Cada día que vives es una ocasión
especial, por eso… siéntate en la terraza
y admira la vista sin fijarte únicamente
en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia
y amigos y menos tiempo trabajando.
La vida es una sucesión de experiencias
para disfrutar, no para sobrevivir.
Usa tus copas de cristal, ponte
tu nueva ropa para ir al supermercado.
No guardes tu mejor perfume
para esa fiesta especial, úsalo
cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases "algún día", "uno de estos días",
quítalas totalmente de tu vocabulario.
Si vale la pena hacerlo, oírlo, verlo,
quiero poder disfrutarlo ahora.
Si supiéramos el tiempo de vida
que nos queda, seguramente desearíamos
estar con nuestros seres queridos,
iríamos a comer nuestra comida preferida,
visitaríamos los sitios que amamos.
Son pequeñas cosas
las que nos harían enojar si supiéramos
que nuestras horas están limitadas.
Enojados porque dejamos
de ver a nuestros mejores amigos,
enojados porque no escribimos
aquellas cartas que pensábamos
escribir "uno de estos días",
enojados y tristes porque no dijimos
a nuestros padres, hermanos, hijos,
sobrinos, amigos, cuánto los queremos.
Por eso…no intentes retardar
o detener o guardar nada que agregaría
risa y alegría a tu vida.
Cada día, hora, minuto,
semana es especial.
¡Que Dios te bendiga!