Tantas noticias deprimentes de dolor y de muerte,
nos pueden hacer caer en la tentación del desánimo y hasta de pensar que el mal
no se puede vencer. Pero ¿cómo hacemos para superar tanto mal?
Si tenemos fe, nos viene bien atender lo que afirman las
Sagradas Escrituras en las que Dios habla con nosotros, y nos dice desde el libro
de Daniel: "Vi
que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el
Anciano y lo hicieron acercar hasta él. Y le fue dado el dominio, la gloria y
el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es
un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido”.(Dan 7,13/14)
No estamos acéfalos y sin defensa frente al mal. El
mal solo puede hasta donde nosotros lo dejamos, porque hay uno más fuerte que el
mal que tiene todo el poder, el dominio y la gloria. Y nosotros sabemos que ese
es Jesús resucitado. Que es a Él a quien Dios le ha dado el poder y que él ha
vencido ya al mal, a la muerte y al pecado.
Y en el Evangelio, en la montaña, tres discípulos
ven esta gloria de Jesús y escuchan con sus propios oídos que Dios dice: “Este es mi Hijo muy querido en quien tengo
puesta mi predilección, escúchenlo” (Mt 17,6).
Si queremos no ser vencidos por el mal y superar sus
insidias y consecuencias, tenemos que escuchar a Jesús y hacer como el Hijo de
Dios nos dice.
Guillermo
Ortiz