Cuántas personas se asombrarían si se les dijera que a través
de todo a lo que ellas aspiran: el amor, las riquezas, la gloria,
en el fondo es a Dios a quien buscan.
Sí, porque en realidad, nada ni nadie puede darles una verdadera alegría,
una verdadera
admiración fuera de Dios. Bajo una forma u otra, es siempre a
Él a quien buscan: desean volver hacia la fuente, reencontrar
esa vida del Paraíso en la cual tienen su origen. Pero los
pobres, como no están muy instruidos, pasan por caminos llenos
de barro en los que chapotean y se hunden.
Puesto que Dios ha introducido una partícula de su
quintaesencia en cada cosa y en cada ser, es posible hallarla en
todas partes. Pero dispersándose tanto a derecha y a izquierda
como hacen, la mayoría de los humanos, no lo encontrarán antes
de mil millones de años. Para empezar a encontrarlo desde ahora,
debemos buscarlo a través de la pureza, a través de la luz."
Omraam Mikhaël Aïvanhov