El cuerpo mental es el vehículo o cuerpo por medio del cual el Ego se manifiesta como mente
concreta (razón, memoria, imaginación…) esta mente es la que, a través del desarrollo
evolutivo, se convierte en un vehículo de conciencia independiente por medio del cual se
manifiesta el Ego en sus cuerpos de deseos, etérico y físico. Pero el cuerpo mental
también se manifiesta como un segundo aspecto comúnmente llamado mente abstracta,
si, por ejemplo, la mente concreta trata con las “formas” de pensamiento (aritmética,
los objetos, etc.) la mente abstracta trata con las matemáticas puras, la algebra, ideas o
símbolos abstractos, etc.) El aspecto superior de la mente irradia o crea originalmente
ondas mentales mientras que el inferior reproduce y crea formas de pensamiento
que cualquier iniciado puede ver.
El cuerpo mental tiene casi la misma forma ovoide del cuerpo de deseos con la diferencia de
que los buenos pensamientos hacen vibrar la materia mental más espiritualizada que suele
estar en la zona de la cabeza, mientras que los maléficos y egoístas gravitan en la parte
inferior del ovoide. Por tanto, podemos ver como la mente no es el Ego sino su aspecto
cognoscitivo, lo que le hace pensador y conocedor en sus renacimientos; es
simplemente la conciencia individual y personal.
Cuando el hombre piensa pone en vibración el cuerpo mental, esta vibración se manifiesta en
un grado inferior, es decir, en el cuerpo astral o de deseos, desde éste pasa a los éteres del
cerebro etérico del cuerpo etérico para, por último, poner en acción la materia gris del cuerpo
físico. Sabiendo que el cuerpo de deseos está relacionado con el sistema nervioso simpático
y que el sistema cerebroespinal está bajo el control del Ego, éste piensa emitiendo sus
vibraciones originales en base a experiencias pasadas, a través de los canales abiertos
o no del cuerpo de deseos para terminar encontrando el conducto más apropiado y las
partículas capaces de expresar lo que el Ego desea. Esto explica, en cierto modo el que a
unas personas les guste las matemáticas y a otros no o que unos comprendan y expresen
perfectamente algunos hechos más bien abstractos y otros sean incapaces de ello.
Si analizamos esto en sentido contrario, lo que podría ser el resultado de una experiencia o
conocimiento, sería algo así: la experiencia en el cuerpo físico (hecho, oído, visión…) asciende
al cuerpo de deseos donde se convierte en sensación, lo que, en el cuerpo mental se transforma
en percepción, conceptos o ideales, lo que será una base para las respuestas futuras y una
manera de abrir nuevos canales para que se manifieste el Ego. Esta es la manera también de
que se forme la memoria pero como no todo es causa y efecto ni el resultado de experiencias
pasadas, el Ego tiene en cada vida la posibilidad de crear “ideas” nuevas y originales cuando,
de vez en cuando y en determinadas circunstancias, recibe luz del propio espíritu y del Mundo
del Pensamiento. Cuando la respuesta del Ego alcanza el cerebro se producen una serie de
acciones en forma de descargas eléctricas y de corrientes magnéticas, las cuales abren un
nuevo canal nervioso. Si esto se repite se facilita la misma expresión o se crean ideas asociadas.
