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pensadores: U.G.Krishnamurti: Una vida...9. Secuelas.
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De: x-x-loly_ta-x-x  (Mensaje original) Enviado: 26/10/2003 22:19

U.G.Krishnamurti: Una vida

Biografía, por Mahesh Bhatt


9. Secuelas.


U.G. se refiere a los eventos que sucedieron durante el verano de 1967 como 'la calamidad':

Lo llamo 'la calamidad' porque desde el punto de vista de alguien que piense que es algo fantástico, lleno de beatitud, amor, y éxtasis, eso es una tortura física; es una calamidad desde ese punto de vista. No es una calamidad para mí sino una calamidad para aquellos que tienen una imagen de que algo maravilloso va a sucederles... Nunca me podría decir o decirle a alguien que soy un iluminado, un hombre liberado, un hombre libre, o que voy a liberar a la humanidad.

En el octavo día estaba sentado en el sofá y de pronto, en sus propias palabras:


Hubo una tremenda explosión de energía -- una energía tremenda sacudiendo la totalidad del cuerpo y junto con el cuerpo, el sofá, el chalet y todo el universo -- sacudiéndose, vibrando. No puedes provocar ese movimiento... Ya sea que viniera de afuera o de adentro, de abajo o arriba, no lo sabía -- No podía ubicar la fuente. Eso duró por horas... No hubo nada que pudiera hacer para detenerlo; fue un desamparo total. Y continuó durante días.

Durante tres días U.G. permaneció acostado en su cama, con su cuerpo contorsionándose de dolor -- fue, dice él, como si sintiera dolor en cada célula de su cuerpo. Explosiones similares de energía ocurrieron intermitentemente durante los próximos seis meses, cada vez que se acostaba o relajaba.


Es un proceso muy doloroso. Es un dolor físico -- tiene una forma, y una modalidad propia. Es como la crecida de un río. La energía que opera allí no siente las limitaciones del cuerpo; no le interesan; posee su propio impulso. ¡No es una beatitud extática y toda esa basura!

U.G. explica que el pensamiento había controlado su cuerpo a tal punto que cuando ese control se perdió, todo el metabolismo se vio excitado. Luego el movimiento de sus manos cambió. Comenzó a torcerse hacia atrás. 'Por eso dicen que mis movimientos son mudras (gestos místicos).'

Ciertos cambios hormonales comenzaron en su cuerpo. Ahora no sabía si era un hombre o una mujer. De pronto comenzó a salirle un seno en el lado izquierdo del cuerpo. Le tomó tres años a su cuerpo entrar finalmente en un nuevo ritmo propio.

Aquí U.G. cuestiona el valor de esta descripción para el mundo. Leer sobre ello podría ser peligroso porque la gente podría tratar de imitar las manifestaciones externas del proceso. La gente tiene la tendencia a simular esas cosas y creer que algo les está pasando.

Sus amigos observaron hinchazones a lo largo de su torso, cuello y cabeza, en eso puntos llamados chakras. Esas hinchazones de varias formas y colores aparecen y desaparecen a intervalos regulares. En su abdomen bajo, las hinchazones eran bandas horizontales, con forma de cigarro. Arriba del ombligo había una hinchazón muy marcada con forma de almendra. Una hinchazón azulada, como un gran medallón, en el medio de su pecho, estaba coronada por otra hinchazón más chica también con forma de medallón, color marrón rojiza, en la base de la garganta. Esos dos 'medallones' estaban como suspendidos de una hinchazón con forma de anillos -- azul, marrón y amarillo claro -- alrededor de su cuello, como en los dibujos de algunos dioses hindúes. Había otras similitudes: su garganta se había hinchado según una forma que hacía que su barbilla pareciera descansar sobre la cabeza de una cobra, como en las imágenes tradicionales de Shiva. Apenas encima del tabique de la nariz había una hinchazón blanca con forma de loto. Por toda la cabeza los pequeños capilares sanguíneos se expandieron, formando patrones de nudos como en las cabezas de algunas estatuas del Buddha. Como los cuernos de Moses y los místicos taoístas, dos grandes y pronunciadas hinchazones aparecían y desaparecían periódicamente. Las arterias de su cuello, azules y con forma de serpiente, se expandieron y subieron hacia su cabeza.

