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Brendaliz Avilés
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LA FRUSTRACIÓN TRAE INFELICIDAD
Yo sé cómo la frustración te hace sentir. Es una mezcla de impotencia, desilusión y desesperación. Cuando nuestras expectativas no se cumplen, nos sentimos tristes, desesperanzados y hasta enojados.
Nadie nunca dijo que la vida sería fácil. De hecho, creo que aprendemos más de los episodios difíciles y frustrantes de nuestra vida, porque tenemos que luchar y aprender a tomar fuerzas de donde pareciera que no vamos a encontrar.
El mundo está lleno de personas frustradas en sus trabajos, en las calles, en los matrimonios y en los hogares. Esto porque las cosas no salieron como ellos esperaban y ya sea de forma silenciosa o audible lo manifiestan.
Pero lo más triste de la frustración es la amargura e infelicidad que produce. Es el fracaso que sienten dentro de ellos quienes experimentan este sentimiento.
Dios no desea que nosotros estemos frustrados, él desea que seamos personas felices y que nos sintamos en paz con nosotros mismos y los demás.
Él te dio la vida para que la trataras de aprovechar al máximo, no para que te quedaras estancado o sintiéndote un fracasado.
Es el momento de hacer un alto y sacar la frustración de tu vida. Porque ella no te permite ver las cosas buenas que te ocurren o están por ocurrirte.
Estás tan centrado en lo que te falta o no tienes, que te has olvidado de lo que si posees y no estás disfrutando.
Yo sé que a veces pareciera un círculo vicioso del que crees que no podrás salir, pero, ¡anda, inténtalo, tú puedes lograrlo!
No te permitas llegar al final de tus días sintiendo una amargura por dentro. No desperdicies tu vida fingiendo una felicidad o una paz que verdaderamente no sientes.
Permítele a Dios obrar en tu vida, sé sincero, ábrele las puertas de tu corazón y exprésale todo lo que sientes, te aseguro que el solo hecho de hablarlo con él te hará sentir mejor.
Hoy es un buen día para tratar de ser feliz, desecha la frustración y trabaja para tu alegría.
Autora: Brendaliz Avilés