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~~CATECISMO~~: LA BIBLIA, SU DIVISION, SUS LIBROS, LENGUAS
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De: Atlantida (Mensaje original) |
Enviado: 20/02/2020 04:17 |
La Biblia , su división, sus libros, lenguasPara conocer las Sagradas Escrituras
Por: Antonio Gracia | Fuente: Catholic.net
¿Todo lo escrito acerca de Dios, ha sido escrito por Dios?
Existen miles de libros que los hombres han escrito acerca de Dios a lo
largo de la historia. De éstos, algunos son famosos como el Popol-Vuh de
los mayas o el Ramayana y el Mahabaratha de los brahamanes. Cuando
murió Jesucristo, sus seguidores escribieron cientos de libros acerca de
su vida. Algunos eran fidedignos y otros inventaban cosas sólo para
ganar adeptos. Estos últimos le atribuían a Jesús niño actos
extraordinarios como dar vida a sus juguetes de madera, hablar con los
animales y otro hechos similares. Estos libros los conocemos como los
evangelios apócrifos.
La Iglesia, con el poder que ha recibido por la Tradición apostólica,
recopiló todos estos libros, los analizó y, con la luz del Espíritu
Santo, seleccionó y aprobó solamente 73 de ellos como la misma Palabra
de Dios. Estos 73 libros se reunieron posteriormente en uno solo,
llamado Biblia o Canon de las Escrituras.
La Biblia es la Palabra de Dios, escrita por el mismo Dios a través de la pluma de los hagiógrafos.
Por ser el Espíritu Santo el que iluminó a la Iglesia al hacer la
selección, podemos estar seguros de que en este conjunto de libros está
escrita la Verdad de manera fiel y sin error.
1. Hay muchas Biblias distintas. ¿Cuál es la buena?
Encontramos en las librerías decenas de títulos distintos: La Biblia de
los mormones, La Biblia del pueblo, La Biblia de los gedeones, La Biblia
latinoamericana, La Biblia de los Testigos de Jehová, La Biblia de
Jerusalén y muchas más.
Esto se debe a dos motivos:
- Personas
de buena voluntad, que acordes con lo dictado por la Iglesia, han hecho
traducciones y adaptaciones a los diferentes lenguajes, para hacer más
accesible la Palabra de Dios a todos los hombres.
- Sectas
y religiones que han suprimido o retocado lo que no les gustaba, o que
han adulterado el mensaje de Dios, al modificar las palabras
originalmente escritas por los hagiógrafos.
Para sabe si una Biblia es la original
Por todo lo anterior, al comprar una Biblia, es importante revisar que sea la original. ¿Cómo?
1. Verificando quen incluya los 73 libros que aparecen en la siguiente tabla: 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento.
2. Verificando en la contraportada que la Biblia esté
aprobada por alguna autoridad de la Iglesia Católica. Esta aprobación
aparece con las palabras en latín ‘imprimatur” y “nihil obstat”, que significan: “se puede imprimir” y “nada obstaculiza su impresión”.
3. Asesorándote con algún sacerdote de confianza.
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Primer
Anterior
2 a 3 de 3
Siguiente
Último
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- 2. División general
La Biblia se divide, ante todo, en dos grandes partes:
- Antiguo Testamento
- Nuevo Testamento, ambos relacionados entre sí.
La palabra latina testamentum -de donde viene la palabra española
testamento- fue empleada al principio de la era cristiana, para traducir
la voz griega: diatheké, que literalmente significaba disposición,
contrato.
A su vez, los traductores griegos, llamados los Setenta, la usaron para
traducir la expresión hebrea berit = pacto de soberanía, por medio de
la cual designaban los hebreos la Alianza del Sinaí. Lo importante es
que el término Testamento ha quedado para designar, hasta nuestros días,
la división de las Escrituras.
3. División numérica de la Biblia
Dos grandes religiones se rigen por las enseñanzas de la Biblia: la
judía y la cristiana, la cual está integrada por católicos, ortodoxos y
diferentes denominaciones.