Evidentemente y como ocurre con el cuerpo físico, el ejercicio aumenta su poder mientras
que lo contrario lo atrofia y lo destruye. Con cada nueva vibración transformamos o
expulsamos materia mental de este cuerpo según la capacidad que tenga de responder
a nuestras ideas y pensamientos; así reemplazamos la materia que no responde a
nuestras intenciones. De aquí la necesidad y conveniencia de crear y mantener
pensamientos e ideales positivos. Cuando el hombre intenta vivir la vida superior, es
decir, actuar como lo haría nuestro verdadero Yo superior, elimina la materia mental grosera
y atrae la positiva y espiritualizada de las regiones superiores del Mundo del Pensamiento
; así nos unimos más a nuestro verdadero Yo el cual se expresará cada día más. Como
es lógico, esto hará que el cuerpo de deseos responda con sentimientos y deseos
más elevados. Normalmente el ser humano actúa basándose en su aspecto mental
inferior o concreto el cual está unido a su cuerpo de deseos, son pocas las veces
que el hombre piensa como debiera, es decir, sin deseos; y de eso se trata, de razonar
para no estar dominado por los deseos ni por los sentimientos y para que, a través de
lo positivo y elevado, demos pie a que el aspecto inferior de la mente se una a la
superior, o lo que es lo mismo, el hombre se una a su verdadero ser.
Veamos porque en esoterismo se dice que hay que vencer el deseo personal. El aspecto
inferior de la mente, (la mente concreta) está tan unida al cuerpo de deseos que reaccionan
el uno sobre el otro, es decir, la mente se ve impulsada por el deseo y, a su vez, busca
placer a través de éste. La mente intenta crear imágenes de placer a la vez que rechaza
crear lo que del cuerpo de deseos reconocemos como dolor o malestar, por tanto, lo que
ocurre es que la mente aumenta las pasiones animales con sus impresiones grabadas
y valiéndose de la memoria y la imaginación.
Razonando el párrafo anterior podemos comprender por qué el hombre actúa muchas
veces peor que los animales, esto es, el cuerpo mental estimula al cuerpo de deseos
despertando así deseos y pasiones que en el animal no están activos. Por esta misma
razón el hombre poco evolucionado se deja dominar por el aspecto inferior del cuerpo
de deseos, o sea, por los sentidos, la astucia, la lujuria, la crueldad, etc. Por este motivo,
cuando el aspecto mental se pone al servicio de los sentidos, del materialismo y de los
peores deseos y sentimientos, el hombre pasa mucho tiempo en el purgatorio después de
muerto. Sin embargo, no debemos olvidar que la libertad y el poder de elevarnos y unirnos
al Yo superior, está en la mente puesto que a través de ella podemos conseguir el
autocontrol, solo es necesario que la conciencia se identifique con la mente
pero no con los deseos inferiores.
Quien fortalece su voluntad y persiste una y otra vez trabaja desde el interior y lo elevado
y no dejándose dominar por lo externo y por los sentidos, el de fuerte voluntad
domina las circunstancias externas poniendo en actividad las fuerzas adecuadas
según sean sus experiencias acumuladas. Según se progresa en este sentido, se
libera cada vez más del cuerpo de deseos y se aumenta el poder de la mente superior
sobre la inferior manifestando así genialidad, desarrollo espiritual, inspiración y profecía.
Lo mismo que la mayoría de nosotros hemos vencido y transmutado la parte inferior y
más animal del cuerpo de deseos, así debemos seguir utilizando la razón para centrar
la conciencia en el aspecto superior de la mente (ideales elevados, espiritualidad,
conceptos abstractos, etc.) y no en este cuerpo. Este desarrollo no solo nos hace
más libres por no depender tanto del cuerpo de deseos, sino que además nos
favorecerá el abandono de los cuerpos y de la tierra después de la muerte del cuerpo físico.
