"Uno de los pasajes más conocidos de los Evangelios, es aquél en el que un doctor de la ley le pregunta a Jesús: «Maestro, ¿cuál es el mayor mandamiento?» Y Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu pensamiento y con toda tu fuerza.» Con esta respuesta Jesús sobrentiende que el hombre está constituido por cuatro principios psíquicos: el corazón, el alma, el intelecto (el pensamiento) y el espíritu (la fuerza, porque sólo el espíritu posee la verdadera fuerza) y que estos cuatro principios deben ser puestos al servicio de la Divinidad. El Maestro Peter Deunov ha explicado esta respuesta de Jesús el día que dijo: «Tened el corazón puro como el cristal, el intelecto luminoso como el sol, el alma vasta como el universo y el espíritu poderoso como Dios y unido a Dios.» Debemos pues amar a Dios con la pureza de nuestro corazón, con la luz de nuestro intelecto, con la inmensidad de nuestra alma y con la fuerza de nuestro espíritu. He ahí lo que significa verdaderamente «amar» al Señor."
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