Los judíos sólo aceptan, como es claro, lo que nosotros llamamos
Antiguo Testamento y lo dividen en tres grandes partes: "La Ley, los
Profetas y otros escritos sagrados". Está compuesta por 39 libros.
Para los católicos, la Biblia –Antiguo y Nuevo Testamento– está formada
por 73 libros: 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. Los
protestantes de las principales denominaciones, sólo aceptan una lista
bíblica de 66 libros: 39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo.
Como se ve, la diferencia entre católicos y protestantes se encuentra,
no en el canon o lista de los libros del Nuevo Testamento, sino del
Antiguo.
Antes se manejaba la hipótesis de que en el judaísmo había dos cánones,
el largo (o alejandrino) y el corto (o palestinense). De acuerdo a
esto, la Iglesia había seguido el canon largo o alejandrino, mientras
que los judíos a partir del siglo I ó II después de Cristo, se habrían
quedado con el canon corto o palestinense.
Hoy en día esta hipótesis es rechazada por las siguientes razones:
a) Por un lado, la traducción de la Biblia hebrea al
griego no fue una obra unitaria en su finalidad o proyecto, ni fue
traducida simultáneamente.
b) Por otro lado, conocemos la mayor parte de la
Biblia de los Setenta a través de códices cristianos del siglo IV y V
después de Cristo. Por lo tanto, ellos reflejarían, en todo caso, el uso
cristiano de este tiempo. Y aún allí mismo, podemos comprobar la
variabilidad que existía en algunos puntos.
c)Además, entre los judíos de Palestina no había una
uniformidad en lo que respecta al canon; por esto, tampoco podremos
hablar de un canon palestinense.
Por todos estos motivos, no podemos conocer las fronteras exactas de los libros reconocidos por los judíos de Alejandría.
Seguramente, además de los libros que habían surgido en Palestina,
tenían libros propios compuestos en Alejandría, en lengua griega, como
por ejemplo el de la Sabiduría.
La Iglesia católica, lo mismo que la ortodoxa, a partir del Concilio de
Hipona en el año 383 después de Cristo, admitió como inspirados no sólo
los protocanónicos (o aceptados primero, por eso se llaman de la
primera ley) sino los deuterocanónicos (o de la segunda ley), lista que
fue confirmada solemnemente por el Concilio de Trento, en 1546.
Hemos de mencionar, como argumento irrefutable para afirmar que la Biblia consta de 73 libros y no de 66, lo siguiente:
- La
primera comunidad cristiana (Comunidad de los Apóstoles y discípulos
del Señor) usó esta traducción de la Biblia griega de los Setenta, es
decir el Antiguo Testamento con 46 libros.
- Jesucristo,
al señalarle a san Pedro: "Te daré las llaves del Reino de Dios; así,
lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en
la tierra quedará desatado en el cielo" (Mt 16, 19), nos obliga a hacer y
a aceptar lo que los primeros cristianos creían, hacían o usaban (sea
de palabra o de viva voz).
- Los
argumentos que los judíos usaron para no aceptar los libros
deuterocanónicos como parte del canon del Antiguo Testamento aceptado
por ellos, no gozan de la autoridad divina, en virtud, de que en ese
momento (año 100 después de Cristo), la Comunidad cristiana ya existía y
gozaba de plena autoridad en la materia.
Como vemos, la Iglesia tiene la razón al afirmar que la Biblia consta de 73 libros y no de 66 como dicen las sectas.
No hay que olvidar que la Biblia es la Palabra de Dios puesta por
escrito en un momento privilegiado de la Tradición, por lo tanto nada
puede añadirse, ni nada puede quitarse "La economía cristiana, por ser
la alianza nueva y definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra
revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo
nuestro Señor" (La Divina Revelación, # 4).
