Dios es la
abundancia en todos los sentidos, por tanto una persona realmente espiritual,
que está unida a El y que cumple con las leyes de la naturaleza, debería tener
acceso a los canales de la abundancia, pues un pasar económico holgado, permite
una mejor evolución de nuestro espíritu, porque será muy difícil e
irresponsable, dedicarse a meditar con tranquilidad, a sabiendas que falta el dinero para cubrir las necesidades
básicas.
Jesús tuvo que trabajar para sostener a su
familia y “eso fue una salvaguarda segura contra la meditación ociosa, o la
complacencia en tendencias místicas.1393"
Muchas veces un celo desmedido por lo espiritual arranca al ser humano de
su realidad material, ocasionando serios problemas en su bienestar y en el de
los otros, olvidando que “no debemos ser místicos pasivos ni ascetas insulsos,
no debéis llegar a ser soñadores ni
vagabundos que confían ciegamente en una Providencia ficticia para que provea de
las necesidades vitales 1931". El refrán
popular dice a Dios rogando y con el mazo dando, porque nada se consigue sin
esfuerzo y perseverancia.
El dinero es una
energía que está integrada al Universo, a las leyes del Cosmos, detrás de los
actos más simples, siempre hay una retroalimentación, la ley de Causa y Efecto
es manifiesta. Por eso hay que hacer circular el dinero en forma consciente, al
gastar en forma constructiva, se crea una corriente de dinero lo cual es muy
positivo, porque nos ayuda a ganarlo. Hay que hacerle espacio al dinero, si
queremos tener más, también debemos acostumbrarnos a dar más, a compartir con
otros nuestro buen pasar y nuestras ganancias, porque “las cosas materiales y
temporales deben estar subordinadas al bienestar del alma y al progreso de la
naturaleza espiritual. 1822" y la mejor manera de hacerlo es compartiendo con
los demás.