“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres.” Génesis 28:15.
¿Ya encomendaste tus planes en las manos del Dios Altísimo? Una buena forma de empezar con seguridad cada día es orando al SEÑOR con palabras sinceras y sencillas que salgan de lo profundo de tu corazón: -Gracias Señor porque nunca puedo ir a ningún lado sin ti. Gracias porque estás siempre conmigo y me guardas por donde quiera que vaya-.
Cuan diferente es un día en que, por los afanes y preocupaciones, sales de tu casa sin haber encomendado tu camino a Dios. En otras palabras, es una especie de rechazo a la compañía de Él. Ese día, es casi seguro, las cosas no saldrán tan bien como esperábamos.
En muchas ocasiones somos tercos, queriendo andar solos por la vida, confiando en nuestras propias fuerzas y en nuestra propia prudencia. Sabemos que podemos acudir a Dios todo el tiempo. “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres.” Génesis 28:15.
Tenemos conciencia que no todo es color de rosa. En ocasiones, pasamos por situaciones difíciles en nuestra vida: enfermedades, dolor, pérdida de un ser querido, debilidades personales, dificultades en el trabajo o problemas financieros; problemas de los hijos o de los padres, calumnias, injusticias, etc. Situaciones como estas no escapan a la vida diaria y, a veces, nos hacen olvidar algo muy importante: Que Dios está siempre con nosotros, que Él todo lo puede, en todo momento. Que Él es nuestra seguridad en momentos difícilesy que nunca se olvida de nosotros.
¿Quieres que hoy y todos los días de tu vida tengan un sello divino? Haz lo que dice la palabra de Dios: “Encomienda al Señor tu camino, confía en El, que El actuará.” Salmo 37:5.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: ”Gracias porque me enseñas a confiar en ti de todo corazón y a NO apoyarme en mi propio entendimiento. Cuando voy por el sendero, tú estás conmigo, nunca te olvidas de mí. Esté donde esté me cuidas, me vigilas y me proteges. En momentos difíciles me consuelo sabiendo que siempre estás conmigo y que no necesito andar por la vida solo. Eres mi refugio, mi escudo, mi protección y te acuerdas de mí, por tu gran amor y bondad. Me das fuerzas nuevas cada día, siempre me ayudas y siempre me sustentas con la diestra de tu justicia, en el glorioso y poderoso nombre de mi Señor Jesucristo.” Amén y Amén.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
ARBEY SERNA ORTIZ