Luego el
Maestro volvió a su habitación otra vez y le comunicó que había pasado la prueba. Le dijo
que si hubiera aceptado la propuesta o condición específicamente, la de mantener las
enseñanzas en secreto al mundo, él, el Hermano Mayor, no hubiera vuelto. Se le comunicó
también que el candidato en principio elegido, el que estuvo bajo instrucción durante
algunos años y quién de hecho había resultado ser el mismo que fue usado como atracción a
propósito que Max Heindel fuera a Berlín, utilizando a una amiga con fin de inducirlo a ir -
había fracasado en pasar la prueba en 1.905 y también, que él, Max Heindel, había estado
bajo observación de los Hermanos Mayores por un número de años como el mejor sustituto
en caso de fallar el primero. Por último le fue comunicado que sus enseñanzas debían ser
difundidas al público antes de concluir la primera década del siglo, lo que sería hacia el fin
de Diciembre de 1.910. En esta última entrevista con el Maestro, le fueron dadas
instrucciones de cómo llegar al Templo de la Rosa Cruz. En el Templo Max Heindel pasó
algo más de un mes en directa comunicación con y bajo instrucción personal de los
Hermanos Mayores, quienes le impartieron gran parte de las enseñanzas del Concepto
Rosacruz del Cosmos. Fue su sueño el de afiliarse y trabajar con una orden humanitaria,
pero nunca aspiró al liderazgo. Pero si creemos en el lenguaje de los planetas y observamos
el horóscopo del Sr. Heindel notando que el 6º grado de Leo en el Ascendente con el Sol, la
Luna, Mercurio y la Parte de la Fortuna, todos posicionados en la 1a. casa, encontramos su
condición de líder, uno que no puede ser seguidor, pues su mentalidad y personalidad le
traerían gran ilustración y elocuencia. Por naturaleza Max Heindel no era dominador,
tampoco de los que buscan estar siempre aventajando a los demás, era una persona a quién
se consideraba ilustrada, alguien en quién se podía confiar. Naturalmente tal persona sería
impulsada a posiciones de responsabilidad y autoridad. El Sol y la Luna unidos en el
Ascendente impelen a este nativo al frente. También Max Heindel tenía un muy bien
aspectado Venus en la casa de los amigos. Esto siempre le trajo amigos fieles y confiables
que fueron responsables para cooperar en la obra. Venus indica especialmente amigas
mujeres y un ejemplo es esta señora por quien él viajó a Alemania. Allí, de la manera más
inesperada toma contacto con los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz. La mayor
desventaja de Max Heindel era su cuerpo tan inestable y problemático. A los ocho años de
edad, sufrió un accidente en su pierna izquierda, mientras jugaba con un grupo de amigos
en su camino a clases. La ciudad de Copenhagen (Dinamarca) tenía un gran número de
arroyos, o más bien zanjas con orillas a ambos lados, que eran utilizadas como transporte
de agua para irrigación de las diferentes partes de la ciudad. Los niños pequeños
comenzaron a saltar sobre estas zanjas, las que en algunos lugares eran realmente anchas y
el niño además debía escalarlas, siendo el resultado una caída que le provocó un fortísimo
golpe en el talón, con un terrible dolor. Aunque tarde fue al colegio y estuvo el resto del día
soportando dicho dolor; toda la noche resistió el sufrimiento sin querer contarlo a su madre,
porque el día anterior los niños habían estado jugando y evadiendo ciertas
responsabilidades de estudio. Al día siguiente en la escuela se desmayó y fue necesario
cortar un zapato para librar su pie hinchado. A esto siguieron dieciséis meses de internación
en un hospital de Copenhague. Se le practicaron tres agujeros a través del hueso bajo la
rodilla, removiendo además vasos sanguíneos, haciéndole imposible la normal circulación.
Así, al llegar a edad madura, luego de vivir una vida de gran actividad y trabajo duro, su
corazón no soportó tanto esfuerzo y una pérdida en una válvula fue el resultado. Por
supuesto que sufrió intensamente y en unos pocos meses su cuerpo se rebeló,
compeliéndole a estar en la cama. Consecuentemente, mucho de ese tiempo, luego de
repasar la gran cantidad de trabajos para corregir de la Fraternidad, estando él en cama
apoyado en almohadas, con los papeles sobre una pieza de cartón, con su pluma continuaba
afanosamente escribiendo las cartas mensuales y las lecciones tan esperadas por tantos
estudiantes y probacionistas en el mundo entero. Cuando llegó al Templo de la Hermandad
Rosacruz, tal como le fue indicado, él estaba extrañamente sorprendido pues previamente
se había figurado este edificio como una hermosa y gran estructura, resultando ser bastante
diferente. El fue hospedado en lo que aparentemente era una modesta pero espaciosa casa
de un gentil hombre de campo, un edificio que nadie hubiera imaginado que podía ser la
sede de un tan antiguo y poderoso grupo de místicos. Cientos de curiosos, hombres y
mujeres, habían indagado en Alemania en sus ansias de encontrar este edificio, pero ellos,
como Max Heindel, se lo habían imaginado siempre como un noble y gran templo. Y así lo
encontró él, cuando sus ojos fueron abiertos para percibir el Templo espiritual ínterpenetrando
y atravesando la estructura física. Allí, como ya se dijo, los Hermanos Mayores
le impartieron las enseñanzas de ese maravilloso libro, el Concepto Rosacruz del Cosmos,
que debía ser el principal texto de estudio de la Asociación que Max Heindel quería formar
La Fraternidad Rosacruz-. Ellos también le habían dicho que las 350 o más páginas de sus
manuscritos deberían ser ampliadas y reescritas cuando llegara a la atmósfera tan eléctrica
de América. Max Heindel dudaba de esto, pues estaba tan convencido y exaltado por las
enseñanzas que había recibido de los Hermanos Mayores que no se imaginaba
reescribiéndolas, pero este era el caso. El llegó a Nueva York con muy poco dinero pero
con el espíritu en alto y rentó una pequeña habitación en el primer piso de una casa de
alquiler. Aquí trabajó durante los calurosos días del verano, desde muy temprano en la
mañana hasta muy tarde en la noche, sin siquiera tomarse el tiempo necesario para una
correcta alimentación y mantenerse sano. El se compró una caja de galletas de trigo e
indicó al lechero que dejara una botella de leche fuera en su puerta, esto constituía su ración
diaria hasta adentrada la tarde cuando salía a caminar y comía su única comida del día.
