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~~CATECISMO~~: ¿Qué son los Profetas?
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De: Atlantida (Mensaje original) |
Enviado: 21/10/2021 23:31 |
¿Qué son los profetas?
Las palabras hebraicas que la Biblia usa para llamar a los profetas
son: Nabi, Hozé, Zoé (vidente). La más frecuente es Nabi: el que habla
con vehemencia, bajo el influjo de una fuerza superior, un inspirado.
La palabra profeta es griega y significa: “Hablar en nombre de...”. Por
tanto, el nombre profeta indica claramente la misión de estos hombres:
el profeta es el que habla en nombre de Yavhé; es su voz viva en medio
del pueblo, para recordar las promesas entre Dios y su pueblo, para
enderezar y corregir. Por tanto, tiene doble finalidad; ANUNCIAR Y DENUNCIAR.
En la Biblia también los profetas son llamados como: guardianes del
pueblo, centinelas de Yavhé. Son hombres de fuerte personalidad y
espiritualidad, intermediarios, siervos de Yavhé. Son hombres que, bajo
el impulso de Dios, comprenden lo que está sucediendo y transmiten al
pueblo un continuo llamado a la conversión, y su misión es discernir la
voluntad de Dios sobre el presente del pueblo, para proyectarlo a un
futuro de esperanza y de salvación.
2. ¿Cómo nació el profetismo?
En el plan de salvación, Dios siempre ha llamado a algunas personas, a
quienes envió a su pueblo. Sin embargo, cuando hablamos de profetas nos
referimos a aquellos que dejaron escritos su pensamiento y sus
profecías, y constan en el Canon bíblico.
3. ¿Cuáles son las enseñanzas principales de los profetas?
Recordarles la Alianza; reprocharles la infidelidad y las consecuencias
de esa infidelidad, si no se convierten: juicio y condena; la
restauración, como esperanza; el resto; el Mesianismo; la perspectiva
escatológica, es decir, la proyección de las promesas proféticas más
allá del tiempo.
4. ¿Qué características tienen los profetas?
Un llamado de Dios, esa llamada reviste al profeta de una misión: ser
la voz de Dios; esa llamada nace siempre en una experiencia fuerte de
Dios; la misión trae consigo contrariedades y cruces, pero el Señor les
protege y les ayuda.
5. ¿Cuántos son los profetas?
Son cuatro mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; y trece
menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc,
Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías y Baruc.
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OBJETIVO DOCTRINAL: Conocer a los profetas mayores.
OBJETIVO VIVENCIAL:
Tomar conciencia de que por ser bautizados, también nosotros somos
profetas, participamos del carácter profético de Cristo. De ahí la
urgencia de salir a evangelizar nuestro mundo.
TESIS:
Los libros proféticos son un género de libros “ardientes” e
“inflamados”, que pintan la lucha por la fidelidad a Dios por parte de
un pueblo que una y otra vez es sorprendido con las manos en la masa de
su pecado y de su fracaso. Los profetas se convierten así en los grandes
incitadores del pueblo de Dios, los que mantienen la fidelidad a la
Alianza, los creadores de la esperanza en el futuro. Son hombres
inspirados que se adelantan a su tiempo y van creando, poco a poco,
nuevas relaciones entre el Dios vivo e Israel, el pueblo escogido.
EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
- Isaías:
Vivió en el siglo VIII a.C. unos años antes del destierro. Es el
profeta mesiánico, cuya palabra golpea y consuela. Le tocó vivir la
tiranía de Asiria que conquistó, primero, el norte de Palestina, y
luego, Jerusalén. Es un profeta de ciudad y participaba activamente en
los asuntos de la clase dirigente. Interviene enérgicamente contra la
corrupción de Judá y Jerusalén. El libro del profeta Isaías ha sido
escrito por varios profetas, discípulos de Isaías.
- Jeremías:
Vivió en el siglo VII a.C. Profeta muy delicado, dotado de gran
sensibilidad; tímido y emotivo. En el pugnan la necesidad de paz y
ternura con la dureza del mensaje que tiene que anunciar, porque vivió
momentos terribles para su pueblo: el período de la humillación y del
exilio. Dos yugos uncían al pueblo: Asiria y Egipto. ¿Cómo sacudirse
este yugo?
