta en pleno movimiento, girando todas sus ruedas en ésta o en aquella forma, según sea necesario para ejecutar el trabajo requerido. Luego, el inventor empieza a dibujar los planos de su máquina, y hasta en ese estado de concreción es muy probable que se vea que son necesarias ciertas modificaciones. Vemos, pues, que las condiciones físicas demuestran al inventor que su pensamiento no era correcto. Cuando construye su máquina con los materiales convenientes, según sea el trabajo que tenga que realizar, se verá que son necesarias nuevas modificaciones. Y quizás puede verse obligado a desechar completamente su primera máquina, y a concebir una nueva. De esta suerte, las condiciones físicas, concretas, le permiten ver los defectos de su raciocinio; lo obligan a ejecutar las modificaciones necesarias en su pensamiento original, para producir la máquina que deba efectuar un determinado trabajo. Si sólo hubiera habido un Mundo Mental, no sabría que había cometido un error, pero las condiciones físicas, concretas, le demuestran que su pensamiento era incorrecto. El Mundo Físico enseña al inventor a pensar correctamente, y sus éxitos son las plasmaciones o cuerpos de sus pensamientos exactos. En todo esfuerzo mercantil, social o filantrópico, obra el mismo principio. Si nuestras ideas concernientes a los diversos asuntos de la vida son inexactas, se corrigen cuando se llevan a la práctica, de suerte que este mundo es una necesidad absoluta para enseñarnos a emplear el poder del pensamiento y del deseo, estando actualmente esas fuerzas muy subyugadas por nuestras condiciones materiales. Pero, conforme pase el tiempo y aprendamos a pensar correctamente más y más, obtendremos finalmente tal poder mental que podremos pensar el pensamiento exacto inmediatamente en todos los casos, sin necesidad de hacer ningún experimento, y podremos también hablar nuestro pensamiento convirtiéndolo en un ser real, en una cosa. Hubo un tiempo en un lejano, lejanísimo pasado, en el que el hombre era todavía un ser espiritual y las condiciones de la Tierra eran más plásticas. Entonces se le enseñó directamente, por los Dioses, a emplear la palabra como medio de crear, y así obró para formar las plantas y los animales. Se nos dice en la Biblia, que "Dios llevó a los animales ante el hombre y éste les dio nombre". Este nombre no era simplemente el llamar al león, león, sino que era un proceso creador que dio al hombre poder sobre la cosa nombrada, y únicamente cuando el egoísmo, la crueldad y las pasiones, vinieron, se perdió la palabra de poder de la que hablan los masones. Cuando la santidad haya de nuevo ocupado el lugar de la profanación, se encontrará nuevamente la palabra, convirtiéndose en el poder creador del hombre divino del futuro.
Si esta vida terrestre es tan importante y es, en realidad, la base de nuestro crecimiento anímico, siendo este último el resultado de las experiencias que aquí obtenemos, ¿por qué nuestra vida terrestre es tan corta en comparación con la vida en los mundos internos, la que se aproxima a un millar de años entre dos vidas terrestres?
Respuesta: Todo lo que hay en este mundo y que halla sido hecho por la mano del hombre, es pensamiento cristalizado; las sillas sobre las que nos sentamos; las casas en que vivimos, los teléfonos, buques, locomotoras, etc., fueron una vez pensamientos en la mente humana. Si no hubiera sido por ese pensamiento, la cosa no habría aparecido jamás. De parecida manera, los árboles, flores, montañas y mares, son los pensamientos cristalizados de las fuerzas de la Naturaleza. El hombre, cuando deja este cuerpo al morir y entra en el segundo cielo, se identifica con esas fuerzas de la Naturaleza; entonces trabaja bajo la dirección de las jerarquías creadoras, construyéndose para sí mismo el alrededor ambiente que le será necesario para su próximo paso de desarrollo. Allí construye, en materia mental, los arquetipos de la tierra y del mar; obra sobre la flora y la fauna: crea todo lo de su alrededor ambiente como formas mentales, y en la misma proporción en que cambie las condiciones, aparecerán éstas cuando renazca. Pero hacer cosas de materia mental es muy diferente que hacerlas de materia concreta. Actualmente somos pensadores muy pobres, y por lo tanto se necesita un gran período de tiempo para que hagamos esas formas mentales en el segundo cielo; entonces, también, debemos esperar un tiempo considerable antes de que esas formas mentales se hayan cristalizado convirtiéndose en un alrededor ambiente físico, real, al que vamos a ir. Por consiguiente, es necesario que estemos en el Mundo Celeste mucho más tiempo que el que estamos en la vida terrestre. Cuando hayamos aprendido a pensar correctamente podremos crear cosas aquí, en el Mundo Físico, en mucho menos tiempo que el que ahora tardamos en formarlas laboriosamente, Ni será entonces necesario estar fuera de la vida terrestre tanto como ahora.
¿Cuánto tiempo pasará antes de que podamos estar sin cuerpos físicos y funcionar en los Mundos Espirituales de nuevo?
Respuesta: Esta pregunta revela un estado mental que es muy corriente entre muchas personas ya familiarizadas con el hecho de que poseemos cuerpos espirituales, en los que nos podemos mover en el espacio con la rapidez de la luz, cuerpos que no necesitan vestidos materiales y que, por lo tanto, no necesitan los cuidados de sus poseedores. Esas personas están deseando el día en el que puedan volar con esas alas y desprecian este “bajo, grosero y mortal instrumento”. Este estado mental es poco afortunado. Deberíamos estar sumamente agradecidos por el instrumento material que poseemos, porque éste es el más estimable de todos nuestros vehículos. Si bien es perfectamente cierto que nuestro cuerpo físico es el más inferior de todos nuestros vehículos, es también igualmente cierto que ese vehículo es el más acabado de todos nuestros instrumentos, y que, sin él, los otros nos serían de poquísima utilidad actualmente, porque mientras ese instrumento espléndidamente organizado nos permite encontrar mil y una condiciones aquí, nuestros vehículos superiores están prácticamente inorganizados. El cuerpo vital está formado, órgano por órgano, como nuestro cuerpo físico denso, pero hasta que haya sido ejercitado mediante las prácticas esotéricas no es un instrumento preparado para funcionar independientemente. El cuerpo de deseos tiene únicamente cierto número de centros sensoriales que no están en actividad en la gran mayoría de la humanidad y, en cuanto a la mente, es sólo una nube informe en la mayor parte de los hombres. Hoy en día deberíamos tratar de espiritualizar nuestro instrumento físico; y deberíamos comprender que es necesario ejercitar primeramente nuestros vehículos superiores antes de que puedan sernos de utilidad. Para la gran mayoría se necesitaría mucho tiempo. Por consiguiente, es mejor que hagamos el deber que tenemos más a mano, apresurando en esa forma el día en que podremos usar los vehículos superiores, pues ese día depende de nosotros mismos.
