Señor, tú eres la verdadera luz. Tú me conoces a fondo y sabes perfectamente para qué estoy hecho y qué es lo que me conviene.
Yo muchas veces me confundo, o tomo decisiones apresuradas que luego me perjudican o perjudican a los demás.
No quiero caminar a oscuras, como si la luz no existiera, no quiero una vida sin sentido y sin orientación. Prefiero caminar según tu proyecto y cumplir tu sueño para mi vida.
Dame la gracia de aprender a consultarte para no desgastar mi vida inútilmente. Ilumina mis pasos y guíame por el camino correcto.