Después de algunas semanas de intenso calor, él dejó Nueva York con rumbo a Búffalo,
donde intentó dar lecciones para solventar sus gastos, pues su dinero comenzaba a acabarse.
Pero no fue recibido con mucho interés aquí, por lo que continuó viaje a Columbus, Ohio,
donde encontró gran interés por sus enseñanzas y el apoyo necesario para continuar con su
libro. El dio su primera lección en esta ciudad en la tarde del 14 de noviembre de 1.908.
Una artista, la señora Mary Rath Merrill, y su hija, le ofrecieron amablemente dibujar los
diagramas necesarios para explicar ciertos temas que él había escrito. Esto fue en
Columbus, Ohio, donde Max Heindel compró una máquina mimeográfica de segunda mano
y comenzó la reproducir las veinte lecciones de Cristianismo Rosacruz. Así pasó horas
trabajando hasta muy tarde en la noche, para hacer copias mimeográficas de cada lección,
las que daba al concluir las clases a cada asistente. Formó aquí un pequeño grupo que
continuó difundiendo sus lecciones una vez que partió a Seattle. Su único ruego era con
objeto de lograr que el “Concepto Rosacruz del Cosmos” fuera impreso, pero las pequeñas
contribuciones que recibía por sus enseñanzas apenas le alcanzaban para su simple comida
y el alquiler de una pequeña habitación. Al fin, juntó lo suficiente para pagarse el pasaje de
tren, viajando el día entero en última clase, pues no podía pagarse camarote. Tenía una
querida amiga en Portland, la señora Mildred Kyle, a la que había estado enviando el
manuscrito del libro que estaba escribiendo. Estaba alborozada por este trabajo tan
maravilloso y comenzó a usar estas lecciones en sus clases. También se procuró dos
experimentados lectores de confianza para ayudarla a leer y hacer las correcciones
necesarias a medida que recibía el manuscrito. Ella fue la que lo alentó a volver a la costa
oeste. También le había prometido a Max Heindel que una vez terminado su libro, ella
interesaría a diez de sus amigas para donar cien dólares con vistas a imprimir un trabajo tan
valioso. Otro amigo de Max Heindel era William Patterson, de Seattle, cuando leyó el
manuscrito su primera impresión fue que los conocimientos que contenía eran muy
avanzados para el mundo de entonces. Aconsejó esperar veinte años hasta que el mundo
estuviera más preparado, pero cuando conoció los planes de la gente de Portland, en el acto
se ofreció a pagar la impresión y también llevó a Max Heindel a Chicago. Esto fue hecho, y
así estos dos hombres pasaron algún tiempo mientras M. A. Donohue & Co. imprimió las
dos mil copias de la primera edición. Antes que la copia de su libro fuera dada a la editorial,
fue necesario que Max Heindel retipeara el libro entero, pues lápices de cuatro colores
distintos habían sido usados por quienes lo habían ayudado tan gentilmente a preparar el
manuscrito. Un trabajo muy valioso fue hecho por Tessie Brewster y Kingsmill
Commander en la cuidadosa edición. Max Heindel reescribió entonces las 536 páginas de
su maravilloso manuscrito. Luego se le agregaron los índices y algún que otro material, la
lista de palabras y el índice por temas fue escrito por él para facilitar a los lectores un
estudio sistemático de cada tema. Tanto la primera como la segunda copia de este gran libro
fueron hechas por Max Heindel en una pequeña y anticuada máquina de escribir
Blickensderfer. Con vistas a tener una estación central de distribución, cuando la primera
edición de dos mil copias del Concepto Rosacruz del Cosmos fue terminada en Noviembre
de 1.909, una mujer que manejaba una editorial Teosófica en Chicago se ofreció para
clasificar todos los pedidos que debían ser enviados. Ambas, la primera y la segunda
ediciones de este maravilloso libro fueron vendidas en la pequeña suma de tan sólo un
dólar. Editoriales del este comenzaron a interesarse en él y los pedidos eran cada vez más
frecuentes. Max Heindel, en su gran y honesto corazón nunca desconfió de esta mujer, para
él cada hombre o mujer eran honestos hasta que se probara lo contrario. La infeliz sorpresa
vino cuando Max Heindel, luego de unos seis meses, se enteró que la primera edición se
había agotado, a pesar de que él había recibido tan sólo quinientas copias, según le habían
dicho. Desafortunadamente, la verdad finalmente aprendida fue que esta mujer con quien él
tenía depositadas sus quinientas copias estaba endeudada con todos los editores que le
habían confiado sus libros. Cuando fue presionada a pagar esas numerosas cuentas, ofreció
en pago de cada deuda la correspondiente cantidad de libros Concepto Rosacruz del
Cosmos, lo que rápidamente agotó la primera edición. Así, cuando Max Heindel requería
libros para satisfacer los pedidos de la zona noroeste de América, esta señora era incapaz de
enviarlos.
Continua....