El Espíritu, ¿entra en el cuerpo en el momento de la concepción o en el momento del nacimiento?
Respuesta: Ha sido comprobado, por la investigación clarividente, que al morir el espíritu se lleva consigo las fuerzas de un átomo, situado en el ventrículo izquierdo del corazón, que se llama átomo-simiente, porque es el núcleo o simiente en torno del cual se agrupan todos los materiales del cuerpo, y todos los demás átomos de éste deben ser capaces de vibrar al unísono con dicho átomo-simiente. Por consiguiente, ese átomo se deposita en el semen del padre algún tiempo antes de la concepción, y más tarde va a parar a la matriz de la madre. Pero la concepción no es siempre simultánea con la unión sexual de los padres. El zoosperma impregnante no se une al óvulo algunas veces hasta catorce días después de la cópula. Esa impregnación del óvulo, es lo que puede llamarse concepción, y desde el momento en que el óvulo deja el tubo de Falop, comienza la gestación. De los dieciocho a los veintiún días, todo el trabajo lo efectúa la madre, pero entonces el Ego reencarnante, envuelto en una nube en forma de campana, compuesta de materia mental y de deseos, entra en el seno de la madre, y esa nube se cierra entonces por la base, tomando una forma ovoidea. Realizado esto el espíritu se encuentra ligado a la carne definitivamente y ya no puede escapar, sino que debe quedarse con la madre hasta que el nacimiento lo liberte. En el actual grado de nuestro desarrollo, el espíritu hace muy poco trabajo consciente sobre su futuro vehículo, pero está presente en todo tiempo y ayuda inconscientemente a la formación de su instrumento. Esto no es más notable que el que hagamos la digestión de nuestro alimento o respiremos sin darnos cuenta de ello.
¿Cuál fue el objeto de la división de los sexos?
Respuesta: La división de los sexos se efectuó en un estado muy primitivo de la evolución humana, cuando el hombre no tenía todavía ni cerebro ni laringe. Una mitad de la fuerza creadora fue entonces dirigida hacia arriba, con objeto de que esos dos órganos pudieran formarse. El cerebro se hizo para la evolución del pensamiento, con el cual crea el hombre en el Mundo Físico. Las casas, las ciudades, los buques y ferrocarriles, todo cuanto ha hecho la mano del hombre, es pensamiento cristalizado. La laringe también la hizo la fuerza sexual creadora, para que el hombre pudiera expresar sus pensamientos. La relación entre esos órganos y la fuerza que se expresa por los órganos creadores inferiores, se evidencia si recordamos que el adolescente que posee la fuerza creadora positiva, cambia de voz en la pubertad, esto es, cuando puede por vez primera propagar su especie. Además, el hombre que abusa de su fuerza sexual se idiotiza, mientras que el pensador profundo que emplea casi toda su fuerza creadora en pensamientos, tiene poca o ninguna inclinación hacia las prácticas amorosas. Antes de esta división, el hombre, como algunas plantas actuales, era una unidad completa, creadora, capaz de perpetuar su especie sin ayuda de otro. Las facultades del pensamiento y del lenguaje, se han comprado al precio de ese poder creador; pero ahora, esa mitad de la fuerza creadora, que se expresa a través del cerebro y de la laringe, puede emplearse para crear cosas en el mundo: casas, barcos, ferrocarriles, etc.
¿Es el alma de la mujer masculina y el alma del hombre femenina?
Respuesta: Hablando en general se puede decir que sí; el cuerpo vital, que eventualmente se transforma, trasmuta y convierte en alma, es del sexo opuesto. Está formado, órgano por órgano, exactamente como el cuerpo físico, denso, con esa sola excepción, y esto explica muchos hechos que, en otra forma, serían inexplicables. Las facultades inherentes al cuerpo vital son crecimiento, propagación, asimilación y memoria. La mujer, que tiene un cuerpo vital positivo, madura antes que el varón, y las partes análogas a la vida vegetal, como el cabello, por ejemplo, crecen más, y, naturalmente, un cuerpo vital positivo generará más sangre que el cuerpo vital negativo que posee el varón; de ahí que en la mujer haya una presión sanguínea más grande, de la que tiene que librarse mediante el flujo periódico, y cuando éste cesa en la edad crítica hay un segundo crecimiento, pues la mujer se pone más gruesa. Los impulsos del cuerpo de deseos empujan a la sangre a través del sistema con diversa velocidad, de acuerdo con la fuerza de las emociones. La mujer, teniendo un exceso de sangre, trabaja bajo una presión mayor que el hombre, y si bien esta presión se amortigua con el flujo periódico, a veces es necesaria otra válvula de escape: las lágrimas, que no son más que una sangría blanca, y son como una válvula de seguridad para sacar el exceso de fluido. Los hombres, aunque pueden tener emociones tan fuertes como las mujeres, no son dados a las lágrimas porque no tienen más sangre que la que pueden soportar cómodamente. Siendo positivamente polarizada en la Región Etérica del Mundo Físico, la esfera de la mujer ha sido el hogar y la iglesia, donde se encuentra rodeada por el amor y la paz, mientras que el hombre lucha la batalla por la supervivencia de los más aptos, sin tener cuartel en el Mundo Físico, denso, donde él es positivo.
¿Conservamos el mismo carácter en todas nuestras vidas?
Respuesta: El Ego puede compararse a una piedra preciosa, a un diamante en bruto. Cuando éste se saca de la tierra está muy lejos de ser hermoso; uña costra grosera oculta el esplendor que encierra, y antes de que el diamante pueda convertirse en una gema, debe pulírselo sobre una durísima piedra de esmeril. Cada aplicación a la piedra de esmeril saca una parte de la costra y modela una faceta a través de la cual entra la luz refractándose en diferente ángulo por la luz que reflejan las otras facetas. Así sucede con el Ego. Como diamante en bruto entra en la escuela de la experiencia, su peregrinación a través de la materia, y cada vida es como una aplicación de la gema a la piedra de esmeril. Cada vida en la escuela de la experiencia arranca una parte de la costra del Ego y admite la luz de la inteligencia en un ángulo nuevo, dando una experiencia diferente, y así como los ángulos de la luz varían en las muchas facetas del diamante, así también, el temperamento o carácter del Ego difiere en cada vida. En cada vida sólo podemos mostrar una pequeña parte de nuestras naturalezas espirituales, sólo podemos realizar una pequeña parte del esplendor de nuestras posibilidades divinas, pero cada vida tiende a redondearnos, y a hacer que nuestro temperamento sea más estable. En realidad, el trabajo sobre el carácter es la parte principal de nuestra lección, porque la meta es el dominio propio. Como dice Goethe: "De todos los poderes que al mundo encadenan, se liberta el hombre cuando obtiene el dominio de sí mismo."
