La ira y la impaciencia tienen diferentes niveles o grados, siendo el más bajo el mal genio, pero no por eso menos dañino, ya que una persona mal humorada no sólo crea una desarmonía en el ambiente que la rodea, sino que es una auto agresión, que se verá reflejada en su salud, con la irritación de su colón, el alza de presión y el aumento de su estrés.
El grado superlativo de la ira, es cuando convierte a la persona que la siente, en un verdadero animal, incapaz de razonar y que lo ciega a tal punto, que es totalmente incapaz de darse cuenta de las consecuencias de sus actos. “Como una ciudad derribada y sin muro, el hombre con rabia ya no tiene rienda. Cruel es la ira e impetuoso el furor. Los hombres iracundos levantan contiendas y los furiosos multiplican sus errores.” 1673
La indignación, contrariamente a la ira, es un enojo controlado y justificado, ante una situación ignominiosa determinada. Es una reacción que demuestra que estamos vivos y que nos revelamos contra la injusticia, amenazas o abusos y tomamos acciones concretas para evitarlas, que fue por ejemplo, lo que Jesús hizo cuando expulsó a los mercaderes del templo.
“Esta limpieza del templo, revela la actitud del Maestro hacia la comercialización de las prácticas de la religión, así como también el hecho de que detestaba toda forma de injusticia y aprovechamiento a expensas de los pobres y de los ignorantes. Este episodio demuestra también, que Jesús no aprobaba la actitud de no emplear la fuerza, cuando se trata de proteger a la mayoría de un grupo humano, contra las prácticas injustas y esclavizantes de una minoría. No se debe permitir que los hombre astutos y malvados se organicen para la explotación y opresión de los que debido a su idealismo, no están dispuestos a recurrir a la fuerza para protegerse.” 1891
No hay que confundir mansedumbre, con la debilidad de carácter. Se puede demostrar el enojo, y desaprobación, sin perder la paz interna, porque ser manso es tener el corazón limpio y “la pureza espiritual, no es una cualidad negativa porque no contiene venganza.”1574 Al igual que la flor del loto que viviendo en el lozadal es capaz de brindarnos su belleza.
yolanda silva solano