I: Así que querer cambiar el mundo, no importa cuan noble se pueda sentir uno al respecto, es una actividad egocéntrica. ¿Es eso lo que dice? UG: El hombre que está tratando de liberarse del mundo, o de lo que él llama "maldad" es en verdad el más egoísta de los hombres. ¡La destructora percepción que finalmente surge en uno es que no hay ningún ego en absoluto! Esta percepción destruye todo con una fuerza tremenda cuando lo golpea. No es una experiencia que se pueda compartir con otro. No es una experiencia en absoluto. Es una calamidad en la cual ambos, la experiencia y el experimentador se terminan. Un hombre en tal estado no escapa a la realidad y no tiene tendencias románticas. No alberga ninguna noción humanística acerca de salvar al mundo, porque sabe que todo lo que se haga por salvarlo refuerza aquello de lo cual se lo quiere salvar. Sabe que no hay nada que uno pueda hacer...
I: Pero tenemos que seguir viviendo y actuando. ¿Cómo podemos concebir alguna acción que no refuerce el caos de la sociedad?
UG: Eso es solo otro concepto. Sus acciones y las consecuencias de esas acciones forman un solo evento. Es el pensamiento lógico de causa y efecto el que le impone una secuencia a los eventos. La repentina evidencia de luz y el movimiento del interruptor que la precede son en realidad una cosa, no dos. Aparecen ante usted como dos o más eventos solamente porque el tiempo ha creado un espacio entre los dos. Pero el espacio y el tiempo, aparte de las ideas de "tiempo" y "espacio", no existen en absoluto.
La creación y la destrucción están sucediendo al mismo tiempo. El nacimiento y la muerte del pensamiento suceden simultáneamente. Es por eso que insisto en que no hay muerte en absoluto. Incluso el cuerpo no muere; puede cambiar de forma pero no desaparece. Porque la muerte realmente no existe, es imposible para usted experimentarla. Lo que sí experimenta es el vacío que siente cuando desaparece el cuerpo de alguien que muere. La muerte nunca se puede experimentar y por cierto tampoco el nacimiento. En su estado natural, donde al cuerpo se le permite funcionar sin la interferencia del pensamiento, el nacimiento y la muerte se suceden todo el tiempo.
I: En este estado natural del que habla, ¿hay entidades psicológicas, personalidades, egos, yoes, o alguna identidad en absoluto?
UG: No hay personas, y no hay espacio interior para crear un yo. Lo que queda, luego de que la continuidad del pensamiento se destruye, es una serie de interacciones independientes y disasociadas. Lo que sucede en el ambiente que me rodea, sucede aquí dentro. No hay división. Cuando se quita la armadura que está usando alrededor suyo, descubre una extraordinaria sensibilidad de los sentidos que responde a las fases de la luna, el paso de las estaciones, y los movimientos de los demás planetas. Simplemente no hay aquí ninguna existencia separada y aislada, solo el latido de la vida, como el de una medusa.
I: ¿Podría describir un poco más este recurrente proceso de muerte que usted atraviesa?
UG: Eso, por supuesto, evade toda descripción. Pero puedo mencionar que ese estado de muerte, la respiración normal cesa completamente, y el cuerpo puede respirar por otros medios fisiológicos. De entre los doctore con los cuales he discutido este extraño fenómeno, solo el Dr. Leboyer, un experto en obstetricia, me dio alguna explicación. Él dice que los bebes recién nacidos tienen un medio similar para respirar. Tal vez eso sea lo que el término pranayana significaba originalmente. Este cuerpo atraviesa el proceso de muerte todos los días, tan seguido que, de hecho, cada vez que se renueva a sí mismo se lo alquilan por más tiempo. Cuando, un día, no pueda renovarse, estará terminado y listo para la pila de cenizas.
