Aunque la mayoría de nosotros nos consideramos como personas que comparten,
probablemente caemos en la trampa de compartir con ataduras. Tenemos la
tendencia a dar más a las personas que a cambio nos dan amor, amistad o seguridad.
Si realmente quieres practicar el compartir sin recibir nada a cambio, da algo a la
persona que no tiene nada que ofrecerte.
Comienza con una persona a la semana, luego haz que sean dos. Esta es una práctica
poderosa para que crezca nuestra capacidad para compartir incondicionalmente.