Los necios se precipitan
Esta semana estamos estudiando una historia en la que Moisés le habla al pueblo
sobre los errores que han cometido y sobre lo que pueden hacer para corregirlos.
Para decirlo suavemente, los israelitas, como tú y como yo, no eran personas
muy justas y tuvieron momentos de reactividad mientras estaban en el desierto.
Así pues, parece razonable que Moisés tuviera algo que decir sobre eso. Pero lo
que es aún más interesante es que aprendemos que Moisés esperó 40 años
antes de mencionarles siquiera sus errores.
Sabiendo que Moisés tenía una intención positiva en todo lo que hacía, debió tener
sus motivos para esperar 40 años antes de mencionar los defectos de los israelitas.
Cuando vemos a alguien hacer algo erróneo, especialmente cuando es algo que
personalmente nos molesta o nos lastima, queremos corregir inmediatamente a la
persona o expresar nuestra frustración. Esto no se debe a que estemos preocupados
por la persona o por su alma. Es porque nos sentimos heridos, enojados o
molestos; y entonces reaccionamos.
Sin embargo, cuando estamos en un camino espiritual, es importante que aprendamos
a revelar los errores de los demás, no a través del enojo por lo que nos han hecho,
sino mediante un deseo sincero de ayudarles. Si nuestras acciones están basadas
en nuestros sentimientos de interés propio, no serán útiles para el
desarrollo de la otra persona y pueden herirlos.
Por este motivo, los grandes kabbalistas nos enseñaron que debemos esperar al
menos tres días completos antes de responder a un acto que hemos percibido como
ofensivo. Hasta entonces, cualquier reacción provendrá inevitablemente del deseo
de recibir sólo para uno mismo. De hecho, algunos de nuestros sabios incluso
sugieren que esperemos hasta que haya pasado al menos un Shabat.
¡El mismo Moisés esperó 40 años!
Esta semana, cuando te encuentres en una situación en la que sientas la necesidad
de gritar a alguien por su negatividad, o de decirle a una persona lo que está
haciendo mal en su vida o lo que hizo para molestarte, date unos cuantos días
hasta que puedas enfocar la circunstancia desde el punto de vista de
querer verdaderamente ayudar a la persona.
De ninguna forma es una tarea fácil, pero si nos comprometemos a trabajar en
ella, podemos crear una gran diferencia en nuestras relaciones con los demás.
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