Por otro lado, siendo sinceros y honestos descubriremos que: la única
institución, la única Iglesia que transmitió por más de 1500 años la
Palabra de Dios al mundo entero, es la Iglesia Católica: en sus
monasterios, los monjes copiaban fielmente a mano el texto sagrado, la
Iglesia en su Liturgia, en sus celebraciones la veneraba de manera
especialísima, la vida de la Iglesia gira en torno a Cristo y éste
contenido en la Biblia.
¿Cómo aceptar la Biblia y no aceptar a la Iglesia que ha sido fiel
custodio y madre para que nada de lo que hay en ella se pierda?
¿Con qué autoridad puede alguien quitar o añadir algo a la Palabra de
Dios, si la Iglesia Católica fundada por Jesucristo, haciendo uso de su
autoridad divina ha declarado que nada puede añadirse ni nada puede
quitarse:
"Ante todo, tened presente que ninguna predicción de la Escritura
está a merced de interpretaciones personales; Porque ninguna predicción
antigua aconteció por designio humano; hombres como eran, hablaron de
parte de Dios movidos por el Espíritu Santo" (2 P 1, 20-21)?.
Los libros que no aceptan las sectas y los Nuevos Movimientos
pseudo-religiosos son los siguientes: Tobías, Judit, Sabiduría,
Eclesiástico, Baruc y 1 – 2 de Macabeos.
Usando una fórmula fácil de aprender, podemos citar estos libros de la siguiente manera: "ToJuSaEBa Mabis".
4. División temática
Teniendo en cuenta los distintos temas que nos ofrece la Biblia, podemos dividirlos en varios grupos:
Antiguo Testamento
En tiempo de Cristo –y aún ahora-, los judíos clasificaban las Escrituras en tres partes:
- la Ley,
- los Profetas
- otros Escritos.
La Ley y los Profetas eran los más importantes. El mismo Cristo los
cita, por ejemplo, en Mt 7, 12. Los escritos se empleaban en las
asambleas. El Eclesiástico los cita en el prefacio de su libro.
Hoy dividimos las Escrituras, así:
Los libros que componen la Biblia
Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento comienza con un conjunto de cinco libros, a los
cuales los traductores griegos dieron el nombre de Pentateuco (penta =
cinco; teuco = instrumentos, de donde provino luego la expresión
"estuches" para los rollos de papiro y finalmente "libros"). Los judíos
llaman a estos cinco libros la Torah o la Ley y los cinco libros eran
cada uno un "quinto" de la Ley.
Estos cinco libros son :
Pentateuco
- Éxodo
- Génesis
- Levítico
- Números
- Deuteronomio
Libros sapienciales
- Salmos
- Job
- Proverbios
- Eclesiastés
- Cantar de los Cantares
- Sabiduría
- Sirácide (Eclesiástico)
Libros históricos
- Josué
- Rut
- I Samuel
- II Samuel
- I Reyes
- II Reyes
- I Crónicas
- II Crónicas
- Esdras
- Nehemías
- Tobías
- Judit
- Ester
- Jueces
- I Macabeos
- II Macabeos
Los judíos llaman "profetas anteriores" a Josué, Jueces, Samuel y Reyes
ya que en ellos se encuentra la historia de los grandes profetas:
Elías, Eliseo y aún Samuel.
A los que nosotros llamamos profetas, los judíos los llaman profetas posteriores.
Digamos también que para la Biblia griega, los libros de Samuel y Reyes
formaban una sola unidad y los llamaban libros de los Reyes. Del mismo
modo, los libros I y II de Crónicas, formaban uno solo con Esdras y
Nehemías, por considerarse como obra del mismo autor.
La Biblia griega y la Vulgata de san Jerónimo llaman a Crónicas con el nombre de Paralipómenos.
