MÉTODOS PROTECTORES CONTRA
LAS INFLUENCIAS NEGATIVAS
El ser humano está rodeado de un aura etérica que se relaciona con su vitalidad, con sus
sentimientos y emociones, y con sus pensamientos. Esa aura vibra de acuerdo al grado de
evolución de la persona, es decir, de acuerdo a la naturaleza de sus sentimientos, deseos
pensamientos, etc., por consiguiente, es el grado de vibración el que manifiesta y atrae a
otros sentimientos, deseos y pensamientos de similares características así como a una serie
de espíritus y elementales de baja naturaleza que simpatizan con esa vibración. De esta
forma, cada uno de nosotros llevamos en nuestra aura lo que somos y eso lo hemos comprobado
muchas veces cuando, al tratar con alguien durante un corto espacio de tiempo, hemos l
legado a la conclusión de que no nos gusta y no coincidimos con su carácter o todo lo
contrario. Tal hecho no es otra cosa que el efecto de la interpenetración de las dos auras.
Pero las auras también atraen lo que haya cerca de ellas y que sea de la misma naturaleza,
así es que, la persona de mal carácter y de malos sentimientos en general, llevará consigo
elementales de esa vibración que atraerán a otros que haya en los lugares donde esa
persona vaya o que se encuentren en las auras de las personas con quien trata. Es
más, esos espíritus elementales que pululan a nuestro alrededor necesitan alimento
como cualquier otro y de acuerdo al tipo de cuerpo que utilice y su vibración, así es que
, en el caso del aura, se dedican a estimular a la persona a través de la misma para que
siga emitiendo esos malos sentimientos y pensamientos. Por poner un ejemplo, el
alcohólico se sentirá estimulado para beber puesto que esos elementales necesitan
la vibración del alcohol para su desarrollo y lo mismo ocurrirá con todo aquello que
domine la voluntad de las personas. Claro que también ocurre lo mismo en sentido
contrario, la buena persona que le gusta orar y es fraternal, altruista y cariñosa,
llevará elementales de esa naturaleza en su aura y atraerá a los de esa vibración hacia
él, y cuanto más bien haga y mejor sea, más atraerá a esos espíritus que le protegerán
y le traerán suerte gracias a su carácter.
El magnetismo en nuestras auras atrae otras fuerzas externas de las personas que
nos rodean y según el lugar donde nos encontremos. Cuando esta fuerza magnética es
involuntaria, suele durar poco con nosotros si no alimentamos su vibración pero, cuando
ha sido creada voluntariamente por medio de un ritual, entonces dura más tiempo y se
aferra más a las personas y cosas como lo hace el olor del pescado (por ejemplo) respecto
al pescadero que lo vende. En los casos de influencias negativas débiles, se puede uno
liberar de ellas con sólo ponerse ropa limpia, bañarse en agua bendecida y
hacer alguna oración purificadora.
Sabiendo esto, podemos decir que la “buena o mala suerte” la hacemos muchas veces
nosotros mismos según sea nuestro carácter y nuestra forma de pensar pero, además,
esas acciones y pensamientos manifestados en acciones, no sólo tienen su efecto en el
momento y en esta vida, sino que también lo tendrán en la próxima a través de lo que
llamamos buen o mal karma. No cabe la menor duda de que lo ideal para mantener
nuestra aura y nuestra mente limpia es no tener malos sentimientos, deseos ni pensamientos
contra nadie ni por nada, pero hay casos en que nos pueden perjudicar sin nosotros
saberlo y, por tanto, es necesario ayudarse de otros medios para no verse afectado
por otros maleficios de otros espíritus o incluso de otras personas; esos son los siguientes:
1º.- Las oraciones, invocaciones, plegarias, meditaciones y otros ejercicios esotéricos
y religiosos de naturaleza espiritual.
2º.- Los símbolos esotéricos u ocultistas que representan al mundo de Dios y sus Jerarquías,
las imágenes religiosas que podemos llevar encima, y los talismanes o amuletos
confeccionados según la astrología o similares pero relacionados con la persona misma.
“Un ritual o cualquier otro acto físico, hecho con voluntad e imaginación, siempre
que esté relacionado con la limpieza o protección de alguien o algo, y se invoque a
los poderes espirituales, se convertirá en un rito de purificación.”
La plegaria tiene el poder de elevarse a los mundos superiores (según sea su vibración)
donde está fortalecida por cada persona que la practica y de donde se obtiene su
respuesta protectora. Lo mismo ocurre con las medallas y amuletos sagrados o
místicos reflejos de arquetipos espirituales creados por la mente del hombre, pero
cuya vibración elevada se comunica con el agente físico que una persona pueda
llevar. En definitiva, estos objetos crean una relación entre lo espiritual y divino y lo humano.