Ese proceso de muerte es el yoga, no todas esos cientos de posturas y ejercicios de respiración. Cuando el proceso del pensamiento deja de dividirse en dos, el cuerpo clínicamente. Primero debe tener lugar la muerte, luego comienza el yoga. El yoga es en verdad la destreza que tiene el cuerpo para volver del estado de muerte clínica. Supuestamente esto le sucedió a algunas pocas personas, como Sri Ramakrishna y Sri Ramana Maharshi. Yo no estaba allí y no tengo interés ni recursos para averiguar si es verdad. Este yoda de renovación es algo extraordinario. Si han visto a un recién nacido, habrán visto la forma en que se mueve y articula todo su cuerpo, todo con un ritmo natural. Luego de que la respiración y los latidos casi se detienen, de alguna forma el cuerpo comienza a "volver". La apariencia cadavérica del cuerpo - la rigidez, la frialdad, y las ceniza que lo cubren - comienzan a desaparecer. El cuerpo se calienta y comienza a moverse, y el metabolismo, incluyendo el pulso, se restablecen. Si usted, por pura curiosidad científica, deseara examinarme, yo no estaría interesado. Solamente estoy afirmando algo, no vendiendo un producto.
Entonces, es más como el Tai-Chi que practican en China que los asanas clásicos del Yoga. Los movimientos y las posturas que el cuerpo realiza cuando se deshace de la rigidez que deja el proceso de muerte son movimientos bellos y con gracia, como los de un bebe recién nacido. Los yogis ahora recomiendan savasana, la postura del muerto, luego de la realización de cualquier postura de movimiento. Esto es al revés. Uno empieza el yoga como un cuerpo muerto y rígido, luego el cuerpo se renueva mediante movimientos rítmicos naturales. Probablemente hubo algún guru que atravesó este proceso natural de muerte y sus discípulos, viendo como retornaba a la vida, trataron de reproducir su proceso de muerte por medio de la respiración y la técnica de las posturas. Lo entendiendo al revés. Primero, usted debe morir, luego, hay yoga.
Todo este proceso de morir y ser renovado, aunque me sucede varias veces al día, y siempre sin mi intención, resulta muy intrigante para mí. Simplemente sucede sin aparente motivo. Incluso el pensamiento de un yo o un ego ha sido aniquilado. Aun así hay algo allí experimentando esta muerte. De otra forma, no sería capaz de describirla.
Con la ausencia de toda demanda por repetir o usar este proceso de muerte, los sentidos se dan un banquete. La respiración, ya no más bajo la dominación de la estructura separativa del pensamiento, puede responder de manera total al ambiente físico. Al ver una montaña o un atardecer extraordinario, uno se queda repentinamente sin aliento, y luego vuelve, todo en un ritmo natural. La única forma de volverse consciente de las cosas que suceden alrededor es por los sutiles cambios en el patrón respiratorio. Es un mecanismo tremendo, y en él no hay personas, no hay cosas...
I: ¿De manera que esta respiración no pulmonar es un fenómeno paralelo al proceso de muerte...?
UG: No necesariamente. A veces uno solo está sentado ahí y de repente siente la respiración entrecortada, como una escasez de aire. Es como un segundo aliento. Los yogis tratan de alcanzar este segundo aliento mediante diversas prácticas. También los corredores de atletismo. Si mira los corredores verá que tienen que traspasar una "pared" de cansancio total y falta de respiración. Una vez pasada la "pared" corren con un segundo aliento. Es muy parecido a lo mío. Pero incluso eso termina, y finalmente la respiración se detiene por completo y el cuerpo deja de lado los pulmones, respirando solo con el pulso del cuerpo. Algunas veces, cuando no hay nadie con quien hablar, me siento y dejo que todas esas cosas extrañas pasen.
I: ¿No han tratado los doctores occidentales de describir esos cambios glandulares que acompañan este proceso de muerte?
