1.- Siempre
que hablaba de Dios, lo anunciaba como un Dios cercano, misericordioso e
interesado por el bien de la persona. (Parábola del Hijo pródigo: Lc.
15, 11-32).
2.- Lo esencial de la enseñanza de Jesús era la comunicación de algo gozoso, de una buena noticia.
La buena noticia de que el Reinado de Dios ya había llegado: “Jesús
recorría Galilea entera, enseñando en aquellas sinagogas, proclamando la
buena noticia del reino y curando todo achaque y enfermedad del pueblo”
(Mt. 4, 23).
3.-
Jesús comunica su mensaje en relación con la vida, con los
acontecimientos diarios, asumiendo las preocupaciones, gozos y
esperanzas de las personas.
4.-Jesús hablaba desde una gran ternura e interés
por las personas concretas. Era muy sensible a la situación de los más
desfavorecidos. Se acercaba a ese sufrimiento concreto y lo hacía suyo:
“Al desembarcar vio Jesús mucha gente, le dio lástima de ellos, porque
andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles con calma” (Mc.
6, 34).
5.- Su palabra estaba respaldada por el testimonio de toda su vida: “Si no me creéis a mí, creed en mis obras” (Jn. 10, 38).