La bondad siempre avanza hacia nuevos niveles de creciente libertad de autorrealización moral y de alcance de la personalidad espiritual .
Libro de Urantia. Pág. 1453
La bondad camina tomada de la mano de la alegría y el optimismo, es de sonrisa fácil y mirada atenta para ayudar a quien lo necesita, no teme decir te quiero… cuenta conmigo…sabe que un apretón de mano, un abrazo, un gesto de ternura, muchas veces son mucho más estimulantes que un consejo no pedido, o una crítica.
Más que una ayuda material, casi siempre brinda más bien una ayuda emocional, que va dirigida con gran tino al corazón de la otra persona, porque sabe que “aun la expresión de un pensamiento bueno, debe ser modulado de acuerdo con el estado intelectual y el desarrollo espiritual del oyente, pues la sinceridad cumple mejor su función en el trabajo del reino, cuando está unida a la discreción” 1961 por eso, la bondad no busca la ostentación ni el reconocimiento, porque tiene la certeza que lo que hace es lo único que tiene que hacer un hijo de Dios que ama a su Padre y a todos los hombres como sus hermanos.
La bondad, es el antídoto de las rencillas y discusiones, porque es cierto que dos no pelean si uno no quiere, pero no se trata de ser débil y el “buenito” que siempre calla y jamás reclama, no, la bondad no es una virtud pasiva El ser bondadoso no equivale a ser blando, condescendiente con la injusticia, o indiferente ante lo que esta bien o esta mal en las actitudes y palabras de quienes nos rodean, por el contrario, se puede ser enérgico y exigente, sin dejar de ser comprensivo, amable y bondadoso.
En esto, tiene mucho que ver el tono de nuestra voz, porque las mismas cosas no son recibidas de la misma manera, según sea la inflexión y la forma en que digamos lo que tenemos que decir, porque ellas reflejan nuestra verdadera intención.
¡Cambiemos el mundo con los virales del amor, la bondad y la alegría... inundemos la Redes Sociales con estas vibraciones, que sin lugar a dudas irán limpiando la noosfera de Urantia y acercando a todos sus habitantes... al Reino de los cielos.
yolanda silva solano