- Ezequiel:
Vivió en el siglo VII a.C. Es el profeta del cautiverio, del exilio a
Babilonia, a donde fue deportado. En su libro, lleno de esperanza y de
consejos, busca tener viva la fe del pueblo. Pero es un profeta de
personalidad compleja. Jerusalén estaba en poder de Babilonia. Y fue
aquí donde fue llamado por Dios para que llegara a ser “bandera y
centinela” para la “casa rebelde” de Israel (cap. 1, 2 y 3). Su misión
se desarrolla toda en el exilio, entre los desterrados. Es propenso al
abatimiento, a visiones raras, para nosotros. Pertenece a la casta
sacerdotal o levita. Impulsor del culto, los ritos y el anhelo de
santidad.
- Daniel:
Vivió en el siglo VIII, pero el libro se escribió alrededor del siglo
II a.C., después del exilio. Es de carácter totalmente distinto a los
anteriores. La primera parte de su obra consta de narraciones en el
período de Babilonia; la segunda trata de visiones en las que se
presentan las grandes fuerzas impulsoras de la historia.
2. Características literarias
Los profetas como “hombres de la Palabra” usan muchos géneros
literarios para transmitir el mensaje de Dios; los principales son
éstos:
- Los relatos: relatos de su vocación, hechos de la historia de su pueblo para evidenciar la presencia de Dios dentro de la historia.
- Oráculos: son una declaración solemne hecha en nombre de Dios. Los oráculos pueden ser: de juicio, donde se da el juicio de Dios contra una persona o un pueblo; oráculos de felicidad, que son promesas de salvación.
- Acciones simbólicas: no son palabras, sino hechos, que luego explican al pueblo.
- Parábolas: que son comparaciones.
Ahora veamos las características literarias en estos profetas:
- Isaías:
es un hombre con una cultura muy profunda, rica y erudita. Su estilo es
considerado de lo más puro y clásico. Usa el recurso de los oráculos.
- Jeremías:
su estilo es menos imaginativo que el de Isaías, pero tiene gran
expresividad y fuerza interna. Es un estilo hondo, profundo, sensible,
muy vívido. Cuenta sus luchas, dudas y gritos angustiosos. Casi es un
retrato de su propia vida. Usa imágenes sugestivas como el yugo roto, la
viña, etc. Usa también el recurso de acciones simbólicas y visiones que
tienen este esquema: el mandato de Dios, la ejecución del profeta y el
discurso que explica el significado de la acción simbólica. Cf. Je 18,
1-12.
- Ezequiel:
es un hombre fuertemente dotado, por influjo de la literatura oriental
de Babilonia, de vivísima fantasía e imaginación, un místico como Teresa
de Ávila o Francisco de Asís. Usa visiones, en las que actúa y
participa; acciones simbólicas, algunas extrañas. Usa el género
apocalíptico, enigmático, con narraciones, oráculos y visiones. Las
narraciones son casi todas en primera persona, lo que da un fuerte
temple autobiográfico a cada página. Por la unidad, sistematicidad y
coherencia de la estructura del texto, podemos llamar a Ezequiel el
primer dogmático[1] del Antiguo Testamento.
- Daniel:
es el único libro que nos ha llegado escrito en las tres lenguas
bíblicas: hebreo, arameo y griego. Emplea el relato ejemplar inventado
con un lección moral[2]
y el género apocalíptico, lleno de alegorías, visiones, imágenes
extrañas y grandiosas. Los personajes y las naciones se transforman en
bestias u otros seres fantásticos; los años y los números son tratados
de una manera simbólica, el tiempo presente y el futuro se mezclan para
dar una visión sintética de la historia humana.
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Primer
Anterior
2 a 3 de 3
Siguiente
Último
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División y contenido temático
a) Isaías: Comprende 66 capítulos. Se divide en tres grandes partes:
- Proto-Isaías
(primer Isaías): cap. 1-39. El más importante y aquí se contienen los
oráculos y las promesas mesiánicas del Enmanuel.
- Deutero-Isaías
(segundo Isaías): cap. 40-55. Es llamado el libro de la Consolación,
por la liberación a través del sufrimiento del Mesías.