Cuando pensamos emitimos una vibración que afecta al cuerpo mental lo mismo que
cuando estamos deseando algo estamos afectando al cuerpo de deseos, sin embargo,
un pensamiento afecta de dos diferentes formas entre otras, estas son: Primera,
a nuestro cuerpo mental transformándolo y creando hábitos de pensamientos; y
segunda, al Mundo del Pensamiento y a las mentes de las personas para intentar
reproducir el pensamiento u otro similar de acuerdo al cuerpo mental de la otra
persona. Esto puede tener éxito o no dependiendo de la energía (vida) que el
pensamiento tenga y esto, a su vez, dependerá de la voluntad o fuerza con que se
haya creado y de la claridad del pensamiento. Así es que, cuando una persona
centra su voluntad y concentra su mente, estos pensamientos llegarán más lejos y
cumplirán su misión si es que la tienen. De esta forma podemos comprender
que la mayoría de los pensamientos que creamos constantemente se debilitan y
son absorbidos por todos los de los demás existentes en nuestra sociedad y
en el Mundo del Pensamiento. Por el contrario, los pensamientos concentrados
y creados voluntariamente con cierta intención, serán más fuertes y llegarán a
su destino cumpliendo así su misión sin nada que se interponga en su camino. Esto
nos lleva a tener una idea más clara del efecto de la concentración, de la oración,
del estudio concentrado e incluso del hecho de mantener la mente todo el día en
cualquier tema abstracto o espiritualmente elevado.
Como sabemos los ocultistas, cuando una persona se obsesiona con algo pero aún
no ha tomado la decisión de hacer lo que desea, puede ser impulsada a ese acto
tan deseado simplemente porque le afecte un pensamiento de la misma naturaleza
de otra persona. Así es, esto no significa que un pensamiento de amor y de fraternidad
pueda hacer buena persona al que siempre está pensando en hacer mal, pero algún
efecto tiene. Lo mismo que cuando un estudiante ha aprendido lo que se imparte en un
curso y, por tanto, necesita pasar a otro, también cuando un pensamiento elevado llega
al cuerpo mental de otro despierta esa misma vibración, lo que puede convertirse en la
base de una nueva forma de pensar. Por esta razón hay cada día más empeño en
formar círculos o grupos con ideas altruistas y fraternales, por no decir del efecto
positivo que causan las frases y pensamientos tan bellos que nos enviamos algunos
por correo electrónico. La persona que sea tan egoísta que esté todo el día pensando
de qué manera puede beneficiarse no tendrá fácil la admisión de los pensamientos
elevados, pero cualquier otra de nuestra sociedad sí. Por tanto, es obligación de
todos (y más del que tiene este conocimiento) ser una fuente de pensamientos
que ayuden y eleven la conciencia de la sociedad así como mandar pensamientos
de ayuda, en cualquier sentido cuando sabemos que alguien los necesita. Naturalmente
que los lugares donde se practique la oración, la meditación o concentración
sobre temas elevados, o simplemente, cualquier agrupación que trabaje con ideales
elevados, ya hacen una gran labor en la sociedad.
No olvidemos que cualquier pensamiento que consigue despertar una vibración simpática
en otro cuerpo mental será absorbida por éste aumentando así esa vibración o fuerza en
él. Pero, por desgracia, el hombre es todavía muy egoísta y la mayoría de sus pensamientos
se quedan con él creando una atmósfera que repercute sobre sí mismo; es decir, hacen
que el pensador siga creando pensamientos de esa misma naturaleza. Así se producen
las autosugestiones, las obsesiones y las tentaciones que, aún en momentos de
descanso no dejan en paz al creador de esos pensamientos. Así, una persona que se
obsesiona con matar (como vemos casi a diario en nuestra sociedad) a su compañera
por medio de repetir ese pensamiento, termina matándola o el niño que consigue creerse
que es superman porque lleva pensando en ello mucho tiempo, se puede
lanzar al vacío pensando que puede volar.
