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espiritismo: PERCEPCIONES, SENSACIONES Y SUFRIMIENTO DE LOS ESPIRITUS
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De: magicman497  (Mensaje original) Enviado: 31/12/2007 01:19

PERCEPCIONES, SENSACIONES Y

SUFRIMIENTOS DE LOS ESPÍRITUS

237

– De regreso al mundo de los Espíritus, ¿conserva aún el

alma las percepciones que tenía durante su vida física?

– Sí, y otras que no poseía; porque su cuerpo era como un

velo que las obscurecía. La inteligencia es un atributo del Espíritu,

pero se manifiesta más libremente cuando no tiene trabas.

238

– ¿Las percepciones y los conocimientos de los Espíritus

son indefinidos; en una palabra, saben ellos todas las cosas?

– Mientras más se aproximan a la perfección, más saben; si

son superiores, saben mucho. Los Espíritus inferiores están más o

menos ignorantes de todas las cosas.

239

– ¿Conocen los Espíritus el principio de las cosas?

– Lo conocen según su elevación y su pureza. Con respecto a

esto los Espíritus inferiores, no saben más que los hombres.

240

– ¿Comprenden los Espíritus la duración del tiempo como

nosotros?

– No, y por esto no los comprendéis siempre, cuando se trata

de fijar fechas o épocas.

138 LIBRO SEGUNDO. – CAPÍTULO VI VIDA ESPÍRITA 139

Los Espíritus viven fuera del tiempo, tal como lo comprendemos; el tiempo

para ellos se anula, por decirlo así, y los siglos, tan largos para nosotros, no son

a sus ojos más que instantes que se desvanecen en la eternidad, como las desigualdades

del suelo para los que se elevan en el espacio.

241

– ¿Los Espíritus tienen del presente una idea más precisa y

exacta que nosotros?

– De la misma manera que el que ve claramente tiene más

exacta idea de las cosas que el ciego. Los Espíritus ven lo que vosotros

no veis y juzgan por lo tanto, de diferente modo; pero, volvemos a

repetirlo, siempre según su elevación.

242

– ¿Cómo adquieren los Espíritus el conocimiento del

pasado? ¿Este conocimiento es limitado en ellos?

– Cuando nos ocupamos de él, el pasado se nos convierte en

presente; de manera tan precisa como te recuerdas de algo que te

impresionó durante tu exilio terrestre. Entretanto, como no tenemos

ya el velo material que obscurece la inteligencia, recordamos cosas

que se han borrado de la memoria; pero los Espíritus no lo conocen

todo, comenzando por su misma creación.

243

– ¿Conocen los Espíritus el futuro?

– También depende esto de su perfección. Con frecuencia sólo

lo entrevén; pero no siempre les es permitido revelarlo.

Cuando lo ven les parece presente. El Espíritu ve más

claramente el futuro cuanto más se aproxima a Dios. Después de la

muerte el alma ve y abarca de una ojeada

sus emigraciones pasadas,

pero no puede ver lo que Dios le reserva; para lo cual es necesario

que esté integrado en él, después de muchas existencias.

– Los Espíritus que han alcanzado la perfección absoluta,

¿tienen completo conocimiento del porvenir?

– Completo no es la palabra; porque Dios es el señor soberano

y nadie lo puede igualar.

244

– ¿Ven los Espíritus a Dios?

– Sólo los Espíritus superiores lo ven y lo comprenden; los

inferiores lo sienten y lo adivinan.

– Cuándo un Espíritu inferior dice que Dios le prohibe o le

permite alguna cosa, ¿cómo sabe que la orden procede de Dios?

– No ve a Dios; pero siente su soberanía y cuando una cosa no

debe ser hecha o una palabra no debe ser dicha, lo presiente como

una intuición, como una advertencia invisible que le prohibe hacerla.

¿No tenéis vosotros mismos presentimientos, que son como una

advertencia secreta, de hacer o no, tal o cual cosa? Ocurre lo mismo

con nosotros, pero en mayor grado; porque comprenderás que, siendo

más sutil que la vuestra la esencia de los Espíritus, pueden percibir

mejor las advertencias divinas.

– ¿La orden le es transmitida directamente por Dios o por

intermedio de otros Espíritus?

– No la recibe directamente de Dios; pues, para comunicarse

con él es preciso ser digno de ello. Dios les transmite sus órdenes por

Espíritus más elevados en perfección y en instrucción.

245

– ¿Está circunscripta la vista de los Espíritus como la de

los seres corporales?

– No; reside en ellos.

246

– ¿Los Espíritus tienen necesidad de la luz para ver?

– Ven por sí mismos y no tienen necesidad de la luz exterior;

para ellos no existen las tinieblas, a no ser aquellas en las que puedan

encontrarse por expiación.

247

– ¿Tienen necesidad los Espíritus de trasladarse de un lugar

a otro, para ver lo que pasa en dos puntos distintos? ¿Pueden, por

ejemplo, abarcar lo que ocurre en los dos hemisferios del globo?

– Como el Espíritu se traslada con la rapidez del pensamiento,

puede decirse que ve a la vez lo que sucede en todas partes. Su

pensamiento puede irradiar y fijarse al mismo tiempo en muchos

puntos diferentes; pero esta facultad depende de su pureza: de modo

que, mientras menos puro es, más limitada tiene la vista y sólo los

Espíritus superiores pueden abarcar el conjunto.

La facultad de ver es en los Espíritus una propiedad inherente a su

naturaleza y reside en todo su ser, como reside la luz en todas las partes de un

cuerpo luminoso. Es una especie de lucidez universal que a todo se extiende,

que abarca a una sola vez, el espacio, el tiempo y las cosas, ante la cual desaparecen

las tinieblas y los obstáculos materiales. Se comprende que debe ser así; pues en

el hombre la visión se realiza a través del funcionamiento de un órgano

impresionado por la luz y sin luz permanece en la obscuridad. Pero siendo la

facultad de ver en el Espíritu un atributo propio, abstracción hecha de todo agente

exterior, la visión en ellos es independiente de la luz. (Véase: Ubicuidad, núm.

92).

140 LIBRO SEGUNDO. – CAPÍTULO VI VIDA ESPÍRITA 141

248

– ¿El Espíritu ve las cosas tan claras como nosotros?

– Más claras aún, porque su vista penetra lo que no podéis

penetrar; pues nada la obscurece.

249

– ¿Percibe el Espíritu los sonidos?

– Sí, y percibe otros que no pueden percibir vuestros sentidos

obtusos.

– ¿La facultad de oír, así como la de ver, están en todo su ser?

– Todas las percepciones son atributos del Espíritu y forman

parte de su ser. Cuando se encuentra revestido del cuerpo material,

sólo por conducto de los órganos las recibe; pero en estado de libertad

no las tiene localizadas.

250

– Siendo las percepciones atributos del Espíritu, ¿es posible

que deje de usarlas?

– El Espíritu sólo ve y oye lo que quiere. Esto de una manera

general y sobre todo, para los Espíritus elevados; los imperfectos

oyen y ven con frecuencia, quiéranlo o no, lo que puede ser útil a su

mejoramiento.

251

– ¿Son sensibles los Espíritus a la música?

– ¿Queréis hablar de vuestra música? ¿Qué es ella ante la

música celeste? ¿Con esta armonía que nada sobre la Tierra os puede

dar una idea? Una es a la otra lo que el canto del salvaje a las suaves

melodías. No obstante, los Espíritus vulgares pueden experimentar

un cierto placer en oír vuestra música, porque no son capaces aún de

comprender otra más sublime. La música tiene para los Espíritus

infinitos encantos en razón de estar sus cualidades sensitivas más

desarrolladas. Me refiero a la música celestial, que es todo lo que la

imaginación espiritual puede concebir de más bello y más suave.

252

– ¿Son sensibles los Espíritus a las bellezas de la

Naturaleza?

– Las bellezas naturales de los diversos mundos son tan

diferentes que se está lejos de conocerlas. Sí, son sensibles a ellas de

acuerdo con su aptitud en apreciarlas y comprenderlas. Para los

Espíritus elevados existen bellezas de conjunto, ante las cuales

desaparecen, por decirlo así, las bellezas de los detalles.

253

– ¿Experimentan los Espíritus nuestras necesidades y

sufrimientos físicos?

– Los

conocen, puesto que los han soportado, pero no los

sienten materialmente como vosotros, pues son Espíritus.

254

– ¿Sienten los Espíritus cansancio y necesitan de descanso?

– No pueden sentir cansancio tal como lo entendéis vosotros y

por lo tanto, no tienen necesidad de vuestro descanso corporal, puesto

que no tienen órganos cuyas fuerzas deban ser reparadas. El Espíritu

descansa en el sentido de que no está en constante actividad. Su acción

no es material sino intelectual y su reposo es moral. Hay momentos

en que su pensamiento deja de ser tan activo y no se fija sobre un

objeto determinado, lo cual constituye un verdadero reposo, pero,

que no puede ser comparado al reposo del cuerpo. La especie de

cansancio, que pueden sentir los Espíritus está en proporción de su

inferioridad; porque mientras más elevados son, menos necesitan el

descanso.

255

– Cuándo un Espíritu dice que sufre, ¿cuál es la naturaleza

de los sufrimientos que experimenta?

– Angustias morales que le atormentan más dolorosamente que

los sufrimientos físicos.

256

– Entonces, ¿por qué algunos Espíritus se quejan de sufrir

de frío o de calor?

– Recuerdo de lo que habían padecido durante la vida, tan

penoso a veces como la realidad. Con frecuencia es una comparación

que hacen para expresar mejor su situación. Cuando se acuerdan de

su cuerpo, experimentan cierta impresión, como cuando se quita uno

la capa y por un tiempo se cree llevarla aún.



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