UG: Sí, pero hay muy poca comprensión de este tipo de cosas en los anales de la medicina occidental. Un informe, escrito por Dr. Paul Lynn de los Estados Unios, remarca la diferencia en la forma en que mi glándula timo funciona. Pero hay otras glándulas que también están afectadas - la pineal, la pituitaria, y otras. La glándula pineal, que controla todo el movimiento, la respiración, y la coordinación del cuerpo, está muy afectada. Cuando muere la estructura separativa del pensamiento, esas glándulas y plexos nerviosos se hacen cargo del funcionamiento del organismo. En un proceso doloroso, porque el lazo del pensamiento sobre las glándulas y los plexos es fuerte y se tiene que "quemar". Eso se puede experimentar. La combustión y la "ionización" necesitan energía y espacio para suceder. Por esa razón se alcanzan los límites del cuerpo, con latigazos de energía en todas direcciones. Contener esa energía en una forma limitada produce dolor, aun cuando no haya un experimentador de ese dolor.
Este doloroso proceso de muerte es algo que nadie querría - ni siquiera los más ardientes practicantes religiosos y yogis. Es algo muy doloroso. No es el resultado de la voluntad, sino el resultado de una conjunción fortuita de átomos.
Como encaja todo esto en su estructura científica, no lo sé. Los científicos que trabajan en este campo se interesan en esos cambios, si son descriptos en términos fisiológicos en vez de místicos. Esos científicos encaran a esta clase de hombre como el producto terminado de la evolución biológica, no el superman de la ciencia-ficción o los seres súper espirituales. La naturaleza solo se interesa en crear un organismo que pueda responder de manera completa e inteligente al estímulo y reproducirse. Eso es todo. Este cuerpo es capaz de percepciones y sensaciones extraordinarias. Es una maravilla. No sé quién lo habrá creado.
Los científicos en el campo de la evolución ahora piensan que la presente raza de humanos en este planeta probablemente evolucionó de una especie degenerada. La mutación que produjo la auto-conciencia tiene que haber sucedido en una especie degenerada. Es por eso que lo arruinamos todo. Lo que todos se preguntan es si alguien puede o no cambiar toda la cuestión.
I: ¿Es posible que un sobreviviente de esta proceso de muerte total, un mutante de algún tipo, pueda cambiar el curso del destino humano, por decirlo así?
UG: Esas afirmaciones que algunos hacen por ahí no tienen ninguna base, porque hablan de afectar la totalidad de la conciencia humana. Yo pienso que la conciencia humanan en su totalidad es una cosa tremendamente poderosa, con un gran impuso propio. No creo que se den cuenta de lo que están diciendo en realidad. La totalidad de la conciencia humana es algo formidable. La única conciencia que ellos conocen es la que crea el pensamiento. La conciencia pensante del hombre solo puede ser afectada por la propaganda, la persuasión, o las drogas. Cualquier cambio producido por esos medios es solo dentro del viejo contexto, y, por eso, inútil. ¿Qué podemos cambiar? ¿Es necesario el cambio? ¿Para qué? Yo no lo sé.
I: Eso suena como si se necesitara abonar la tierra para hacer crecer la clase de mutantes que usted describe. Nosotros hemos crecido todos en un suelo mediocre, árido y sin nutrientes. ¿No ayudaría algún otro tipo de abono?
UG: La sensibilidad todavía existe, a pesar del suelo pobre. El proyecto original sigue ahí, como en aquella planta. Si uno no la riega y la alimenta, se muere. Nada está perdido para la humanidad. No trate de desarrollar nuevos nutrientes para la tierra. Eso es lo que hicimos con los árboles y las plantas, y ahora estamos contaminando todo el planeta. Lo mismo nos pasaría si tratásemos de cultivar un mejor linaje de humanidad.
I: Por la forma en que lo describe, tiene que haber un cambio radical en origen de la propia identidad luego del colapso de la estructura separativa. ¿Queda algún "yo" después de la "explosión"? ¿Está el "yo" solamente en el cerebro?