¿Está el cuerpo de deseos sujeto a la enfermedad y necesita nutrición?
Respuesta: En cierto sentido sí, durante la vida terrestre; es decir, que la enfermedad se muestra primeramente en el cuerpo de deseos y en el cuerpo vital, los que se hacen más tenues y no especializan el fluido vital en la misma proporción que durante la salud. Entonces, el cuerpo denso físico se enferma. Cuando tiene lugar el restablecimiento los vehículos superiores muestran la mejoría antes de que la salud se evidencie en el Mundo Físico. Pero, si el preguntante interroga sobre las condiciones después de la muerte, el asunto es diferente. Aunque una persona pueda estar enferma aquí, haya tenido que guardar cama durante años enteros, sin poder moverse, cuando ocurre la muerte y se siente fuera del cuerpo denso, se produce enseguida una sensación de alivio, de bienestar, de ligereza, que le eran antes completamente desconocidos, y entonces comprende inmediatamente que no sufre ya dolor alguno y que puede moverse perfectamente. También es muy claro que el cuerpo de deseos no necesita alimento alguno. Sin embargo, muchas personas no están seguras de ello, y por consiguiente, encontramos muchas personas, en las regiones inferiores del Mundo del Deseo, que van y vienen allí como si estuvieran en su hogar. De ahí los relatos de algunos investigadores espiritualistas, quienes han encontrado esas condiciones en el Mundo Invisible; y eso también explica mucho de lo que George du Maurier ha dicho en la vida de Peter Ibbetson y de la Condesa de las Torres, en la novela que lleva por título el nombre de su protagonista. Recomendamos esa obra, pues da una buena ilustración de la operación de la memoria subconsciente, donde el héroe de la novela se encuentra frente a la vida de su infancia en las regiones inferiores del mundo invisible.
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¿Cómo es que expiando todos los pecados en el Purgatorio tiene uno al renacer que sufrir de nuevo por los pecados de la vida anterior, según la Ley de Causa y Efecto?
Respuesta: Hay dos actividades distintas en el Purgatorio. La primera es el borrar los malos hábitos. Por ejemplo, el borracho desea beber tanto ahora como después de morir, pero ahora no tiene ni estómago ni canal alimenticio para contener el licor, así que, aunque pueda ir a las tabernas o meterse en una barrica de, whisky sumergiéndose en el licor, no obtiene satisfacción alguna, pues allí no se producen las emanaciones que emite la combustión química que se efectúa en el estómago. Así que sufre todas las torturas de Tántalo: "agua, agua por todas partes, pero ni una sola gota para beber". Pero, como el deseo en este mundo se consume cuando comprendemos que no puede gratificarse, así también, a su debido tiempo, el bebedor se cura de su deseo de bebidas, porque no puede obtener licores, y renace inocente de todo mal, por lo menos en lo que a ese vicio en particular se refiere. Sin embargo, es necesario que domine su vicio conscientemente, así que, en cierto tiempo, la tentación irá a ponerse en su camino. Cuando haya crecido, un compañero podrá invitarlo a "tomar una copa". Entonces depende de él que acceda o no. Si accede, peca de nuevo y debe purificarse otra vez, hasta que los acumulados sufrimientos de las repetidas existencias purgatoriales le hagan repugnar la bebida. Entonces se habrá sobrepuesto conscientemente a la tentación y no sufrirá más por aquélla. En cuanto al mal que hayamos hecho a los demás, como por ejemplo, cuando hayamos tratado cruelmente a un niño puesto a nuestro cuidado, golpeándolo o maltratándolo en cualquier forma, las escenas en que obramos mal se imprimirán sobre el átomo del corazón; más tarde el panorama será transferido al cuerpo de deseos, y el panorama de la vida, que se desarrolla hacia atrás, traerá nuevamente esas escenas ante nuestra conciencia. Nosotros entonces sentiremos todo lo que el niño sintió cuando fue nuestra víctima; sentiremos todos los malos tratos que le infligimos tal como el niño los sintió; sentiremos todas sus angustias mentales y mortificaciones; sufriremos pena tras pena, y entonces, cuando renazcamos, nos encontraremos con nuestra víctima y se nos presentará la oportunidad de beneficiarlo, en vez de hacerle daño. Si así lo hacemos, santo y bueno; si nuestra antigua enemistad se afirma nuevamente como antes, entonces volveremos a sufrir en el próximo purgatorio, hasta que aprendamos por último a ser compasivos y cariñosos con los que están a nuestro cuidado. De manera, pues, que no sufrimos de nuevo por los pecados cometidos en una vida anterior; nacemos inocentes, gracias al purgatorio, y todo mal acto que cometamos es un acto de libre voluntad. Pero las tentaciones vienen a nosotros para comprobar si la purificación ha sido suficiente, para enseñarnos las lecciones necesarias, y es nuestro privilegio caer en ellas o mantenernos firmes y fuertes en el bien.
¿Es la conciencia la voz de Dios o la de nuestro Ángel Custodio?
