Sólo cuando
se conciba a Dios Padre, como Supremo, los hombres podrán llegar a ser hermanos
y a vivir juntos y en paz sobre la tierra.
Libro de
Urantia. Pág.1487
La homogeneidad de las razas, al igual que el reparto
por igual de los bienes materiales, seguirá siendo una dulce utopía, mientras el
hombre no logre elevar su estado de conciencia y logre convertirse en un Ser
dotado de un desarrollo espiritual tal, que le permita en verdad reconocer en
cada hombre a un hijo de Dios, a un hermano.
“La desigualdad
mental y física de los seres humanos, garantiza la aparición de clases sociales.
Los únicos mundos sin estratos sociales son los más primitivos y los más
avanzados. Una civilización en ciernes aún no ha comenzado la superación de los
niveles sociales, mientras que un mundo establecido en luz y vida ha borrado en
gran parte estas divisiones de la humanidad, que tan propias son de todas las
etapas evolutivas intermedias.”794
“Los seres que gozan de libre albedrío y que se
consideran iguales, a menos que se reconozcan mutuamente como súbditos de una
soberanía superior, de una autoridad que está por encima de todos ellos, tarde o
temprano caen en la tentación de probar su capacidad para imponer su poder y
autoridad sobre otras personas y grupos. El concepto de igualdad no conduce
nunca a la paz, a menos que exista un reconocimiento mutuo de una influencia
controladora de soberanía superior. Sólo cuando se conciba a Dios Padre, como
Supremo, los hombres podrán llegar a ser hermanos religiosos y a vivir juntos y
en paz sobre la tierra. 1487
Esto que a nosotros los humanos nos resulta difícil de
asimilar y comprender, no lo es menos para nuestros Ajustadores. “Las razas
humanas más elevadas de Urantia, están mezcladas en forma compleja, son una
combinación de muchas razas y cepas de orígenes diferentes. Esta naturaleza
compuesta, hace extremadamente difícil el trabajo eficiente del Ajustador
durante la vida y del serafín guardián después de la muerte”
1223.
yolanda silva solano yosis282@gmail.com