U.G. dice que su cuerpo es afectado por todo lo que sucede a su alrededor:


Cualquier cosa que pase allí también está sucediendo aquí -- es solo la respuesta física. Eso es afecto. Uno no puede evitar eso, por la sencilla razón de que la armadura que uno ha construido alrededor se ha destruido; y entonces esto es muy vulnerable a todo lo que sucede.

En sus charlas con médicos U.G. descubrió que las glándulas endocrinas están ubicadas exactamente en los mismos lugares en donde los hindúes especularon que estaban los chakras. La glándula timo, según se dice, está muy activa cuando uno es niño. Por ello, los niños tienen sensaciones extraordinarias. Cuando alcanzan la edad de la pubertad, la glándula se duerme -- al menos eso es lo que dicen los científicos. Cuando esta especie de explosión sucede dentro del cuerpo, a la cual se refieren las escrituras como nacer de nuevo, la glándula se activa automáticamente de manera que las sensaciones extraordinarias aparecen de nuevo. 'Las sensaciones no son pensamientos, ni emociones; uno siente por alguien. Si alguien se lastima, esa lastimadura se siente aquí -- no como un dolor pero la sensación está. Uno dice automáticamente, "¡Ouch!" '

Hay un incidente en la vida de U.G. que ilustra esto. Una vez estaba en una plantación de café en el sur de la India. Por alguna razón una madre empezó a pegarle a su hijo. Estaba furiosa y le pegó tan fuerte al niño que casi lo mata. Alguien le preguntó a U.G., '¿Por qué no interferiste y la detuviste?' U.G. contestó, 'Yo estaba parado ahí. Estaba confundido: "¿Por quién tenía que sentir lástima, por la madre o por el niño?" Ambos estaban en una situación inadecuada: la madre no podía controlar su furia, y el niño estaba desamparado. Luego encontré un montón de marcas en mi espalda correspondientes a las marcas de los golpes que recibió el niño. Así que yo también fui víctima de esa golpiza.' U.G. dice que eso fue posible porque la conciencia no se puede dividir. 'Con este afecto, no queda lugar para que uno se siente y juzgue a alguien.'

Este es otro incidente: Fue a mediado de los setenta cuando U.G. estaba visitando las colinas de Goa del Norte. Varios de sus amigos de Bombay estaban con él. Una mañana lo visitaron un grupo de personas. Estaban todos sentados juntos al pie de una colina. Valentine vino a reunirse con el grupo. Pero cuando vio que el camino era accidentado y patinoso, decidió volverse a la cabaña.

Entonces comenzó una discusión entre la gente acerca de qué habría hecho cada uno si Valentine se hubiera resbalado. U.G. no dijo nada. Después de un rato Valentine volvió y se aventuró cuesta abajo por el camino para reunirse con el grupo. De hecho se resbaló y cayó. Nadie se levantó ni hizo nada para ayudarla, ni siquiera la persona que venía detrás de ella. U.G. les señaló que no hicieron nada aunque todos habían dicho que la ayudarían. Uno de los miembros del grupo le dijo a U.G., '¿Cómo es que tu mismo no hiciste nada?' U.G. contestó, 'Nunca dije que lo haría. Si, no obstante, quieres ver de qué forma me involucré en este evento...' y se arremangó la pierna del pantalón. Resultó que tenía magulladuras en su rodilla similares a las que encontraron en la rodilla de Valentine. Todos quedaron boquiabiertos. U.G. dijo que esos eventos no tenían ninguna importancia.