Así es que llegamos a la conclusión de que mientras el hombre no domine su mente, y
con su voluntad y discernimiento la mantenga limpia y despejada, no podrá ver con
claridad lo que es real como lo ve el verdadero Yo superior. Esto es así porque, una
vez analizados nuestros hábitos mentales, podemos asegurar que nuestro cuerpo
mental junto al cuerpo de deseos nos engañan y dominan sutilmente haciendo que nos
centremos en hábitos vulgares y antiguas formas de pensar en vez de ayudarnos a elevar
la vibración o elevarnos de plano. Por tanto, aquí podemos aplicar ese dicho de que las
cosas se ven según el color del cristal con que se miren. Es necesario, por este motivo,
que el hombre sea consciente de lo que piensa y que acompañe sus pensamientos
con sentimientos y deseos elevados en vez de pasarse el día creando pensamientos
absurdos y sin sentimientos o de naturaleza maléfica. Cuando no se haga así, al menos,
debería estar la mente concentrada en lo que el hombre esté haciendo en sus labores
cotidianas. De esta forma no permitirá que otros pensamientos indeseables le penetren
y se conviertan en tentación ya que, como sabemos, estos pensamientos penetran en
nuestro cuerpo mental a la mínima posibilidad que tienen. Claro que, ¿qué mejor protección
contra esas influencias que andar pensando en estos conocimientos y estar con
la mente en los aspectos más elevados de la vida y del espíritu?
Para responder simpáticamente a otro pensamiento debemos tener en nosotros mismos
algo de esa misma naturaleza, por tanto y si queremos que esto no ocurra, no debemos
pensar en nada negativo y sí en lo positivo; de esta forma los pensamientos indeseables
revotarán en nuestra aura y no nos influirán. Debemos tener siempre presente que allá
donde estemos llevamos con nosotros todo nuestro mundo de pensamientos y que
vamos sembrando la atmósfera influyendo a los demás. La gran diferencia entre un
hombre poco evolucionado y otro que sí lo está, es que el primero no controla apenas
su mente y se deja influenciar por la atmósfera mental de donde se encuentre y
que el segundo utiliza su mente voluntaria y conscientemente para crear pensamientos
que le ayuden a él mismo y a la humanidad. Trabajando de esta forma no solo estamos
protegidos, armónicos y siempre positivos, sino que, a la vez, estamos evolucionando
porque cada vez utilizamos materia más elevada del Mundo del Pensamiento.
Si, como hemos dicho, con nuestros pensamientos creamos nuestro propio mundo,
el cual llevamos a todos los sitios a la vez que influenciamos al resto del mundo, al
considerar a los demás igual que a nosotros mismos comprenderemos que entre todos
creamos una atmósfera mental nacional, la cual puede ser más o menos racial, patriótica,
democrática, solidaria, etc. Y lo mismo que somos responsables por los pensamientos
que creamos y su efecto sobre las personas que nos rodean, también somos
responsables, kármicamente hablando, por el efecto de nuestros pensamientos a
nivel nacional. Esto entra dentro de lo que llamamos karma colectivo, por ejemplo el
nazi que además de hacer mal y dar órdenes contra los judíos, estaba pensando cómo
hacer más mal o a más personas. La naturaleza de los pensamientos de un país
afectan a todos (patriotismo, opinión pública, costumbres culturales, etc.) y
muy especialmente a los
niños puesto que afectan más en la educación. El pensamiento afecta a los cuerpo de deseos
de otros y éstos estimulan al cuerpo mental para que cree pensamientos de la
naturaleza que sea, así es que, tanto dormidos como despiertos, todos somos
receptivos a los pensamientos de los demás.
Por este motivo deberíamos tener más cuidado con lo que pensamos individualmente.
Si yo doy una conferencia, mis pensamientos y mis palabras alcanzarán a la mente de
todos y, aunque será más afectado quien preste más atención, los pensamientos
intentarán estimular las vibraciones correspondientes de los cuerpos de deseos
de los asistentes durante un tiempo al igual que a su mente. Ahora interpretemos
este conocimiento a través de una persona que haya hecho algo malo y que la gente
lo critica cada vez más ¿qué ocurre? Pues que las que critican, además de crearse
un mal karma futuro, están aumentando ese mal en el Mundo del Pensamiento
afectando a todo el mundo y muy en particular a esa persona que critican. Es
más, cuando alguien comete un mal por culpa de un pensamiento nuestro,
tenemos parte de culpa en el karma de esa persona.