La protección de estos objetos y demás prácticas no tienen nada que ver con el karma,
con protectores de malas influencias astrales y mentales de personas o espíritus
encarnados o desencarnados. Una persona puede caer enferma o fracasar en sus
negocios por un maleficio, es muy posible que con la adecuada protección no
hubiera ocurrido. Pero también es necesario que la persona interesada en protegerse
sepa que la protección sin un trabajo espiritual voluntario por su parte de poco sirve,
es decir, tiene que comenzar por controlar y dirigir sus cuerpos de deseos y mental hacia
una línea de desarrollo positivo que eleve las vibraciones de su aura. En ese trabajo
entran las: Oraciones, invocaciones, rituales, plegarias y otros ejercicios esotéricos y
de control mental. No es necesario decir que todos los ejercicios y oraciones deben ser
practicados con sumo respeto y devoción a Dios o a quien vayan dirigidas.
Hay otros métodos de defensa que deberíamos tener siempre presente, el psíquico o
meditativo y el práctico o invocativo. El método meditativo trata de meditar o tener en
la mente, siempre que se pueda, algún motivo o ideal elevado en sentido devocional
y espiritual; algo así como lo que siempre han echo los grandes místicos como Santa
Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. Este ejercicio eleva las vibraciones del aura y
cierra la entrada a toda clase de influencia negativa a la vez que nos estimula los
sentimientos y pensamientos positivos (amor, fraternidad, altruismo, paz...) de lo que
se trata es de elevar la conciencia a los planos espirituales donde no puede existir el
mal, pero como esto no se consigue fácilmente, nos podemos servir de objetos, símbolos
o imágenes para ello porque estimulan más fácilmente la devoción y el amor. El método
invocativo, como su palabra indica, trata de invocar poderosas fuerzas espirituales por
medio de rituales, oraciones o plegarias para que actúen sobre algo concreto. Para
ello incluso nos podemos valer de objetos consagrados, agua, símbolos cristianos
o divinos, amuletos sagrados, etc.
Hay que tener muy claro que de nada sirve hacer estos ejercicios (por ejemplo para limpiar
una habitación) si la persona no lleva una vida de pureza y, además, no se purifica su aura
y su mente. De aquí la necesidad de llevar una vida pura siendo conscientes en todo
momento de los pensamientos, sentimientos y deseos que creamos y que vamos sembrando.
También es conveniente tener presente que cuando meditemos sobre algo, oremos, o
hagamos cualquier otro ejercicio espiritual, es siempre mejor en un lugar cuya atmósfera
esté limpia de negatividades, como por ejemplo, un lugar de la casa donde siempre
hagamos nuestros ejercicios o dentro de un círculo mágico.
Pongamos un ejemplo del doble efecto de una meditación sobre Cristo llevando el oficiante
una Cruz colgada o teniéndola en la habitación donde la haga. Cuando el interesado cierra
los ojos y medita sobre la obra de Cristo, (por ejemplo el Sermón de la Montaña o
cualquier otro pasaje amoroso suyo) según va creciendo su amor y su devoción, se va
elevando al mundo donde está la imagen de Cristo alimentada por tantos y tantos
pensamientos y sentimientos devocionales de otras personas. Entonces eleva las
vibraciones de su aura y su conciencia, se aísla de lo terrenal para entrar en lo abstracto,
pero además, también estará magnetizando espiritualmente la cruz que esté presente en
ese lugar. Para que el lector lo tenga algo más claro, diré que es algo similar a lo que ocurre
cuando miles de personas, a lo largo de los años, rezan con devoción ante la imagen de
la Virgen, esa imagen o estatua emitirá unos efluvios fruto de la devoción de sus devotos
que, cualquier persona sensible a esas vibraciones, las percibirá cuando se acerque. Lo
mismo ocurre cuando se entra a una catedral antigua, aunque claro, unos percibirán o
sentirán más esos efectos que otros según su desarrollo espiritual y según
sean las vibraciones de su aura.
En los párrafos siguientes expondré toda una serie de ayudas que servirán para que la
persona se sienta protegida las 24 horas del día, si a eso añade el interesado el
correspondiente control personal sobre sus sentimientos, deseos y pensamientos,
podemos asegurar que estará más protegido de las malas influencias y que su vida será
más positiva en todos lo sentidos como así lo demostrará su carácter.