UG: No hay "yo". "Yo" es únicamente un pronombre de la primera persona del singular. La totalidad de los pensamientos, sentimientos, experiencias, y esperanzas de la humanidad constituyen el "yo". Es un producto del pasado. Ese "yo" es un símbolo de la totalidad de la conciencia humana. En realidad, no hay ninguna entidad psicológica separada, solo la palabra "yo". De manera similar, solo existe la palabra "mente", pero no tal cosa como su mente y mi mente. Así que la palabra "mente" nos ha creado a todos nosotros por la sencilla razón de que nos necesita a cada uno para mantener su continuidad. La estructura separativa de lo que llamamos "la mente" envició el mecanismo natural de supervivencia del cuerpo al extremo de que nuestra sociedad lo ha empujado hasta los límites de tolerancia. La bomba H es una extensión del policía contratado para protegerme a mí y a mi propiedad. Ya no es posible trazar una línea entre los dos. Pero la supervivencia de la estructura separativa garantiza la eventual destrucción del organismo físico.
I: ¿Por qué sus palabras no disparan ningún cambio radical en nosotros...?
UG: Cualquier oportunidad que haya habido ya se perdió porque cualquier cosa que hayamos dicho ya fue apropiada por su viejo marco de referencia, y ahora forma parte de él. Su así llamada sensibilidad a lo que se ha dicho no llega muy profundo. Todo lo que se levantaba como obstáculo aún está allí. De hecho, se ha robustecido por esta conversación. El yo usará lo que sea para perpetuarse; nada es sagrado. Si usted trata de llegar muy profundo y demoler lo que hay ahí, es solamente con la idea y el propósito de construir una nueva superestructura.
I: ¿Por qué asume que es así?
UG: Porque así es como funciona.
I: Suponga que soy lo suficientemente serio al respecto y de alguna forma descubro…
UG: ¡Ninguna suposición, por favor! Lo que me pasó no tiene causa; tan solo pasó. A pesar de todos mis esfuerzos, luchas, e intenciones, esto me sucedió, y eso es el milagro de los milagros. Usted no puede hacer que esto suceda. No es un asunto de imitación porque cuando esto lo golpea, lo hace en un momento y lugar jamás tocado antes por la vida. No es en absoluto una experiencia, y, por ello, no se puede comunicar o transmitir. No es algo que uno comparte. Este es un pájaro extraño, eso es todo. Lo único que puede usted hacer es ponerlo en un museo y mirarlo, pero nunca lo podrá duplicar o compartir.
I: Es aterrador pensar en vivir sin un centro, un yo, un punto de referencia…
UG: El punto de referencia, el "yo", no puede ser eliminado mediante su voluntad. En última instancia, es su programa genéticamente predeterminado, su "código". Liberarse de ese destino genético miserable, tirar el "código" al diablo, requiere un coraje tremendo. Tiene que dejar todo de lado para encontrarlo. Su problema no es cómo sacarle algo a alguien, sino cómo rechazar todo lo que alguien le ofrezca. No hay, de hecho, ningún cómo para esto. Esto requiere un valor que viene antes que el coraje, pues su existencia implica la ocurrencia de algo grandioso - lo imposible. Por más cultivado que este, por más mansedumbre o coraje que tenga, nada lo ayudará en absoluto. No hay nada que pueda hacer, porque esto involucra a todo el ser, y cualquier cosa que usted haga es fragmentario, parcial. Tiene que quedarse sin ayuda...
Cuando me siento aquí los ojos están abiertos, todo mi ser son esos ojos. Es una tremenda vista panorámica, y todas las cosas pasan a través de uno. La mirada es tan intensa y libre de distracciones que los ojos nunca parpadean y no queda lugar para un "yo" que esté mirando. Todo se mira en mí, no al revés. Así como es con los ojos, igual es con los demás sentidos, teniendo cada uno su carrera independiente. La respuesta sensual, que es lo único que hay ahí, no es modificada, censurada o coordinada, sino dejada en paz para vibrar en el cuerpo. Hay una cierta coordinación que surge cuando el organismo tiene que funcionar para sobrevivir y para operaciones mecánicas suaves. La coordinación llega solamente hasta donde es esencial para responder a una determinada situación. Luego las cosas vuelven a su ritmo independiente y discontinuado.