Respuesta: Cuando el espíritu sale del cuerpo al morir, el panorama de su vida pasada se descorre ante él, durante los tres días y medio siguientes a su desprendimiento del cuerpo. Esas imágenes se graban en el cuerpo de deseos, y forman la base de la vida en el purgatorio y en el primer cielo, que están situados en el Mundo del Deseo. La vida pasada se reproduce en imágenes que se desarrollan hacia atrás, así que las escenas ocurridas recién antes de morir, son las primeras que pasan, siguiendo la vida de la madurez, de la adolescencia y de la infancia. En el purgatorio sólo se reviven las escenas en las que el hombre hizo mal, y el alma se ve a sí misma como si fuera aquel a quien perjudicó, a quien hizo sufrir en su vida terrestre. El recuerdo de estos sufrimientos se graba indeleblemente sobre el átomo simiente, que es la única parte del cuerpo denso que el alma se lleva consigo y que se conserva perdurablemente de vida en vida. Ese átomo es, en cierto sentido, el "libro" del Ángel del Destino, y como el sufrimiento causado por cierto acto se ha grabado sobre ese átomo simiente en el purgatorio, es evidente que, cuando en una nueva vida se produzcan circunstancias similares y las antiguas tentaciones vengan a nosotros, el sufrimiento que experimentamos debido a ese mal acto se presentará en el átomo-simiente, previniéndonos que tal acción es mala. Esa es la "voz de la conciencia", y si los sufrimientos del purgatorio fueron suficientemente intensos, tendremos el poder de resistir cualquier tentación que se ponga ante nosotros. Si, por otra parte, y debido a diferentes causas, el sufrimiento no fue suficientemente agudo, podremos caer temporal o permanentemente, en otra vida, en las mismas tentaciones que nos hicieron sufrir en las vidas anteriores; podremos hasta librarnos del menor remordimiento de conciencia. Pero cuando dejemos nuestros cuerpos y pasemos al Purgatorio, tendremos allí renovados sufrimientos, por haber caído en la tentación, y los acumulados efectos de este sufrimiento, serán al fin suficientes para impedirnos hacer aquellos actos que nos causaron dolor y pena. Cuando viene una tentación ante nosotros en la vida terrestre y la hemos dejado a un lado conscientemente, hemos aprendido la lección y la conciencia ha realizado su objeto. Contestando definitivamente a la pregunta, podemos decir, por lo tanto, que la conciencia es la memoria del espíritu de los sufrimientos pasados, ocasionados por los errores cometidos en las vidas anteriores.
¿Que es el genio?
Respuesta: Desde el punto de vista corriente, el genio parece ser un accidente. La teoría de la herencia no lo explica, porque algunas veces las personas más vulgares pueden tener un hijo que sea un genio, y los hombres más educados e intelectuales, los tienen a veces idiotas. En otras ocasiones nos encontramos con genios e idiotas al mismo tiempo en la misma familia. En realidad, la locura y el genio puede decirse que son los dos extremos entre los que se encuentran las cualidades mentales de la humanidad. Si tratamos de explicar el genio por la herencia, de nada nos servirá el preguntarnos por qué no hay una larga línea de antecesores mecánicos o electricistas antes de Tomás Edison, quien puede ser considerado como la flor de su familia. En todos los casos encontramos que el genio no se encuentra regido por ninguna ley, mirando la cosa desde el punto de vista material. Cuando acudimos a la Ley de Causación y a su compañera, la del Renacimiento, para dilucidar estos problemas, el asunto es muy diferente. Esta teoría afirma que cada vida en la tierra es un día en la escuela de la experiencia; que en cada nuevo nacimiento nacemos con el conocimiento o experiencias acumuladas de todas nuestras vidas pasadas, siendo éste nuestro capital; que algunos de nosotros hemos asistido a esta escuela de experiencia durante muchas vidas y hemos obtenido mucho capital. Quizás hemos desarrollado una facultad especial más que las otras, así que nos podemos convertir en especialistas expertísimos en cierto dominio. Eso es el genio. Para expresar algunas de nuestras facultades, por ejemplo, la música, es necesario que tengamos ciertas características físicas, tales como dedos largos y finos, un sistema nervioso delicado, y particularmente el oído tiene que estar desarrollado para que podamos expresarnos como músicos. El material requerido para tal expresión, no puede encontrarse en todas partes, pero, la ley de la asociación necesariamente atraerá un músico hacia los demás, y allí encontrará a mano los materiales con los cuales podrá formarse el cuerpo requerido para la expresión de su talento. Por consiguiente, parece, a veces, como si los músicos nacieran en familias; por ejemplo, veintinueve músicos nacieron en la familia de Bach en doscientos cincuenta años.
Un alma que nace mujer ¿sigue siendo siempre mujer en todas sus vidas? ¿no puede convertirse en hombre? Y ¿cuál es el intervalo entre dos encarnaciones?
Respuesta: No, el espíritu es bisexual y generalmente se expresa en sus vidas sucesivas alternativamente como hombre y como mujer. Hay, sin embargo, algunos casos en los que, de acuerdo con la Ley de Consecuencia, es preferible que un espíritu renazca varias veces con el mismo sexo. La ley es ésta: Conforme el Sol se mueve hacia atrás por las doce constelaciones según el movimiento que llamamos presesión de los equinoccios, el clima de la Tierra, la flora y la fauna van cambiando lentamente, produciendo así un nuevo ambiente para la raza humana en cada sucesiva edad. El Sol tarda unos dos mil años en pasar por uno de los signos, siguiendo esa procesión y en ese tiempo el espíritu nace generalmente dos veces, una como hombre y otra como mujer. Los cambios que se producen en los mil años entre dos encarnaciones no son muy grandes, y así el espíritu puede extraer experiencias de ese alrededor ambiente desde ambos puntos de vista: el del hombre y el de la mujer. Sin embargo, pueden existir casos en los que el tiempo cambia también. Ninguna de esas leyes son inflexibles como las de los Medos y Persas, sino que son aplicadas por Grandes Inteligencias para beneficio de la humanidad, así que las condiciones pueden modificarse para satisfacer las exigencias de los casos individuales. Por ejemplo en el caso de un músico. Este no puede encontrar el material requerido para formar su cuerpo en todas partes. Necesita una ayuda particular para construir los tres canales semicirculares, de su oído de tal manera que apunten tan exactamente como sea posible a las tres direcciones del espacio; también necesita un auxilio especial para formar las delicadísimas fibras de Corti, porque su capacidad para distinguir los tonos depende de ellas En tal caso, cuando una familia de músicos con quien tenga relación se encuentre en situación de dar nacimiento a un niño, puede ser llevado a nacer allí, aunque su estadía en el Mundo Celeste no debiera terminar sino cien años después, porque quizás no pueda ofrecerse una oportunidad nueva en dos o trescientos años más, posteriormente al tiempo en el que debía nacer naturalmente. Entonces, por supuesto, ese hombre está más allá de su época, y no puede ser apreciado por la generación en la que vive. No es comprendido, pero aún esto es mucho mejor que al haber nacido más tarde de cuando debió nacer, porque entonces se habría encontrado detrás de los demás. Así es como muy a menudo vemos genios no apreciados por sus contemporáneos, si bien son altamente estimados por las siguientes generaciones que pueden comprender su punto de vista.