El hombre actual centra su actividad mental en las cuatro regiones inferiores del Mundo
del Pensamiento, son pocos los que suelen pensar en cosas relacionadas con los planos
superiores pero, aún así, en esas regiones hay infinidad de gradaciones o vibraciones
que hacen que los pensamientos de la misma naturaleza se asocien y fortalezcan. Esto
nos lleva a asegurar que una persona devota, rosacruz, o simplemente que mantenga
una línea de pensamientos nobles y espirituales, se verán atraídos hacia esas
regiones y agrupaciones incluso cuando duermen. Durante el día estamos conectados
con esas zonas del Mundo Mental según nuestras creaciones mentales, pero
hay quien acelera su desarrollo y aumenta sus conocimientos por las noches.
Pongamos un ejemplo de todo esto, cuando un estudiante de ocultismo estudia por
primera vez algunos diagramas representativos de lo que llamaos cosmogénesis, le
será tan difícil entenderlos como a un niño respecto a las matemáticas. Pero cuando,
día tras día, persistimos concentrando la mente, estamos abriendo un camino o
canal por medio del cual nos será cada día más fácil caminar, es decir, entenderlo
y asimilarlo. A partir de esa centralización y concentración de la mente en el tema y
región que corresponda, es cuando podemos extraer mayor provecho intelectual.
Si de verdad queremos mantener una mente lúcida y desarrollarla espiritualmente a
través del ocultismo y la devoción para que sea capaz de captar lo más elevado del
mundo mental, debemos adquirir el hábito de pensar recta y noblemente. Estas
palabras escritas afectarán al cuerpo mental del lector, y lo mismo ocurre con los
pensamientos de los profesores, conferenciantes, etc., pero el que nos afecten o
no y el grado en que lo hagan dependerá siempre de nosotros mismos. Si yo
escucho una conferencia que creo que me puede perjudicar por las cosas que
enseña, lo primero que debo hacer es no hacer nada de lo escuchado, olvidarlo todo,
y no pensar en ello; de esta forma, lo poco que me haya afectado se atrofiará o
morirá por inanición. Somos nosotros quienes marcamos el grado vibración de
nuestra mente según la naturaleza de lo que pensamos, así es que, quien
piensa en ser altruista es difícil que le afecten los pensamientos egoístas, y quien
de verdad viva la vida devocional es difícil que se pierda por el mundo de la diversión
y del vicio. Sin embargo, es necesario recordar que las mentes desocupadas y
ociosas son más débiles ante la tentación.
Por esta razón debemos “conocernos a nosotros mismos” y, una vez analizados los
defectos y las virtudes, fortalecer la voluntad para controlar nuestra manera de
pensar y para no permitir que nos penetren otros pensamientos indeseables; esta
es otra manera de que el cuerpo de deseos no se convierta en el tentador que nos
termine llevando a caer en algún vicio o mal hábito. A más de una persona le parecerá
una tontería pero cuando no hay un esfuerzo por controlar la mente, se comienza por
una pequeña crítica, se continua por consumir o hacer cosas que perjudican a
la mente (alcohol, películas pornográficas, conversaciones donde se muestra el odio
hacia alguien, racismo, el tabaco y otras drogas, etc.) y se termina cayendo en algún
vicio o mal hábito que nos aparte de nuestra práctica espiritual diaria y de
nuestros elevados ideales. Es muy aconsejable para el aspirante espiritual que
entrene deliberadamente su mente y que utilice su discernimiento y la
concentración para aumentar el poder mental. Estamos construyendo nuestro
cuerpo mental a cada momento, con cada pensamiento que creamos y con
todos los que nos influyen; incluso dormidos atraemos materia mental mientras
vamos expulsando otra que ya no nos sirve. Por eso debemos estar siempre
elevados para que no penetren los pensamientos vulgares y egoístas de los
demás. Recordemos que todo buen pensamiento y sentimiento aquí se convierten
en poderes y facultades después de la muerte y en la próxima vida.