No traduzcan lo que estoy diciendo como "dicha", "éxtasis", o "iluminación". Es en realidad un situación incomprensible y atemorizante. No tiene nada que ver con las así llamadas experiencias místicas o trascendentales. No veo absolutamente ninguna razón para darle a esto alguna inclinación religiosa o espiritual. No estoy describiendo nada más que un simple funcionamiento fisiológico del organismo humano. Aunque esto no está aparte de la naturaleza, nunca encontrará cabida en un estudio sobre la naturaleza ni en ninguna forma de conocimiento científico.
I: ¿Así que tiene que rechazarlo todo?
UG: No rechazar. Lo que rechazan, y el rechazar en sí, no tienen ninguna relevancia para la verdadera forma en que su organismo está ahora funcionando. Cuando eso se ve claramente, no queda nada que rechazar o renunciar. Ustedes están preparados para rechazar para poder obtener, eso es todo. Vuestros Upanishads dicen que esto tiene que ser el objeto de sus más profundos deseos. Pero yo afirmo, por el contrario, que el deseo en sí tiene que morir. Es la búsqueda en sí, no importa cuan noble pueda pensar que es, lo que lo perturba. Olvídese de los pequeños e insignificantes deseos que le aconsejaron controlar. Cuando se deshace del deseo de los deseos, los otros no tienen importancia.
I: No dice eso porque lo que le sucedió no puede ser apreciado científicamente en toda su plenitud, ¿verdad?
UG: Ciertamente no. Dentro de ese contexto todo el válido, relativamente válido. Pero la "realidad" que quieren estudiar es una construcción de la psiquis o el yo, y por mi parte taxativamente los niego a ambos. De esa forma, su búsqueda de realidad, de autenticidad psicológica, y auto-realización no tiene sentido para mí. Son el producto de personas con miedo. El procedimiento científico, no el yo, les da un punto de referencia para poder medir la verdad o la falsedad de lo que estoy diciendo.
Mire, yo intenté todo para encontrar una respuesta a mi ardiente obsesión: "¿Existe realmente algo como la iluminación, o nos han engañado a todos con abstracciones?" Esa total frustración y completo fracaso en contestar esa pregunta produjo una intensidad. El primer tercio de mi vida lo pasé en la India entre teósofos, J. Krishnamurti, yogis, santos, sabios, Ramana Maharshi, la Orden Ramakrishna - en pocas palabras, todas las asociaciones que podrían beneficiar a alguien interesado en asuntos espirituales. Descubrí por mí mismo que era todo falso, no había nada de especial en ello. Totalmente desilusionado con toda la tradición religiosa tanto del oriente como de occidente, me zambullí en la sicología moderna, la ciencia y, todo lo que el mundo material me podía ofrecer. Descubrí por mí mismo que toda la idea de espíritu o psiquis es falsa. Cuando experimenté y estudié el mundo material, me sorprendí al descubrir que no había tal cosa como materia en absoluto. Negando la base espiritual y material de las cosas, me quedé sin lugar a donde ir. Comencé a vagar por mi cuenta, incapaz de hallar una respuesta de ninguna fuente. Luego un día la futilidad de lo que estaba haciendo surgió en mí, y la pregunta que me había obsesionado durante casi toda mi vida se consumió y desapareció. Después de ello no hubo más preguntas. La sed se consumió sin siquiera satisfacerse. No las respuestas, sino el fin de las preguntas, es lo que importa. Aun cuando todo se consumió, todavía los miembros permanecen para expresarse según su ritmo natural. Qué impactos pueda tener esta expresión en la sociedad que me rodea, no es asunto mío.