Cuando un hombre paga sus deudas, cuida de su familia y vive aquí una vida moral, ¿no se encontrará bien en el más allá?
Respuesta: No, se necesita algo más, y hay muchas personas de esa creencia que pasan un tiempo nada envidiable en el mundo del Deseo después de la muerte. Hay que considerarlas, por supuesto, desde el punto de vista de esta vida solamente, pero actualmente tenemos que cultivar por lo menos algunas tendencias altruistas para poder progresar más allá de nuestro actual estado evolutivo. Encontramos a las personas que han descuidado sus deberes superiores en la cuarta región del Mundo del Deseo después de la muerte. Allí está el hombre de negocios que dio cien centavos por un dólar, que trató honestamente a todos, que trabajó por el mejoramiento material de su vida y de su país como buen ciudadano, que pagó buenos sueldos a sus empleados, que trató a su esposa y a su familia con toda consideración, dándoles todas las ventajas posibles, etc. Puede hasta haber construido una iglesia, o por lo menos haber hecho donaciones muy liberales con ese objeto, o puede haber fundado bibliotecas o institutos, etc. Pero no se ha dado a sí mismo. Se interesó por la iglesia sólo por el nombre de su familia o por su propia respetabilidad; no dio su corazón, pues éste lo tenía todo en sus negocios, para ganar dinero y alcanzar una posición social. Cuando entra en el Mundo del Deseo después de la muerte es demasiado bueno como para ir al Purgatorio y no es suficientemente bueno como para ir al Primer Cielo. Ha tratado con justicia a todo el mundo y no ha hecho mal a nadie. Por consiguiente nada tiene que expiar. Pero tampoco ha hecho ningún bien que le permita vivir en el Primer Cielo donde se asimila el bien de la vida pasada. Por consiguiente va a la cuarta región que es el centro del Mundo del Deseo y el sentimiento es allí más intenso; el hombre siente todavía un agudo deseo de negocios, pero allí no hay nada que vender o comprar, así que su vida transcurre en la más horrenda monotonía. Todo cuanto dio para iglesias, institutos, etc., no cuenta por nada debido a su falta de corazón. Únicamente cuando damos por amor servirá nuestra donación para traernos la felicidad en el más allá. No la suma que dimos, sino el espíritu que acompañó al presente es lo que vale; por lo tanto, está en el poder de todos el dar beneficiando así a otros y a sí mismos. El dar dinero indiscretamente, sin embargo, puede hacer que una persona se haga indigente y dependiente de nosotros, pero dándole la simpatía del corazón, ayudándole a creer en sí mismo y a comenzar nuevamente con renovado ardor cuando han fracasado, dándonos nosotros mismos en servicio de la humanidad, nos juntamos un tesoro en el cielo y damos más que oro. Cristo dijo, "el pobre está siempre con nosotros". No podremos quizás llevarlos de la pobreza hasta la riqueza, y esto puede ser que no fuera bueno para ellos, pero podemos animarlos a aprender la lección que hay que aprender en la pobreza; podemos ayudarlos a mirar mejor la vida, y a menos que el hombre que se encontrara en la posición indicada por el preguntante no haga esto también, no se encontrará "muy bien" cuando muera; sufrirá esa terrible monotonía con objeto de que aprenda que debe hacer en su vida algo de verdadero valor, y de esta suerte en las vidas subsiguientes su conciencia lo impulsará a hacer algo mejor que juntar dólares, si bien no descuidará por eso sus deberes materiales, porque eso es tan malo como el olvidar los esfuerzos espirituales.
Se dice algunas veces que tenemos el derecho de pensar lo que se nos antoje y que no somos responsables por nuestros pensamientos; ¿es eso así desde el punto de vista oculto?
Respuesta: No, ciertamente; al revés, y para ello no necesitamos acudir al ocultismo. Encontramos que esa idea la expresó Cristo en el sermón de la montaña, en el que nos dijo que "el hombre que mira a una mujer con deseo ha, en realidad, cometido ya adulterio" y cuando comprendemos que así corno el hombre piense en su corazón así es él, tendremos una concepción mucho más clara de la vida que si tomáramos sólo en consideración los actos de los hombres, porque todo acto es la manifestación de un pensamiento previo, pero estos pensamientos no son siempre nuestros. Cuando golpeamos un diapasón, haciéndolo vibrar, y ponemos otro diapasón cerca de aquél, no sólo vibrará el primero con nuestros golpes, sino el segundo también comenzará a vibrar por simpatía, siempre que los dos diapasones tengan el mismo temple. Análogamente, cuando se nos ocurre un pensamiento y otra persona de nuestro alrededor ha estado pensando en el mismo sentido, nuestros pensamientos se juntan con los suyos vigorizándose para el bien o para el mal de acuerdo con la naturaleza del pensamiento. No es una fantasía cuando en la obra llamada The Witchiny Hour" el héroe trata de ayudar a un villano a escapar del estado de Kentucky, por haber el ultimo matado al Gobernador y estar a punto de ser arrestado. El héroe, un hombre de considerable poder mental siente que él pudo haber incitado al criminal. Y le cuenta a su hermana que antes del asesinato él había estado pensando en que ese asesinato podía haberse cometido, justamente en la forma en que se cometió. Y se encuentra bajo la impresión de que su pensamiento puede haber sido captado por el cerebro del asesino mostrándole así el camino del crimen. Cuando nos encontramos en un jurado y vemos nosotros al criminal, sólo conocernos un acto; nada sabemos del pensamiento que lo incitó a él. Si hemos tenido el hábito de pensar mal, de generar pensamientos maliciosos contra una u otra persona, esos pensamientos pueden haberse ido hacia el criminal, y según el mismo principio que hace que cuando tenemos ante nosotros una solución saturada de sal bastará que tomemos un solo cristal para hacer que esa solución se solidifique, así también si un hombre ha saturado su cerebro con pensamientos de asesinato, el pensamiento que nosotros generamos puede haber sido el golpe de gracia que destruyó la última barrera que impedía cometer el crimen. Por consiguiente, nuestros pensamientos son muchísimo más importantes que nuestros actos, puesto que si siempre pensamos bien siempre obraremos bien. Nadie puede pensar en amar a sus semejantes, en ayudarlos y auxiliarlos espiritual, mental o físicamente sin poner en práctica esos pensamientos alguna vez en su vida, y si nosotros cultivamos solamente esos pensamientos, pronto veremos que la luz del Sol brilla en torno nuestro; veremos que la gente nos recibe en la misma forma en que nosotros irradiamos, y si pudiéramos comprender que el cuerpo de deseos (que rodea a cada uno de nosotros extendiéndose unas dieciséis pulgadas en torno de la periferia del cuerpo) contiene todos esos sentimientos y emociones, entonces veríamos a los demás diferentemente, pues entonces entenderíamos también que todo lo que vemos lo vemos a través de la atmósfera que nos hemos