Las personas que verdaderamente comprenden el ocultismo también saben que existen
otros seres que habitan en el plano etérico de nuestra tierra y en los mundos superiores,
algunos de ellos de poco desarrollo pueden interferir en nuestra vida dependiendo de
lo que hagamos. Estos seres pueden ser evolucionantes como nosotros pero que se
encuentran en un grado muy inferior, o bien artificiales creados por nuestras propias
negatividades. De cualquier manera, y sobre todo los que son sensibles a esos planos,
pueden percibirlos o sentirlos y comprobar hasta qué punto son perjudiciales en nuestra
vida cotidiana. De aquí que yo aconseje practicar las oraciones y ejercicios espirituales
que he puesto en mis blogs pero, aún así, a continuación voy a describir otros ejercicios
que a lo largo de mis estudios y prácticas, he comprobado que son efectivos; éstos
pertenecen a diferentes escuelas de ocultismo y magia.
PARA EXPULSAR A UNA ENTIDAD
NEGATIVA DE UNA HABITACIÓN
“Yo te expulso, espíritu del mal y te requiero (hacer la cruz) por el Dios verdadero (ídem),
por el Dios vivo (ídem) por el Dios Santo, salir y alejarte de este lugar para jamás volver al
mismo; te lo ordeno en nombre de aquel que te ha vencido y que ha triunfado sobre ti en
el patíbulo de la Cruz y cuyo poder te ha encadenado para siempre.
Te ordeno no aterrorizar nunca más a aquellos que habiten en esta morada, en nombre de
Dios (hacer la señal de la cruz) Padre (ídem) Hijo (ídem) y Espíritu Santo, que vive y reina
por todos los siglos de los siglos, así sea.
Te rogamos Señor, que visites esta morada, expulses de la misma a todas las emboscadas
del enemigo; que tus Santos habiten en ella, que nos mantengan en la paz; y
que tu bendición esté siempre con nosotros. Así sea.
PARA EVITAR LA CONDENSACIÓN DE
ENERGÍA NEGATIVA EN ALGÚN LUGAR
La sal consagrada y disuelta en un poco de vinagre, situada en algunos pequeños
recipientes y repartidos por las habitaciones, suele
retener los grados bajos de energías negativas.
EL AGUA Y LA SAL COMO PROTECTORES
Lo primero que se debe hacer es BENDECIR LA SAL: Apuntando a la sal con los dedos
corazón e índice y con el resto de los dedos hacia dentro y con el brazo extendido, se
dice: “Yo te exorcizo, criatura de la tierra, por el Dios viviente (se hace la señal de la
cruz), por el Dios Santo (ídem), por el Dios Omnipotente (ídem), para que puedas ser
purificado de todas las influencias malignas en el nombre de Adonai, que
es el Señor de Ángeles y de hombres”
Extendiendo la mano sobre la sal se dice: “Criatura de la tierra, adora a tu creador en
el nombre de Dios Padre Todopoderoso, hacedor del cielo y de la tierra, y de Jesucristo
su Hijo nuestro salvador, yo te consagro (hacer la señal de la cruz) al servicio
de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”.
A continuación se BENDICE EL AGUA: Apuntando con los mismos dedos al agua
se dice: “Yo te exorcizo criatura del agua, adora a tu Creador en el nombre de Dios
Padre Todopoderoso, que decretó un firmamento en el medio de las aguas y de
Jesucristo, su Hijo nuestro Salvador, yo te consagro (hacer la señal de la cruz)
al servicio de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.”
ARROJANDO LA SAL EN EL AGUA: Se dice: “Te rogamos ¡OH Dios! Señor del
cielo y de la tierra y de todo lo que existe en ellos, tanto visible como invisible,
que extiendas la mano derecha de tu Poder sobre estas criaturas de los elementos
y las santifiques en tu Santo Nombre. Concede que esta sal pueda hacer la salud
del cuerpo y este agua la salud del alma y que puedan ser barridos del lugar donde
se usen todo poder de adversidad y toda ilusión y artificio
del mal por Jesucristo nuestro Salvador, amén.”
AL UTILIZAR EL AGUA: Hay que decir: “En el nombre que está por encima de todo
otro nombre y en el Poder del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, yo exorcizo
todas las influencias y semillas del mal, y hago caer sobre ellas el conjuro de la
Santa Iglesia de Cristo, de que puedan ser atadas fuertemente como con cadenas
y arrojadas a las tinieblas externas, de modo que no molesten a los sirvientes de Dios”.
CUANDO ES UN SITIO EN EL EXTERIOR
“Colocar unos ajos en el sitio donde nos encontremos y dejarlos toda
la noche, al siguiente día se deberán quemar.”
PARA PURIFICAR EL AURA
Nos debemos situar de pie mirando al Este para hacer la señal de la cruz diciendo:
(En la frente) “A ti ¡OH Dios!, (en el plexo solar) “el Reino”, (en el hombro derecho)
“el Poder, (en el hombro izquierdo) “y la Gloria”, (juntando las manos) “por los
siglos de los siglos Amén”. - Para mayor protección es
conveniente hacerlo dentro del Círculo mágico.