CON PRISA
Se acerca la hora de ver a mi amada,
se acerca la hora de ir al hogar,
ya pronto en sus brazos estaré sediento
de sentir muy de cerca su amor y su paz.
Y guardo en mi mente el trayecto hacia ella
contando los pasos hacia su lugar,
los mismos transeúntes en la calle quieta,
los mismos motivos para caminar.
Y llego a la puerta que guarda su cielo,
ese sitio noble tan lleno de amor,
y al abrirla siento tan cerca del pecho
su dulce armonía, su fe y su candor.
Y por fin sus ojos tan cerca a los míos,
y por fin sus labios de rojos fulgor,
y ese brillo negro que enmarca soberbio
los hermosos rasgos de mi dulce amor.
Sonrío, y entonces estalla en mi cielo
cascada de luces, mágico esplendor,
ella enamorada me ha obsequiado el beso
que todas las tardes, aviva mi amor.
Ya vendrá la hora de abrir otro día
en el libro eterno del señor amor,
e iremos contando caricias y besos
que con ella la vida, por siempre es mejor.
EDUARDO