creado en torno nuestro, cuyos colores todos los vemos en los demás. Si, entonces, vemos insignificancia y pequeñez en los demás, sería conveniente que nos miráramos a nosotros mismos para comprobar si no es la atmósfera que nos rodea la que da esa coloración. Veamos si no tenemos dentro de nosotros mismos esas cualidades no deseables, y entonces comencemos por quitarnos esos defectos. El hombre que es insignificante y pequeño irradia de sí mismo esas cualidades, y cualquiera con quien él se encuentre le parecerá insignificante porque el evocará esas cualidades en los demás, según el mismo principio de que la vibración de un diapasón de cierto temple hará vibrar por simpatía a otro diapasón del mismo temple que se le ponga cerca. Por otra parte, si cultivamos una actitud de serenidad, una actitud libre de egoísmo y francamente honesta y deseosa de ayudar, evocaremos lo mejor en las demás personas. Por consiguiente, es necesario que comprendamos que hasta que no hayamos cultivado las mejores cualidades en nosotros mismos no podemos esperar encontrarlas en los demás. Somos, pues, en verdad responsables de nuestros pensamientos, somos ciertamente los custodios de nuestros hermanos, porque así como pensemos los encontraremos y se nos aparecerán así reflejando nuestra propia actitud. Aplicando el principio antedicho, si necesitamos ayuda para cultivar esas mejores cualidades, busquemos la compañía de las personas que ya las posean, porque su actitud mental será de una ayuda inmensa para nosotros evocando en nuestra propia atmósfera sus sutilísimas facultades.
Si una persona se ve constantemente asaltada por malos pensamientos, los que se introducen en su mente aún cuando ella está siempre luchando contra aquellos, ¿existe algún medio para limpiar la mente, de manera que ésta sólo tenga pensamientos buenos y puros?
Respuesta: Sí, lo hay, y es muy fácil llegar a ello. El mismo preguntante ha sugerido la principal dificultad de la pregunta cuando dice que está constantemente luchando contra esos pensamientos. Si tomamos una ilustración se comprenderá el punto. Suponiendo que tenemos una repugnancia particular por cierta persona a quien nos encontramos todos los días en la calle cierto número de veces, si nos paramos cada vez que la encontramos y la reprendemos duramente por ir por la calle y no quitarse de nuestra vista, estamos cada vez añadiendo más combustible al fuego de nuestra enemistad, la estamos excitando, y de rabia tratará siempre de ponerse en nuestro camino. El agrado y el desagrado tienen la tendencia de atraer hacia nosotros un pensamiento o idea, y cuanta más fuerza mental irradiemos para luchar contra los malos pensamientos, tanto más vivos se mantendrán éstos y tanto más a menudo nos asediarán, de la misma manera que el reprender a la citada persona hará que ésta enojada se ponga siempre en nuestro camino. En vez de luchar con el, debemos adoptar la táctica de la indiferencia. Si miramos para otro lado cuando la encontramos en la calle, muy pronto se cansará de seguirnos, y lo mismo debemos hacer cuando esos malos pensamientos vienen a nosotros. Si nos volvemos con indiferencia y dirigimos nuestra mente hacia algo bueno o ideal, encontraremos que al cabo de poco tiempo nos habremos librado de su compañía y sólo tendremos, los buenos pensamientos y deseos que deseamos.
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Si la mujer es una emanación del hombre, la costilla de Adán, en la vuelta final a la unidad, ¿será ella reabsorbida por la divinidad masculina, perdiendo su propia individualidad?
Respuesta: La "historia de la costilla" es un ejemplo de la gran ignorancia de los traductores de la Biblia quienes no poseían conocimiento oculto alguno al traducir el lenguaje hebreo, cuya escritura ni estaba dividida en palabras ni tenía vocales. Insertando las vocales en diferentes puntos y dividiendo las palabras diferentemente, pueden obtenerse varios significados del mismo texto en diversos lugares. Este es uno de los casos en los que una palabra acentuada de una manera se lee 'tsad" y de otra “tsela". Los traductores de la Biblia leyeron la historia de que Dios había sacado algo del costado de Adán (tsela) e intrigados con lo que sería, pensaron que lo que le hubiera hecho menos daño era sacarle una costilla (tsad) y de ahí la absurda historia. El hecho era que el hombre fue primero semejante a los Dioses, hecho a su imagen y semejanza", macho-hembra, hermafrodita, y más tarde se le sacó un costado así que quedó dividido en dos sexos puede decirse además que el primer órgano que se desarrolló tal como es ahora fue el órgano femenino, habiendo existido siempre en todo el lado femenino antes que el masculino, que vino más tarde, y de acuerdo con la ley de la evolución de que "los primeros serán los últimos", lo femenino subsistirá como sexo distinto mucho más que lo masculino y por consiguiente el preguntante está equivocado en su suposición. Aun actualmente se ve que el órgano masculino se está contrayendo gradualmente en su base y finalmente dejara de ser. En cuanto a perder la individualidad, tal cosa es imposible; precisamente el propósito de la evolución es que nos convirtamos en individuos conscientes de sí y separados durante la evolución, e individuos conscientes de sí unidos durante los intervalos entre dos manifestaciones.
¿Por qué la mujer se ha encontrado desigual y asumido la inferioridad y la injusticia desde el principio de la existencia humana en este plano?
Respuesta: En primer lugar, debemos recordar que el espíritu no es ni macho ni hembra, sino que se manifiesta alternativamente así por regla general. Todos hemos sido hombres y hemos sido mujeres también. Por consiguiente no puede haber cuestión alguna sobre desigualdad si miramos la vida desde este más amplio punto de vista. Ciertas lecciones deben ser aprendidas por el espíritu en cada edad que sólo pueden aprenderse desde el punto de vista de la mujer, y hay otras lecciones que tienen que aprenderse con un cuerpo masculino. Por consiguiente, la necesidad produce el cambio de sexo. Ocurre algunas veces, por supuesto, que por ciertas razones un espíritu debe aparecer como hombre durante varias encarnaciones y entonces, cuando toma un cuerpo femenino, puede discordar considerablemente. En ese caso nos encontraremos con una mujer muy masculina, quizás con una suffragette de naturaleza militante. Por otra parte, un espíritu puede haberse encarnado varias veces como mujer y luego renacer como hombre de naturaleza muy afeminada, apocado. Pero aún con la hipótesis de encarnaciones alternativas, muchos de nosotros estuvimos encarnados en el Imperio Romano con sexo opuesto al actual, y teniendo en cuenta la ley de Causación, el trato que dieron los hombres de entonces a sus mujeres no fue apropiado como para que las mujeres de entonces, encarnadas ahora como hombres hagan grandes concesiones a sus antiguos señores, convertidos hoy en mujeres.