U.G. dice que el 'tercer ojo', el así llamado chakra ajna, es la glándula pituitaria. Una vez que se termina la interferencia del pensamiento, esta glándula se hace cargo de la función del pensamiento: es esta glándula, y no el pensamiento, lo que le da las instrucciones o las órdenes al cuerpo. Quizás sea por eso que le llaman chakra ajna [comando]. U.G. dice que existe una armadura interna construida por el pensamiento, que nos impide que las cosas nos afecten:


Como aquí no hay nadie que utilice el pensamiento como un mecanismo de autoprotección, el pensamiento se consume. Lo afecta un proceso de combustión, de ionización. El pensamiento es, después de todo, una vibración. Entonces, cuando esta ionización del pensamiento sucede, se produce una sustancia como una ceniza que a veces cubre todo el cuerpo... Se produce un calor tremendo en el cuerpo como resultado de esto.

Una de las principales razones por las que U.G. expresa la 'calamidad' en términos pura y simplemente físicos y fisiológicos es porque no tiene contenido psicológico ni místico, ni connotaciones religiosas. Una cosa así, dice U.G., debió haberle sucedido a mucha gente. No es algo para lo que puedas estar especialmente preparado. No existe método de purificación ni sadhana necesario para que tal cosa suceda.

Narayana Moorty dice que si tuviera que reducir las enseñanzas de U.G. a una frase esa sería: 'La conciencia es tan pura que cualquier cosa que hagas en la dirección de purificar esa conciencia le está agregando impurezas a ella.' U.G. dice:


La conciencia se tiene limpiar sola: tiene que purgarse de todo rastro de santidad y de todo rastro de no santidad, de todo. Incluso lo que consideran 'sagrado' y 'santo' es una contaminación en esa conciencia. No obstante, eso no sucede mediante la voluntad. Una vez que se rompen esas fronteras -- no mediante algún esfuerzo o voluntad de tu parte -- entonces se abren las compuertas y todo se va.
En ese proceso de limpieza, uno tiene todas esas visiones. De pronto tú mismo, la totalidad de la conciencia, tomas la forma del Buddha, de Jesús, de Mahavira, de Mahoma o Sócrates -- solo de aquellos que han entrado en este estado; no de grandes hombres o líderes de la humanidad. Uno de ellos era un 'hombre de color.' Luego una mujer desnuda con pechos y cabello largo. Me dijeron que hubo dos santas aquí en india -- Akkamahadevi y Lalleswari -- era mujeres, mujeres desnudas. De pronto tienes esos dos pechos y el cabello largo. Incluso los órganos cambian por órganos de mujer.

Pero aun hay una división allí -- tú mismo, y la forma que tu conciencia ha asumido, la forma del Buddha, digamos, o de Jesucristo, o de Dios sabe quién. La situación en ese momento es: '¿Cómo sé que estoy en ese estado?' Pero esa división no puede permanecer por mucho tiempo; desaparece y llega algo nuevo. Probablemente lo mismo le ha sucedido a cientos de personas. Esto es parte de la historia: tantos rishis, algunos occidentales -- monjes -- y tantas mujeres. Todo lo que las personas han experimentado antes que uno es parte de la propia conciencia. Yo utilizo la expresión, 'Los santos se van marchando'. Se van de tu conciencia porque no pueden permanecer más porque todo eso es impureza, una contaminación.

Esta limpieza de todo lo bueno y lo malo, lo santo y lo mundano, lo sagrado y lo profano, tiene que suceder. De otra forma tu conciencia todavía está contaminada, todavía es impura. Después de eso uno es puesto en ese estado primario y primitivo de la conciencia. Una vez que la conciencia se ha vuelto pura, de y por sí misma, entonces nada la puede tocar, nada la puede volver a contaminar. Todo el pasado hasta ese punto sigue allí pero no puede influir en tus acciones nunca más.

U.G. vio estas visiones durante tres años después de la 'calamidad'.