Libros proféticos
- Isaías
- Jeremías*
- Lamentaciones
- Baruc
- Ezequiel
- Daniel
- Oseas
- Joel
- Amós
- Abdías
- Jonás
- Miqueas
- Nahum
- Habacuc
- Sofonías
- Ageo
- Sofonías
- Zacarías
- Malaquías
En algunas ediciones de la Biblia, los libros de Jeremías y Lamentaciones vienen unidos como un solo libro.
Nuevo Testamento
Evangelios
- Mateo
- Marcos
- Lucas
- Juan
Hechos de los apóstoles
Pertenecen a este grupo 21 Epístolas o Cartas:
Cartas del Nuevo Testamento
- Romanos
- I Corintios
- II Corintios
- Gálatas
- Efesios
- Filipenses
- Colosenses
- I Tesalonicenses
- II Tesalonicenses
- I Timoteo
- II Timoteo
- Tito
- Filemón
- Hebreos
Cartas Católicas
- Santiago
- I Pedro
- II Pedro
- I Juan
- II Juan
- III Juan
- Judas
- Apocalipsis
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5. Unidad de ambos Testamentos
El Antiguo y Nuevo Testamento se complementan mutuamente. Su
interrelación es tan completa, que el primero explica el segundo y
viceversa.
Sólo a la luz del Antiguo Testamento se alcanza a comprender el
primero; y sólo a la luz del Nuevo Testamento, nos damos cuenta de lo
que el Antiguo quiso decir.
Con razón, Cristo les decía a sus oyentes: "Investigad las Escrituras y
así comprobarán que Moisés habla de mí" (Jn 5, 39-45). Y san Lucas,
relatando el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús, dice que
Jesús "empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les
explicó todo lo que había sobre Él en las Escrituras" (Lc 24, 25-27). De
igual manera, san Mateo en sus tres primeros capítulos.
El Antiguo Testamento… ¿pasado de moda?
No necesariamente lo viejo se convierte en inservible. Hay cosas como
las monedas, los muebles finos o los sellos de correo, que aumentan de
valor conforme pasa el tiempo.
El Antiguo Testamento tuvo como fin preparar la venida de Cristo, pero
no pasó de moda con su llegada. Jesús no vino a abolir lo que estaba
escrito, sino a perfeccionarlo.
Por tanto, no podemos prescindir de los libros del Antiguo Testamento.
Todos son libros revelados por Dios y en ellos, aunque contienen
elementos imperfectos y pasajeros, encontramos el testimonio de la
pedagogía divina, enseñanzas maravillosas acerca de Dios, sabiduría
acerca del hombre, tesoros de oración. En ellos está escondido el
misterio de nuestra salvación.
En el Nuevo Testamento está plasmada la verdad definitiva de la
Revelación divina. Su objeto central es Jesucristo, sus obras, sus
enseñanzas, su pasión y su resurrección.
También nos narra los comienzos de la Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo.
Para entender plenamente el mensaje que Dios nos da en el Nuevo Testamento, es indispensable leerlo en relación con el Antiguo.
Toda la Sagrada Escritura es una sola Revelación, un solo mensaje
divino que Dios quiere comunicar al hombre, y no la podremos entender si
la escuchamos en forma fragmentada.
Podríamos comparar la Biblia con una cinta magnetofónica grabada en
estéreo: Para escucharla, usaremos un aparato con dos bocinas: una es el
Antiguo Testamento y la otra es el Nuevo Testamento. Puedes escuchar la
cinta con una sola bocina, pero no oirás la música completa, sino sólo
los sonidos graves o sólo los agudos; sólo los instrumentos o sólo las
voces. Para escuchar la música tal como la compuso el autor, deberás
conectar las dos bocinas y entonces disfrutarás del sonido integral de
la composición.
Para entender en toda su integridad el mensaje de Dios en las Sagradas
Escrituras, es necesario leer el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo y
leer el Nuevo Testamento a la luz del Antiguo.
La Iglesia ha descubierto una tipología que reconoce en las obras de
Dios en la Antigua Alianza, prefiguraciones de lo que haría Cristo en la
Nueva.