¿Por qué los sufrimientos de Margarita fueron tan grandes y desproporcionados a los de Fausto, tocándole a aquélla hasta la cárcel y la muerte, mientras que el segundo vivía tranquilo, libre y feliz?
Respuesta: Esta pregunta hace referencia a uno de los mitos que nos vienen a través de las edades, y contrariamente a la opinión popularmente aceptada, un mito no es una historia inventada completamente, sino que es una verdad velada, revelando en un símbolo grandes principios espirituales. Estos mitos se dieron a la humanidad infante por la misma, razón que damos a nuestros hijos enseñanzas éticas en fábulas o imágenes, las que se imprimen en la mente infantil en tal forma que ninguna otra enseñanza intelectual podría hacerlo. Goethe, que era un iniciado, ha tratado este mito del Fausto en una forma muy iluminativa, y la clave del problema se encuentra en el prólogo, que tiene lugar en el cielo, muy semejante a lo descrito al principio del libro de Job. Los Hijos de Dios aparecen ante el trono y el Diablo entre ellos, pues es también uno de los hijos de Dios. Entonces se le da permiso para que seduzca a Fausto para evocar así las actividades espirituales y hacer que desarrolle su virtud. Uno de nuestros grandes errores es el considerar la virtud y la inocencia como sinónimos; todos nosotros nacemos inocentes, venimos sin mal alguno, puesto que todo se ha purgado, pero tenemos ciertas tendencias que pueden convertirse en vicios, y por consiguiente en cada vida debemos resolver si cedemos a la tentación y abrazamos el vicio o si nos mantenemos firmes y desarrollamos la virtud. Fausto es tentado y cae pero después se arrepiente sinceramente y trasmuta las fuerzas malignas en bien, así que por último se salva. El arrepentimiento y la reforma antes de la muerte producen su salvación, y la impura pasión que sintió por Margarita da lugar al amor puro que sintió por Elena. Margarita también cede a la tentación, se arrepiente y se salva mediante el olvido de los pecados. Así que en un caso uno se salva por sus obras Mediante su energía, con la que domina al mal, se construye una nueva tierra, una tierra en la que un pueblo libre puede vivir bajo mejores condiciones; busca elevar a la humanidad a un plano superior, y por ese acto, por su desinteresada obra en beneficio de los demás se redime de los poderes del mal. En el caso de Margarita la salvación resulta de la oración y del arrepentimiento. Así que tenemos en ese drama, tal como lo representa Goethe, un símbolo perfecto de las enseñanzas occidentales de que hay perdón de los pecados y expiación de una mala obra mediante una obra buena correspondiente. La muerte es algo que a todos nos llega y el sufrimiento correspondiente al mal acto en cada caso no es seguramente menor en el caso de Fausto, cuya pena se prolongó durante un largo periodo de años, que en el caso de Margarita, cuya vida terminó en mucho menos tiempo. La única diferencia es que Fausto se sobrepuso conscientemente a sus tendencias y en una vida futura se vería libre de toda tentación, mientras que en el caso de Margarita eso es problemático. En una futura vida terrestre se encontrara nuevamente con la tentación para poner de manifiesto si ha desarrollado o no la fuerza de carácter necesaria para mantenerse firme y adherirse al bien.
¿Hay algún lugar en el Antiguo o en el Nuevo Testamento en el que se diga a los hombres que se casen y que vivan como hermanos y hermanas en todo tiempo o bajo cualquier condición? Y si no está en la Biblia ¿por qué lo enseñáis así?
Respuesta: Los semitas originales fueron la quinta raza atlante. Fueron los sobrevivientes de la sumergida Atlántida de quienes se habla en las historias de Noé y Moisés. Y tenían que ir a la Tierra prometida, no a la insignificante Palestina, sino a toda la Tierra, tal como ahora está constituida. Era prometida porque la Tierra estaba sufriendo los cambios usuales cuando una raza nueva va a tomar posesión de ella. Las inundaciones habían destruido la civilización átlante y el núcleo de las actuales razas arias se congregó en el desierto de Gobi, en el Asia Central. Cuando dicho núcleo tenía que convertirse en la raza que poblaría el mundo, el tener muchos hijos era esencial. Por consiguiente se consideró que el deber de todos era tener muchos hijos. Pero ahora ya no estamos viviendo en esos tiempos; el mundo está bien poblado y los Egos se reencarnan fácilmente sin que se necesiten esfuerzos especiales para generar. Nunca hemos abogado por el celibato general, o que la gente se case y viva entonces siempre como hermano y hermana, sino que hemos enseñado que las personas casadas, de acuerdo con sus circunstancias deben ayudar a perpetuar la raza. Es decir, que si el marido y la mujer son hábiles física, moral y mentalmente, cuando poseen un hogar en el que un Ego pueda obtener una oportunidad de nacer y de adquirir experiencia, deben ofrecerse a sí mismos como un sacrificio viviente en el altar de la humanidad y dar de la sustancia de sus cuerpos para facilitar a un Ego un vehículo, invitándolo a su hogar como invitaría a un amigo querido, gozándose en hacer por él lo que otros han hecho por ellos. Pero cuando el acto de la impregnación haya sido efectuado deben abstenerse de toda unión posterior hasta que nuevamente se encuentren preparados para generar otro cuerpo para otro niño. Tales son las enseñanzas de los rosacruces concernientes a las relaciones ideales entre el marido y la esposa. Ellos sostienen que la función creadora no debe efectuarse con propósitos sensuales, sino para la perpetuación de la raza, cuyo objeto es naturalmente. Esta es una condición ideal que está más allá de la mayoría actualmente, así como el consejo de “amad a vuestros enemigos"; pero si no tenemos elevados ideales no podremos progresar.
