El Mundo de Deseos está suministrando sustancia para el reino humano y para el reino inmediato inferior; los animales también sienten en su etapa y precisan ser estimulados. Este mundo no puede ser exclusivamente para el género humano, cumple una función más amplia, tiene material también para el reino más joven, más elemental. Pero si el ser humano, equivocando su categoría, equivocando lo que él es, lo que él ha conseguido al haber alcanzado una conciencia completa y un desenvolvimiento propio en las horas de vigilia, ¿qué sucede si él se confunde y atrae un material que a él no le corresponde? Amigos, éste es un planteamiento filosófico, una realidad y una explicación a ciertos desmandes, que sin no, no se comprenderían. ¿Por qué suceden hechos, a veces tan anormales, de gestos humanos que parecen brutales, que parecen animales? Se están alimentando con lo que no les corresponde, con un material de deseos inferior que no está destinado al género humano; está destinado al reino animal que está cuidadosamente guiado para que en un futuro, pueda llegar a otra categoría más adelantada. Los tiempos pasan y el proceso creador del sistema solar no se detiene; va creando condiciones nuevas, para que los reinos más jóvenes ocupen etapas de más evolución y sustituyan a los que van adelantando. La humanidad sigue un proceso que tiene que llegar fatalmente a superarse; el destino de perfeccionarse lo tiene que alcanzar y cumplir y llegar a ser una super-humanidad, aunque, por ahora, no lo es. Pasarán los tiempos y serán suficientemente largos para producir este cambio. El reino más inmediato inferior ocupará el lugar que dejen los seres humanos y tendrán asegurado un desenvolvimiento más puro y cierto de lo que la humanidad hoy está cumpliendo. Serán enseñados a evitar los problemas que la humanidad ha creado. Los animales están clasificados en especies y se desenvuelven los miembros de cada especie de forma igual, porque obedecen al mandato de un mismo espíritu-grupo inteligente, que los dirige para hacerles desenvolver ciertas cualidades. Todas las especies del reino animal, todas están siendo dirigidas por inteligencias: cuando la abeja realiza un maravilloso panal, que es una obra sorprendente, cuando el castor construye su represa de forma hábil e inteligente, que parecería una obra de ingeniería, lo hacen porque son estrictamente dirigidos por alguien que sabe hacerlo. Cuando el león es fiero y se destaca por su fortaleza, es porque está desenvolviendo una fuerza que, cuando algún día sea bien dirigida, realizará tareas insospechables para nosotros hoy; quiere decir que todo es dirigido, pero para que ese reino también pueda recibir los elementos que precisa, hay un mundo de deseos inferior que le está dando la sustancia que necesita, y ahora nos explicamos los anormales hechos humanos. Cuando el hombre entiende que debe desenvolver sin límites un sentimiento inferior, lo consigue y no tiene límites, usando elementos de deseos animales. Después tendrá que enfrentar las consecuencias. ¿Qué pasa en los grupos colectivos no bien inspirados, cuando por afinidad se van reuniendo? Porque lo igual atrae a su igual. Se van planteando conflictos colectivos, que bien conocemos sus resultados. Entonces una Ley de Consecuencia, que tiene apenas la finalidad noble de ayuda, va dando su resultado, va cumpliendo su propósito correctivo. Es así que se va educando y mejorando. Y como hablamos inicialmente de religión, como un medio que en todos los tiempos procuró dar su ayuda a la humanidad, recordemos que los primeros movimientos religiosos no podían altruístas, adelantados, porque la humanidad era primitiva. Si hoy distinguimos entre un reino animal y un género humano civilizado es porque ya tiene milenios de desenvolvimiento. Tenemos que considerar que en un principio no era así; el ser comenzó su etapa joven, elemental y sin un entendimiento mayor, no podía ser regulado por una religión demasiado avanzada, que no hubiera comprendido en esa etapa. Entonces encontramos que las religiones de un principio eran tan atrasadas como es estado de la humanidad de aquel entonces. El escéptico observa y el materialista afirma que la evolución de la religión fue paralela a la de la humanidad y que la humanidad era a la religión de acuerdo a su cultura y a su adelanto. Es una afirmación equivocada. La Tierra es cuidadosamente guiada y ayudada y se va dando a la humanidad los medios de progreso que va pudiendo asimilar. La religión fue cambiando, hoy, después de aquellas religiones primitivas, politeístas