Él dice que la parte más confusa e incomprensible de la 'calamidad' fue cuando las actividades sensoriales empezaron su funcionamiento independiente. Dice que no había un coordinado relacionando los sentidos. Eso fue un problema para Valentine. 'Salíamos a caminar y yo veía una flor y le preguntaba, "¿Qué es eso?" Ella decía, "Es una flor." Dábamos unos pasos más, yo veía una vaca y preguntaba, "¿Qué es eso?" Como un bebe, tuve que volver a aprender todo. No realmente volver a aprender. Todo el conocimiento estaba en el trasfondo y nunca volvió a aparecer en el frente.'

Valentine no sabía que pensar de todo lo que estaba sucediendo y consultó a un renombrado psiquiatra en Ginebra. El psiquiatra le dijo que a menos que viera a la persona no podría ser de mucha ayuda, y le pidió que trajera a U.G. Pero U.G. se negó porque sabía que algo extraordinario había sucedido dentro de él. Su dificultad era que las personas que venían a verlo no parecían entender la forma en que funcionaba y él no parecía entender la forma en que funcionaban ellos. '¿Cómo puedo mantener un diálogo? Ambos tenemos que parar. Estoy hablando como un maniático. Hay muy poca diferencia. Por eso digo que al momento de la 'calamidad' o te cambias o te vuelas.'

Reproduzco aquí algunas de las preguntas más comunes sobre la 'calamidad' de U.G. Estas preguntas, en cierta forma, también resumen lo que U.G. tiene que decir sobre este tema:


Pregunta: ¿Son incluso aquellos que se han 'realizado' diferentes entre sí?

UG: Sí, porque su trasfondo es diferente. El trasfondo es lo único que se puede expresar a sí mismo. ¿Qué otra cosa hay? Mi expresión de ello es el trasfondo: cómo me esforcé, el camino que seguí, cómo rechacé el camino de los demás -- hasta ese punto puedo decir lo que hice y lo que no hice... Un individuo así es diferente, no solo de usted, sino de todos lo que se suponen han estado en ese estado, debido a su trasfondo.

P: A pesar de que todos los que se suponen han sufrido esa 'explosión' son únicos, en el sentido de que cada uno está expresando su propio trasfondo, pareciera que hay algunas características comunes.

U.G.: Eso no es asunto mío; pareciera ser el suyo. Yo nunca me comparo con alguien más.


Concluyendo la lista de eventos que rodearon a la 'calamidad', U.G. dice:


Y eso es todo lo que hay. Mi biografía se terminó... No hay nada más que escribir al respecto y nunca lo habrá. Si la gente viene y me hace preguntas yo contesto. Si no vienen, para mi no hay diferencia... No tengo ningún mensaje especial para la humanidad, excepto decir que todos los sistemas sagrados para obtener la iluminación son tonterías y que toda la charla sobre llegar a una mutación psicológica mediante la atención es basura. La mutación psicológica es imposible. El estado natural solo puede acontecer a través de una mutación biológica.

Los increíbles cambios fisiológicos continuaron ocurriendo durante años. U.G. estaba tan confundido por lo que le había sucedido que no habló por un año después de la 'calamidad'. Tuvo que prácticamente volver a aprender a pensar y hablar de nuevo, así de completa fue su mutación. Después de un año más o menos había recuperado casi toda su capacidad de comunicación. Sin embargo no dice mucho. '¿Qué hay para decir después de algo como esto?' se preguntó. Un día la respuesta llegó como un rayo: 'Diré exactamente cómo es.' Excepto por un descanso al final de los sesenta, U.G. ha estado hablando incansablemente desde entonces. De todo eso U.G. dice:


No sabía qué era lo que me estaba sucediendo. No tenía ningún punto de referencia. De alguna forma he muerto y vuelto a la vida, libre de mi pasado. Esto me sucedió sin mi voluntad y a pesar de todo mi trasfondo religioso. Y eso es un milagro. Algo así no se puede usar como molde para duplicar otros.




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