En el Antiguo Testamento está escondido el Nuevo Testamento y el
Antiguo Testamento se hace manifiesto en el Nuevo. Ambos se esclarecen
mutuamente y, por tanto, son inseparables.
6. Textos originales y copias
No existen los textos bíblicos autógrafos, escritos por la propia mano
del autor del libro de los Jueces, o de la Sabiduría, o de Marcos, o de
Filemón, etc. Esto no debe asustarnos, ya que tampoco se conservan los
originales de las grandes obras literarias y filosóficas de la
antigüedad (éstas últimas obras tienen pocos testimonios textuales, y a
veces con diferencias de unos diez siglos o más entre el original y las
primeras copias).
Cuando en ocasiones se habla de "originales", se refiere a las lenguas
en que originalmente fueron escritos. Por ejemplo, se dice: la
traducción de esta Biblia se hizo de los originales, es decir, de las
lenguas originales, hebreo, arameo y griego, según el caso.
7. Copias manuscritas
Material
En la antigüedad, para escribir algunas cosas se usaban las tablillas
de arcilla, las ostraka o pedazos de cerámica rota, las piedras, los
cilindros y las estelas.
Para copiar un libro de la Biblia o toda ella, este material no se
utilizaba, pues sólo podía aprovecharse para textos breves. El material
empleado para la copia de la Biblia fue de dos tipos: el papiro y el
pergamino.
El papiro (usado en Egipto desde el año 3,000 antes de Cristo). Es una
planta acuática –caña o junco- que se da sobre todo en el Delta del
Nilo. Se abría primero el tallo de la planta y luego se prensaba; las
láminas así obtenidas se entrecruzaban, se aplastaban y se secaban. Era
el material más común, pero a la vez el más frágil. Por lo regular se
escribía sólo por la parte interior. Se han conservado muchos papiros de
Egipto gracias a su clima seco.
Constituyen el testimonio más antiguo en el ámbito de manuscritos
bíblicos. El pergamino se forma con la piel de ciertos animales (ovejas,
corderos), preparada con una técnica especial perfeccionada en Pérgamo,
al norte de Éfeso, hacia el año 100 después de Cristo. Parece que fue
muy difundido por los persas.
En el Nuevo Testamento tenemos un testimonio de su uso en 2 Tim 4, 13:
"Cuando vengas, tráeme el abrigo que dejé en Tróada, en casa de Carpo, y
los libros, en especial, los pergaminos".
Del siglo IV después de Cristo en adelante fue muy común. Es un
material mucho más resistente, pero, a la vez, más caro. Por eso,
algunos manuscritos en pergamino fueron raspados por completo para que
pudieran ser utilizados de nuevo.
Formato
El rollo es una larga tira de papiro o piel, reforzada en las
extremidades con dos varas que servían para enrollarla (Cfr. Lc 4,
16-20; Jr 36). Aún en nuestros tiempos, los judíos utilizan los rollos.
El códice o libro ordinario (más común en pergaminos) fue empleado por
los cristianos desde el siglo II; pero por los judíos, más tarde, parece
que a partir del siglo VII. Los códices griegos se distinguen en
unciales o mayúsculos y minúsculos.
Los primeros son de letras mayúsculas continuas, más difíciles de leer
por no haber separación entre las palabras; estuvieron en boga hasta el
siglo X u XI; hay un poco más de 250 de ellos. Los segundos son de
letras minúsculas, más fáciles de leer porque se da la separación entre
las palabras. Empiezan a utilizarse a partir del siglo IX después de
Cristo y se multiplican desde el siglo XI; son alrededor de 2 mil 600.
8. Lenguas en que se escribió la Biblia
Para la composición de la Biblia se emplearon tres lenguas: la hebrea, la aramea y la griega.
- En hebreo se
escribió casi todo el Antiguo Testamento. Era la lengua propia del
Pueblo de Israel. Su origen es bastante oscuro. Parece que comenzaron a
hablarla los cananeos y después la adoptaron los israelitas a partir de
su estancia en Canaán.
