El suelo del alma en desarrollo es humano y material, pero
el destino de esta criatura combinada de mente y espíritu, es espiritual y
divino
Libro de Urantia.Pág.1738
Si en verdad deseamos ser
espirituales, debemos esforzarnos por conocernos a nosotros mismos, no sólo
para corregir lo que pueda estar mal, sino también para
potenciar lo que tenemos, empezando por el hecho de ser hijos de Dios, pues “el
amor del Padre individualiza
cada personalidad
como un hijo único del Padre Universal, un hijo sin duplicado en el infinito,
una criatura volitiva irremplazable en toda la eternidad.”138
“Podemos conocer esta verdad
en nuestra propia experiencia personal, puesto que todos mantenemos la identidad
de la personalidad y la unidad de la voluntad apesar del cambio constante de
nosotros mismos y de nuestro medio ambiente.”31 pues la vida de la criatura evolutiva está acechada por ciertas inevitabilidades.”51 Sin
embargo, aún cuando “el alma es un crecimiento viviente,
la mente y los sentimientos morales del individuo, constituyen la tierra de la
cual han de brotat estas manifestaciones más elevadas del desarrollo humano y
del destino divino. El suelo del alma en desarrollo es humano y material, pero
el destino de esta criatura combinada de mente y espíritu, es espiritual y
divino.”1738
“ La mente es tu buque, el Ajustador es tu piloto, la voluntad
humana es el capitán. El dueño del barco mortal debería tener la sabiduría de
confiar en el piloto divino para guiar a su alma ascendente a los puertos
morontiales de la supervivencia eterna. Sólo mediante el egoísmo, la pereza y el
pecado puede la voluntad del hombre rechazar la guía de un piloto tan amante y
finalmente naufragar su carrera mortal en los acantilados malignos de la
misericordia rechazada y contra las rocas del pecado aceptado. Con tu
consentimiento, este piloto fiel te conducirá con seguridad a través de las
barreras del tiempo y de los obstaculos del espacio a la fuente misma de la
mente divina y aun más allá, aun hasta el Padre Paradisiaco de los
Ajustadores.”1217
Se nos dan los Ayudantes de la mente y todas las
herramientas necesarias para evolucionar y acercarnos a nuestro Padre, pero este
acercamiento ha der totalmente volitivo, no lo podemos alcanzar si no conocemos
cuales son nuestras debilidades y nuestras potencialidades, porque es nuestro
albedrío quien deberá elegir lo que sinceramente deseamos hacer y ofrecer a
Dios.
Si no nos conocemos a nosotros mismos, no podremos tener
empatía, ni conocer ni amar a nuestros hermanos, privándonos de la verdadera
hermandad y de una de las grandes satisfacciones, porque “conocer a nuestros
hermanos, entender sus problemas y aprender a amarlos es la suprema experiencia
de la vida”1431
yolanda silva solano