en que se adoraban varios dioses, surgieron después las religiones monoteístas, que son las que hoy están orientando al mundo. La última ayuda es una religión cristiana de perdón, que redime al género humano, que no le pide cuentas, que le dice apenas que dado el entendimiento y dada la capacidad que se ha alcanzado, el ser debe cambiar y adaptarse a una realidad que le dicta su progreso y su adelanto. Entonces hay un olvido, no se le reclama a aquel que bien entiende y comienza a hacer un cambio de 180°. No estamos equivocados al hablar de un cambio de metas diametralmente opuestas, estamos apenas refiriéndonos a una realidad inconmovible: el ser humano, una chispa divina en desenvolvimiento, debe desenvolver las cualidades que le faltan. Hay un ejemplo muy simple en la Filosofía Rosacruz, que dice que la nota emitida por un diapasón es recibida y emitida por otro diapasón graduado al mismo tono, que aunque esté en silencio pueda recibir el sonido y captarlo; estamos diciendo Algo muy interesante. El Creador ha depositado dentro de cada uno de los seres que hoy estamos desenvolviendo capacidades en la Tierra, ha depositado cualidades a su igual Dios proyecta a través de la VOLUNTAD, hace su obra a través de su SABIDURÍA y realiza a través de la ACTIVIDAD. La voluntad, la sabiduría y la actividad son condiciones intrínsecas existentes en cada uno; el Creador está transmitiendo a su obra, que es el género humano, sus propias condiciones. Apenas tenemos que decidir cuál es el sistema que tenemos que adoptar para cultivarlas y hacerlas crecer más rápidamente. Si aplicamos nuestra voluntad de acuerdo a lo que ahora entendemos, que la virtud, la conducta y el desenvolvimiento tienen que ser de acuerdo y que la sabiduría que estamos adquiriendo, que la Tierra nos ha permitido cultivar, tiene que ser constructiva, tiene que ser de acuerdo a la realidad del mundo, un mundo compuesto de un conjunto de seres que todos buscan o necesitan la misma finalidad, alcanzaremos el progreso y el adelanto anímico, espiritual, que nos falta. La actividad que desarrollamos, que el mundo material nos exige, que nos obliga a cumplir con nuestra parte en la economía del mundo, nos permite aprender, recibir en consecuencia, de acuerdo a nuestra actividad o resultado de nuestra obra; estamos cultivando entonces principios divinos y lo que tenemos que entender es que siendo divinos no pueden ser deformados. La intención de la Filosofía Rosacruz, al educar y alertar, es un aspecto de la realidad del mundo más completo, e invitarnos a que cumplamos nuestro propósito y que de acuerdo a cómo realicemos, recibiremos en consecuencia. Por esto, en un principio hablamos que la investigación del filósofo le lleva a conocer las leyes de la evolución y el método que se debe seguir para el progreso; es una forma, es una modalidad estrictamente mental, principalmente intelectual, de conocimiento y de cultura. A través del conocimiento se alcanza a conocer, pero no es la función final; la función final es que todo aquello que se alcance a comprender debe ser aplicado cuidadosamente para el bien, aquí está el triunfo, aplicando lo que conocemos con suma atención y sabiduría, únicamente poniendo esta cautela, poniendo este cuidado, es que obtendremos resultados como aspiramos y como corresponde. La inquietud que nos guía, es conseguir explicar la diferencia entre el frío aprendizaje filosofal, que puede ser solamente cultura, y el desenvolvimiento paralelo del sentimiento. Dijimos que el místico es un adelantado y no nos atrevemos a decir lo mismo siempre de un filósofo; a pesar de que la Enseñanza Rosacruz sea esencialmente filosófica, tiene el cuidado de afirmar que la enseñanza, en su finalidad intrínseca, no es la enseñanza misma, ni el saber, sino la forma en que se debe aplicar, de la forma que se viva, de la forma que se debe actuar. Dándole todo el valor a la instrucción espiritual que merece, todavía venimos a asegurar que es apenas un método de aprendizaje, que nos viene a indicar finalidades que tenemos que cumplir; y el místico las cumple de forma más completa. Cuando su corazón, pletórico de amor y de sentimiento, se da en bien de los demás, es de un alcance incalculable, porque los grandes místicos que estuvieron en la Tierra y que quedaron sus nombres como ejemplo, llegaron a ser lo que fueron, porque desenvolvieron su corazón. Jacobo Boehme, que lo reverenciamos como un gran místico, desenvolvió su gran sentimiento en un sentido religioso y profundo.
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