- En Arameo,
lengua más antigua que el hebreo, se escribieron pocas cosas. Se pueden
citar algunos capítulos de Esdras, Jeremías, Daniel y Mateo. El arameo
comenzó a introducirse en Israel hacia los siglos IV y III antes de
Cristo y tomó tanto fuerza, que llegó a suplantar a la lengua hebrea.
Incluso Jesús hablaba con el pueblo en uno de los dialectos arameos.
- En griego fueron
escritos algunos libros del Antiguo Testamento, como el de la
Sabiduría, 2 Macabeos y todos los del Nuevo Testamento menos el
Evangelio de san Mateo. Este griego no era un griego clásico, como era
por ejemplo el de Demóstenes, sino un griego popular, vulgar y
corriente, llamado Koiné = común, que usaba el hombre de la calle. Se
generalizó después de la conquista en Grecia por Alejandro Magno.
Antiguo Testamento
- Daniel: hebreo, con fragmentos arameos y griegos
- Esdras: hebreo, con inserción de algunos documentos en arameo
- Ester: hebreo, con fragmentos griegos
- 1 Macabeos: hebreo. 2 Macabeos: griego
- Tobías y Judit: hebreo o arameo
- Sabiduría: griego
- Todos los demás libros: hebreo
Nuevo Testamento
- San Mateo: arameo
- Todos los demás libros: griego
9.Versiones de la Biblia
Hay que decir que, con el correr de los tiempos, se han hecho
innumerables versiones de la Biblia. Entre las más antiguas –que son las
que interesan más- hay dos muy importantes: la de los "Setenta" y la
Vulgata.
La versión de los Setenta. Según una tradición, fue
realizada por 70 sabios de Israel. Su elaboración, entre los siglos III y
I antes de nuestra era, estuvo destinada a los judíos de la Diáspora o
de la dispersión, es decir, para el culto de las comunidades judías que
vivían en el mundo grecorromano, especialmente de Alejandría y que ya
habían olvidado la lengua hebrea, o quizá mejor, con el fin de que
pudieran propagarla en la griega. En cualquier caso, esta traducción fue
importante para los judíos que hablaban el griego y que más tarde se
extendió por los países mediterráneos, preparando así el ambiente para
el Evangelio.
La versión de la Vulgata. Esta versión fue hecha en
latín por san Jerónimo en el siglo IV en Belén. Partió de una necesidad,
como la de los Setenta. Durante los dos primeros siglos se utilizaba en
la Iglesia el griego popular, que era el que se hablaba en el imperio
romano. Pero en el siglo III, se fue imponiendo el latín en Occidente.
Por esa razón la tradujo san Jerónimo al latín. De ella se han sacado
muchas ediciones hasta nuestros días, desde que el Concilio de Trento la
reconoció solemnemente como la versión oficial latina sin negar por
eso, el valor de otras versiones.
La Sagrada Escritura es muy valiosa para la vida de la Iglesia
Como la Sagrada Escritura es la Palabra de Dios viva, sabemos que su
poder y su fuerza para los cristianos es enorme. La Sagrada Escritura,
junto con la Eucaristía, es la que da sustento y vigor a la vida de la
Iglesia, asegura la firmeza de la fe, es alimento del alma y fuente de
vida espiritual
La Sagrada Escritura debe ser el alma de la teología, de la predicación
pastoral, de la catequesis, de la instrucción cristiana. Sólo así
aseguraremos en estas actividades, la presencia de Jesucristo, la
Palabra, y por tanto, los frutos de santidad de las mismas. Invitando a
Cristo a que nos acompañe en estas acciones, no nos quedaremos en lo
humano. Él mismo se encargará de santificar cada palabra que digamos
para darse a conocer a todos los hombres.
La Iglesia recomienda la lectura frecuente de la Sagrada Escritura, ya que desconocerla es desconocer a Cristo.
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