Page principale  |  Contacte  

Adresse mail:

Mot de Passe:

Enrégistrer maintenant!

Mot de passe oublié?

Fraternalmente unidos
 
Nouveautés
  Rejoindre maintenant
  Rubrique de messages 
  Galérie des images 
 Archives et documents 
 Recherches et tests 
  Liste de participants
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Outils
 
General: CON ESA MANERA DE AMAR
Choisir un autre rubrique de messages
Thème précédent  Thème suivant
Réponse  Message 1 de 3 de ce thème 
De: hectorspaccarotella  (message original) Envoyé: 11/04/2015 13:01
CON ESA MANERA DE AMAR


No faltaba mucho para que finalizara la Edad Media. Florecía el misticismo español, cuyos más altos representantes eran Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de Granada. Tal vez se deba precisamente a esa tendencia mística el que haya permanecido en el anonimato quien escribiera los siguientes versos:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor: muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera,
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.»1

No sabemos a quién atribuirle este conocido soneto «A Cristo Crucificado», pero sí sabemos sin lugar a dudas que no sólo refleja el misticismo español como ninguna otra obra, sino que también refleja el incomparable amor al que nos llama Dios. Bajo la ley de Moisés, Dios les ordenó a los judíos que lo amaran con la mayor intensidad posible. A ese mandamiento Jesucristo lo califica como el primero y el más importante: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.»2

¿Cómo justifica Dios el que lo amemos así? San Juan, el apóstol del amor, nos da a entender que al amar a Dios, no hacemos más que corresponder, porque Él nos amó primero. Nos demostró su amor cuando aún éramos pecadores y no merecíamos nada de parte suya. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios —concluye San Juan—, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.3

«Con esa manera de amar —dice Sancho Panza en el Quijote— he oído yo predicar que se ha de amar a Nuestro Señor por sí solo, sin que nos mueva esperanza de gloria o temor de pena.»4 Así alude Cervantes al famoso soneto. Jesucristo no tenía nada que ganar personalmente con dar su vida por nosotros. A Él no lo movió ninguna esperanza de gloria; al contrario, abandonó la gloria del Padre para que nosotros pudiéramos entrar en ella. Si aceptamos ese amor incondicional y desinteresado, recibiremos el perdón de nuestros pecados. Así no habrá sido en vano su sacrificio por nosotros. «Con esa manera de amar», podremos decir que no nos mueve la cruz ni nos mueve la gloria de Cristo, sino Cristo mismo, crucificado y glorificado por amor a nosotros.


1 Ángel del Río y Amelia A. de del Río, Antología general de la literatura española, Tomo 1: Desde los orígenes hasta 1700, ed. corregida y aumentada (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1960), pp. 405-06.
2 Mt 22:37-38
3 Ro 5:8; 1Jn 4:10,19
4 Juan A. Monroy, La Biblia en el Quijote, (Terrassa: Libros CLIE, 1979), pp. 115‑16.

www.conciencia.net



Premier  Précédent  2 à 3 de 3  Suivant   Dernier  
Réponse  Message 2 de 3 de ce thème 
De: Dios es mi paz Envoyé: 12/04/2015 22:38
Que buen mensaje, ciertamente solo a Él podemos amarlo de esa manera, muchas gracias hermano, feliz semana a los dos!!





Réponse  Message 3 de 3 de ce thème 
De: Lolis Navarrete Envoyé: 23/04/2015 22:12


 
©2025 - Gabitos - Tous droits réservés