Jesús defendía y sostenía esta presentación de la
diversidad de experiencias personales en las cosas del reino.
Libro de Urantia. Pág.1658
Diversidad, una
sola palabra, y un mundo tras ella, porque si se la pone en práctica, encierra
sabiduría, tolerancia, comprensión y
respeto por nuestros hermanos, virtudes que necesitamos, para poder hacer
nuestras, las palabras, que tan bien decía Voltaire: “Disiento de lo que dices,
estoy en total desacuerdo con ello, pero defendería con mi vida, tu derecho a
decirlo”.
Por eso Jesús,
“repetidas veces les dijo, que no era su deseo que los que creyeran en El se volvieran dogmatizados y
estandarizados, según las interpretaciones religiosas de los hombres, aun de los
hombres buenos. Una y otra vez amonestó
a los apóstoles en contra de la elaboración de credos y el establecimiento de
tradiciones, como medio para guiar y controlar a los creyentes en el evangelio
del reino” 1592.
Siguiendo sus
enseñanzas, los apóstoles “no hacían ningún esfuerzo por enseñar exactamente
igual, no había fórmulas normalizadas ni dogmáticas de las doctrinas
teológicas. Aun cuando todos ellos
enseñaban la misma verdad, cada
apóstol presentaba su propia interpretación de las enseñanzas del Maestro. Jesús defendía y sostenía esta presentación
de la diversidad de experiencias personales en las cosas del reino, armonizando
y coordinando infaliblemente estas muchas visiones divergentes del evangelio”
1658.
“La intolerancia es
la máscara que oculta secretas incertidumbres sobre la verdad de las creencias
de uno. Ningún hombre nunca se molesta
por la actitud de su prójimo, si tiene absoluta confianza en la verdad de lo que
cree de todo corazón. El coraje es
confianza en la total honestidad de lo que profesamos creer. Los hombres sinceros, no temen el examen
crítico de sus convicciones firmes e ideales nobles”1641, tampoco “Cometáis el
error de juzgar la religión de otro con vuestras propias normas de conocimiento
y verdad” 1115.
yolanda silva solano yosis282@gail.com