La puerta del Reino está abierta de par en par para
todos los que deseen conocer la verdad y encontrar a Dios.
Libro de Urantia. Pág.1541
Cuando uno
asume las afirmaciones de Jesús, no puede dejar de pensar como sería en la
actualidad el mundo, si los creyentes del evangelio hubiesen sido fieles a estas
enseñanzas. ¡Cuántas cruzadas, cuántas Inquisiciones, cuantas guerras mal
llamadas santas y cuantos errores e injusticias se hubiesen evitado y se
seguirían evitando.
Hasta el
día de hoy, siguen las religiones arrogándose la primacía de su propia religión
y los hombres siguen convirtiéndose en enemigos de los que no piensan igual,
olvidando "que todas las religiones son buenas en cuanto llevan al hombre a
Dios. Es un error para cualquier grupo religioso concebir que su credo sea la
Verdad, esa actitud habla más de arrpgancia teológica que de certidumbre en la
fe.1012"
Tener una
mente abierta a la Verdad es la única y verdadera forma de acercarnos en forma
volitiva a nuestro Padre, que por amor no dudó en enviarnos a su Hijo para que
nos enseñara que él no tenía pueblos ni ciudadanos escogidos. "todo el que
quiera puede vernir a Mí, no hay restricciones, ni calificaciones, salvo la fe
del que viene.1567 porque "la verdad divina no se puede aprisionar en fórmulas
credos, códigos o esquemas intelectuales de conducta humana, porque cuando lo
intentas, la verdad divina muere rápidamente.1949 y es incapaz de producir los
frutos del espíritu y repartirlos entre sus semejantes. Una religión que dice
amar a Dios a quien no ve y descuida a sus hermanos a quienes si puede ver y
servir, no es religión, es un rito y un autoengaño.
Jesús en
otra ocasión se refirió a esta amplitud de criterio y dijo: "Todos los hombres
son mis hermanos. Mi Padre celestial no menosprecia a ninguna de las criaturas
de nuestra creación. El reino del cielo está abierto para todos los hombres y
mujeres. Ningún hombre puede cerrar la puerta de la misericordia a un alma
hambrienta que procura entrar. Nos sentaremos a comer con todos los que deseen
oír sobre el reino. A los ojos de nuestro Padre que nos contempla desde lo alto,
todos los hombres son iguales. No os negaréis pues a romper el pan con un
fariseo o un pecador, un saduceo o un publicano, un romano o un judío, un rico o
un pobre, un hombre libre o un esclavo. La puerta del reino está abierta de par
en par para todos los que deseen conocer la verdad y encontrar a
Dios.1541"
No nos
sintamos nunca superiores a nadie, porque Dios ve las intenciones de todos los
hombres y nuestro deber es aprender de ellos y de lo bueno que sus religiones
puedan aportarnos, porque la Verdad está en todas partes y a nosotros nos toca
descubrirla y aprovecharla.