Cada día podemos buscar la emoción de lo que puede ocurrir en el campo de todas las posibilidades. Si nos
sentimos inseguros, estamos en el camino correcto - no nos demos por vencidos. En realidad no necesitamos
tener una idea rígida y completa de lo que haremos la semana próxima o el año próximo, porque si tenemos
una idea clara de lo que ha de suceder y nos aferramos rígidamente a ella, dejaremos por fuera un enorme
abanico de posibilidades.
Una de las características del campo de todas las posibilidades es la correlación infinita. Este campo puede
orquestar una infinidad de sucesos espacio-temporales con el fin de producir el resultado esperado. Pero
cuando hay apego, la intención queda atrapada en una forma de pensar rígida y se pierden la fluidez, la
creatividad y la espontaneidad inherentes al campo de todas las posibilidades. Cuando nos apegamos a algo,
congelamos nuestro deseo, lo alejamos de esa fluidez y esa flexibilidad infinitas y lo encerramos dentro de un
rígido marco que obstaculiza el proceso total de la creación.
La ley del desapego no obstaculiza la ley de la intención y el deseo - la fijación de metas. Siempre tenemos la
intención de avanzar en una determinada dirección, siempre tenemos una meta. Sin embargo, entre el punto A
y el punto B hay un número infinito de posibilidades, y si la incertidumbre está presente, podremos cambiar de
dirección en cualquier momento si encontramos un ideal superior o algo más emocionante. Al mismo tiempo,
será menos probable que forcemos las soluciones de los problemas, lo cual hará posible que nos
mantengamos atentos a las oportunidades.