¿Tiene toda alma una compañera que le pertenece por toda la eternidad? Y en caso afirmativo, ¿no sería mejor permanecer célibe un millar de años que casarse con el alma que no corresponde?
Respuesta: Así como la luz se refracta en los siete colores del espectro cuando pasa a través de nuestra atmósfera, así también los espíritus diferenciados en Dios se refractan en siete grandes rayos. Cada clase está bajo la dirección y dominio directo de uno de los Siete Espíritus ante el Trono, que son los genios planetarios, los Ángeles Astrales. Todos los espíritus virginales en sus sucesivas encarnaciones se mezclan continuamente para que puedan obtener las más variadas experiencias; sin embargo, los que han emanado del mismo Ángel Estelar son siempre hermanos o almas gemelas, y cuando buscan la vida superior deben entrar en el sendero de la iniciación por medio de una logia compuesta de miembros del mismo rayo del que vinieron originalmente, y de allí vuelven a su fuente original. Por lo tanto, todas las escuelas de ocultismo son divisibles en siete, una para cada clase de espíritus. Esa es la razón del por qué Jesús decía a sus discípulos "vuestro padre y el mío". Nadie podía ponerse en estrecho contacto con él más que sus discípulos, los que pertenecían a su mismo rayo. Como todos los demás misterios, esta hermosa doctrina ha sido degradada convirtiéndola en esa idea física y material que encierra la concepción popular de las almas gemelas o afinidades; que la una es macho y la otra hembra y que a veces una de ellas es el esposo o la mujer de otro. En tales casos dicha doctrina se expone como excusa del adulterio o del rapto. Esa es una perversión abominable. Cada espíritu es completo en si mismo, toma un cuerpo masculino o femenino diferentes veces con objeto de aprender las lecciones de la vida, y únicamente durante el actual estado de su desarrollo existe el sexo absolutamente. El Ego fue antes que el sexo, y persistirá después de que la fase de esa manifestación haya pasado.
¿Por qué está mal que los primos de primero, segundo y tercer grado se casen?
Respuesta: El propósito del matrimonio es la perpetuación de la raza, y de acuerdo con la naturaleza física de los padres más el alrededor ambiente será el niño. Encontramos, por ejemplo que los emigrantes que vienen a nuestro país son diferentes de los hijos que tienen, y que los hijos que tienen aquí, en América, son diferentes de los hijos engendrados en Europa. Por ejemplo, los sicilianos de alargada cabeza engendran hijos que tienen una cabeza más redondeada, y los judíos de redondeada cabeza engendran hijos de cabeza oval, mostrando así la tendencia en todas las razas de amalgamarse, dando nacimiento a una nueva raza americana. Esos cambios no se producen absolutamente por accidente. Los grandes guías de la humanidad siempre tratan de producir ciertas condiciones con objeto de crear determinados tipos, pues únicamente en esa forma pueden desarrollarse las facultades que son necesarias para el progreso del espíritu y hubo un tiempo en el que fue necesario para la evolución del Ego que los hombres se casaran en familia. En ese entonces la humanidad no estaba ni tan desarrollada ni tan individualizada como lo está actualmente. Estaban regidos por un espíritu familiar que entraba en la sangre por medio del aire inspirado, ayudando así al Ego a dominar su instrumento. Entonces la humanidad poseía lo que se conoce por segunda vista, y esa segunda vista se encuentra todavía en los pueblos que han persistido en casarse en la familia, como por ejemplo los escoceses de las montañas y los gitanos. Pero era necesario que los hombres olvidaran el Mundo Espiritual durante un tiempo y que no se acordaran de ninguna otra vida más que de la actual. Y con objeto de producir este cambio de conciencia, los grandes guías tomaron ciertas medidas, siendo una de ellas la de prohibir los matrimonios en familia, la engomada. Cuando leemos en el quinto capítulo del Génesis que Adán vivió 900 anos y que todos los patriarcas vivieron siglos, eso no significa realmente que las personas nombradas vivieran ellas mismas tan largo período de tiempo, sino que la sangre que corría en las venas fue transmitida directamente a sus descendientes y esa sangre contenía las imágenes de la familia, así como ahora contiene las imágenes de nuestras vidas individuales, porque la sangre es el archivo de todas las experiencias. Y de esta manera los descendientes de las familias patriarcales se veían a sí mismos como Adán, Matusalén, etc. Por supuesto, con el transcurso de los siglos, esas imágenes se debilitaban gradualmente y cuando la memoria de Adán se borró del todo de la sangre de sus descendientes directos se dice que Adán dejó de vivir. Conforme el hombre se fue individualizando más, tuvo que aprender a sostenerse sobre sus propias piernas sin ayuda del espíritu familiar. Entonces se permitieron los matrimonios internacionales y hasta se ordenó hacerlo, no permitiéndose más los matrimonios en la propia familia. Eso mató la clarividencia. La ciencia ha demostrado que cuando la sangre de un animal se inocula en las venas de otro animal, se produce hemólisis, o destrucción de la sangre, de suerte que el animal inferior muere. Pero la introducción de sangre extraña, en cualquier forma que se realice, mata siempre algo, si no la forma por lo menos una facultad, y la sangre extraña introducida por el matrimonio mató la clarividencia que poseía el hombre primitivo. Que esta afirmación de que la sangre extraña es destructora puede notarse en el caso de los híbridos. Si se cruzan por ejemplo un caballo y una burra la cría es una mula, pero esa mula no posee la facultad de la propagación, porque no está ni bajo el dominio del espíritu colectivo de los caballos, ni del espíritu colectivo de los burros, y si se pudiera propagar el resultado sería una raza nueva que no estaría bajo el dominio de ningún espíritu colectivo. La mula no está tan desarrollada sin embargo para que pueda guiar su instrumento sin la ayuda del espíritu colectivo y por eso se le niega la facultad de propagarse negándose el espíritu~grupo a poner en ella el átomo simiente fructificador. Con la humanidad fue diferente sin embargo. Cuando llegó al estado en el que se ordenó el matrimonio internacional había llegado a un punto en la evolución de la conciencia del yo en el que podía dirigir su propia barca y en el que debía dejar de ser el autómata de Dios convirtiéndose en individuos que se gobernaran a sí mismos. Cuanto mayor es la mezcla de sangres tanto menos puede ser influenciado el espíritu interno por los espíritus de la raza o de la familia que influenciaron a sus antecesores. Así que se ofrece un margen mayor a un Ego en vías de renacer si nos casamos con un extraño que si nos casamos con un primo.
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