- Trito-Isaías (tercer Isaías): cap. 56-66. El profeta anima a su pueblo a la fidelidad y al culto de Yavhé.
b. Jeremías: El tema central en torno al cual gira toda la predicación de Ezequiel es el de la “santidad de Dios”. Tres partes:
- Oráculos contra Judá y Jerusalén (cap. 1-24)
- Oráculos de salvación sobre Israel y Judá (cap. 25-45)
- Oráculos contra las naciones (cp. 46-52)
c. Ezequiel: Cinco partes:
- Vocación y misión del profeta (cap. 1-3)
- Oráculos de condenación contra Jerusalén (cap. 4-24)
- Oráculos contra las naciones (cap. 25-32)
- Mensaje de esperanza (cap. 33-39)
- Visión sobre el templo y la tierra (cap. 40-48)
d. Daniel: Daniel tuvo la misión de consolar a su pueblo con un mensaje de confiada esperanza. Estructura:
- Historia de Daniel (cap. 1-6).
- Visiones de Daniel (cap. 7-12).
- Relatos griegos (cap. 13-14): son deuterocanónicos.
4. Contenido teológico y espiritual
a) Isaías:
- Denuncia social y política:
denuncia a la clase dominante por su lujo y su orgullo, por su codicia y
sus injusticias a costa de los pobres. Y lo hace para provocar un
cambio de conducta, una conversión, para que todos se encuentren con
Dios. Cf. Leáse: Is cap. 1; 3; 5; 10.
- Dios Glorioso, fuerte y omnipotente: esta fuerza y poder divinos se manifiestan a través de la historia nacional o internacional. Cf. Léase: Is cap. 28; 29; 31.
- La conciencia de miseria y de pecado del pueblo:
resalta las miserias humanas para provocar la conversión: la vanidad de
las mujeres, la indiferencia religiosa, la confianza en el dinero y
riquezas, orgullo y autosuficiencia. Cf. Léase: Is 3, 16; 5, 19; 22, 9;
30, 1; 2, 6; 5, 8-24.
- Mesianismo real: Nacerá el Mesías, de entre ese RESTO[3]
de Israel pobre, humilde y justo. Será Enmanuel, el heredero de las
promesas hechas a David, Rey pacífico, portador de gran paz y alegría en
el pueblo; pero también, Siervo de Yavhé que debe sufrir por la
salvación de su pueblo. Cf. Léase: Is 4, 2-3; 8,8; cap. 7, 9 y 11; cap.
42, 49-53.
b) Jeremías:
- Arrancar y derribar: la infidelidad a Dios, el culto falso, exterior y vacío. Cf. Jer 2; 7; 13, 31-34.
- Edificar y plantar:
exhortación a la fidelidad, a la esperanza mesiánica, a una religión
interior sellada en el corazón del hombre. Cf. Jer cap. 30 y 31; 23,
5-6; 3, 14-25.
- Amor de Dios:
Jeremías es el cantor enamorado de su Dios: un Dios personal, que
dialoga con el corazón de la persona y con el pueblo. La imagen que
utiliza el profeta es la del noviazgo y amor conyugal. Cf. Jer 2, 2; 3,
4; 31, 3-4. Es un claro mensaje que prefigurará la presencia de Cristo
Eucaristía. Cf. Jer 31, 31-34; 32, 40.
- Una religión y un culto interior, del Espíritu y del corazón: mensaje de interioridad. La verdadera circuncisión es la del corazón (4, 4). Cf. Jer 31 y 32.
- La oración: Jeremías, pregonero de la vida interior, es también hombre profundo de oración. Cf. Jer 20, 7-13.
c) Ezequiel: su mensaje gira en torno a la Gloria y Santidad de Dios.
- Visión de la divinidad y el concepto de Dios:
ningún otro libro nos da una visión tan sublime de la majestad de Dios.
Dios es el Santo, el Trascendente. El pecado es traicionar la Santidad
de Dios.
