La importancia del cariño y el amor
El amor es imprescindible.
Si recibes amor de niño, repartirás amor toda tu vida…
El cariño es la fuerza más influyente en la formación de nuestra vida orgánica, emotiva y espiritual.
El estudio del amor es algo que los grupos dedicados a la ciencia han eludido hasta hace muy poco tiempo. Pero al aumentar el interés por el origen de las enfermedades mentales se ha comenzado a prestar cada vez mayor atención a la infancia del ser humano. Hoy ya es un hecho que el amor constituye, por encima de toda duda o sutileza, la experiencia más importante en la vida del hombre y la mujer.
En muchas ocasiones la carencia emocional puede dar por resultado severos retrasos en el crecimiento y el desarrollo. La falta de cariño puede suponer aún peores y más graves consecuencias en la formación de la personalidad y la conducta.
Ciertas formas anormales de proceder, como las criminales, delincuentes, neuróticas, sicopáticas, antisociales y otras, pueden atribuirse en la mayoría de los casos a una infancia rodeada de amor insuficiente e inestabilidad emocional. Un estudioso de estos temas dice que el rechazo materno puede considerarse como el “factor causante de casi todos los tipos y casos individuales de neurosis o de problemas de conducta observados en los niños”.
La criatura construye su imagen del mundo basándola mayormente en la experiencia que tiene con su madre. Según sea la madre cariñosa o indiferente, el niño sentirá que el mundo es cariñoso o indiferente. El niño, dotado al nacer de todos los impulsos necesarios para desarrollarse como amoroso y armónico ser humano, aprende a querer al sentirse querido. Cuando no es amando, no aprender a amar. Tales criaturas se convierten al crecer en personas para quienes el comprender el significado del amor resulta extremadamente difícil; de ahí que establezcan toda clase de relaciones humanas de manera superficial.
El amor es creador y enriquece grandemente la vida, tanto del que lo recibe como del que lo otorga. Es la única cosa en el mundo de la que nunca se dará demasiado a nadie. El verdadero amor posee firmeza y disciplina propias para las cuales no puede haber sustitutos; el amor nunca podrá perjudicar, inhibir ni corromper; sólo puede beneficiar.
Podríamos concluir que es indispensable vivir como si la vida y el amor fueran una sola y misma cosa, porque tal es el sistema de vida que requiere la naturaleza humana.
Sólo si tenemos y crecemos con amor seremos capaces de sobrevivir en este mundo tan carente a veces de afecto