Remedios rápidos
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Creer en la capacidad de ciertas personas o de ciertos conjuros para arrancar magia a objetos inocentes como velas, jabones y aguas no es algo nuevo en nuestra cultura, ni algo que hayan importado los supuestos indios que se anuncian por diversos medios de comunicación.
Las oraciones a san Simón no tienen licencia eclesiástica. |
El antropólogo Ramón Rivas tiene publicadas dos investigaciones sobre este tema: uno de ellos fue un estudio de esta manifestación cultural específicamente en Ilobasco.
“La hechicería o la brujería o como le quieran llamar es algo tan viejo como la humanidad misma. Comenzó en el momento en que inició la cultura humana”, señala.
Estas creencias y las religiones nacieron en su momento por el afán del ser humano de encontrar una explicación para los fenómenos naturales –como la oscuridad de la noche, por ejemplo– y para conceptos como el bien y el mal.
En nuestros tiempos, la función social de las creencias mágicas ha pasado de la explicación al consuelo en tiempos de crisis.
Rivas lo resume así: “Reconforta, da confianza, consuelo y esperanza. Es el mismo consuelo que se busca al ir a la iglesia”.
Las personas que ansían un remedio rápido a sus problemas son las que prefieren irse por el camino de los conjuros. Así no tienen que esperar a que Dios decida darles una solución en sus “planes misteriosos”.