- El pecado de Israel y el castigo:
todos los pecados son ofensas contra la santidad de Dios y contra su
Gloria. Estos son los pecados que echa en cara Ezequiel: profanación del
culto y del santuario (Ez 5, 11), la idolatría (6,6: 14, 3ss. Cap. 20),
la infidelidad a Dios confiando en alianzas políticas (16 y 23), las
culpas de los malos jefes y falsos profetas (22, 6; 17; 21; 30; 12; 13).
Hace tres alegorías: la novia infiel (cap. 16), de las dos hermanas
(cap. 23) y un resumen de la historia de Israel (cap. 20).
- El castigo purificador: por culpa de los pecados.
- Retribución colectiva e individual: Ezequiel, sin renunciar al principio de la solidaridad[4],
es el primero de los profetas que habla del problema de la
responsabilidad personal por el pecado. La retribución, premio o
castigo, está en relación con la conducta de cada uno (cf. Ez 18).
- Promesa de la restauración:
es también profeta de esperanza. Predica la esperanza en el regreso
(cf. Ez 36; 37; 39). La figura del Mesías no será un rey, sino un
sacerdote-pastor (cf. 21, 17; 22, 6; 26, 16; 27, 21; 45, 46). La misión
del Salvador es esencialmente sagrada, cultual, de “santidad”.
d) Daniel:
- Dios: es el dueño de toda la historia y su sabiduría es mayor que toda sabiduría y poderes humanos.
- Visión teológica de la historia:
los reinos de este mundo surgen, crecen y se acaban; mientras que el
Reino de Dios sigue firme y vendrá con el Hijo del hombre. Esto era de
gran consuelo para sus compatriotas. Cf. Dan 2, 44; 8, 19-25; 7, 9-14.
- Mesianismo:
este Mesías que profetiza Daniel es más espiritual. Jesús se apropió
este título de “Hijo del hombre” con estas connotaciones: de origen
divino y al mismo tiempo humilde “siervo de Yavhé”. Cf. Dan 7.
- Oración humilde y contrita:
Daniel se solidariza con el pecado de su pueblo, expía con ayuno,
oración y sufrimiento. Daniel insiste que Dios ayuda al justo y humilde
que observa la Ley y lo libera de todos los males. Cf. Dan 9; 6; 13.
- Papel de los ángeles:
son ministros de Dios; y a través de ellos revela su voluntad a los
hombres. También ayudan y consuelan a los hombres. Cf. Dan 7. 10; 3,
91-92; 6, 23; 8, 16; 9, 21-22.
- Resurrección de los muertos:
en sintonía con los libros de los Macabeos, también Daniel nos hace
pensar que la fe en la resurrección era ya común en el pueblo de Dios
desde el siglo II a.C. Cf. Dan 12, 12.
CONCLUSIÓN:
Los profetas tienen su autoridad, como llamados y enviados de Dios.
Tienen una finalidad concreta: que se cumpla la Alianza entre Dios e
Israel en toda su dimensión social, religiosa y política. El
procedimiento o medio que emplean es la denuncia de la infidelidad y la
exhortación a la conversión. Y el soporte que emplean es el oráculo en
sus diversas formas.
ORACIÓN:
Gracias, Señor, por haberme hablado a través de tus profetas. Que esté
atento a su voz y obediente a cuanto me dicen. Pon en mi boca tus
palabras para que también yo pueda ejercer mi misión de bautizado, como
profeta, llevando tu palabra por todas partes, con valentía y sin miedo.
Amén.
[1]
La palabra “dogmático” no es peyorativa. Para nosotros significa:
doctrina sistemática, unitaria, coherente; no sujeta a opinión ni a
discusión. Se acepta , por venir revelada o inspirada por Dios.
[2]
A este género se la llama “haggádico”, es decir, narrativo, relato
inventado, con escasa base histórica, narrado para inculcar una lección
moral. Este género es semejante al género literario llamado Midrash, que
consiste en ir haciendo una reflexión religiosa acerca de hechos que la
tradición narra, para sacar de ellos lecciones de santidad. Por
ejemplo, los libros de Tobías, Jonás, Ruth, Judit, etc.
[4]
Este principio decía que todo el pueblo junto es responsable y
participa del bien y del mal de todos y todo Israel expía sus culpas con
el exilio.
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Genial explicación, gracias |
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