Esfúerzate por ceder el primer lugar al Señor. Ponlo por
encima de todos tus deseos, de todos tus intereses
personales: sentirás cómo se producen en ti muchas
transformaciones benéficas, y sobre todo, te convertirás en un
mundo organizado.
Dar el primer lugar al Señor, ponerle a la cabeza de tú
ser, es hallar un punto de equilibrio inquebrantable. Cuando
hemos sujetado sólidamente un objeto, podemos agitarlo en todas
direcciones, vuelve automáticamente a su posición de
equilibrio, mientras que si noestá sólidamente sujeto, cae. Lo
mismo ocurre con nosotros, los humanos. Mientras no hayamos
establecido fuertemente nuestro punto de apoyo en Dios, cualquier
pequeño trastorno que sobrevenga en nuestra existencia puede
desequilibrarnos. Pero el día en el que aprendamos a poner
todo
nuestro amor, nuestra fe y nuestra esperanza en el Creador, pase
lo que pase, permaneceremos sólidos y resistentes. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov