Si a Dios le pides y Dios no te da…
“Si a Dios le pide y Dios no le da, es tiempo de consultarnos”. Algo así decía la publicidad en una revista.
Las personas viven desesperadas por respuestas. Les pasan cosas y sienten que van sin rumbo por la vida. Saben y reconocen muchas de ellas que Dios tiene el suficiente poder como para ayudarles con su problema, que tiene las respuestas que ellos necesitan, pero no las obtienen, no las encuentran.
Cuando joven tuve oportunidad de concurrir a una campaña evangelística organizada por un gran predicador. Un hombre que tuvo bastante que ver en el proceso previo de mi acercamiento a Dios.
Pero lo que realmente me impactó en ese entonces, no fue sólo su prédica. En una sala debajo del estadio donde se celebraba la campaña había un nutrido grupo de personas que estaban en oración. Pero esto no era solamente cosa de ese momento. Ya venían haciendo esta práctica meses antes durante la organización de la campaña. Ese era verdaderamente el “secreto de su éxito”.
Dios nos ha provisto a los seres humanos de una de las armas más formidables capaces de curar y resolver multitud de males. El poder de la oración.
Si hay algo que Dios no puede hacer, es rechazar un corazón quebrantado y arrepentido.
Por ello, si estás desesperado, si te encuentras ante un “callejón sin salida” en tu vida, si las cosas parecen ir de mal en peor, tal vez sea justamente el momento de acercarte a Dios con sinceridad de espíritu, reconocer delante de El tus limitaciones y errores y buscar un grupo de personas experimentadas en el poder de la oración que estén dispuestas a mostrarte qué es lo que piensa Dios y a interceder delante de Él por tus necesidades.
Si a Dios le pides y Dios no te da, es tiempo de recurrir a Dios.
Autor: Luis Caccia Guerra