Parte 18
Lo que realmente sucede es que muchas personas confundimos el concepto del Crear Divino con el concepto crear humano, pero la creación humana, no es sino solamente la transformación de todo lo que ya ha sido creado por Dios, lo que nos da la ilusión de que también nosotros somos creadores, pero, si analizamos bien esta situación, tal vez nos lleve a reconocer, que la función que el hombre a desempeñado aquí en este mundo conducido por su libre albedrío, es el de transformar la creación de Dios para beneficio de todos, sin embargo, esta transformación ha sido hecha para comodidad y riqueza de unos cuantos y la desdicha y miseria de los muchos. Así, que si queremos estar en la frecuencia que nos ponga en contacto con el conocimiento correcto de lo que en verdad nos interesa, en éste caso, de encontrarnos a nosotros mismos y a través de Cristo de una manera real, efectiva y para siempre sin darle tantas vueltas al asunto, y sin enredarnos entre tantos formulismos mezclados entre otras tantas concepciones, es completamente necesario y vital saber que es el espíritu, cuándo, cómo y dónde se desarrolla y cuál es su función fundamental en nosotros, y cuando vayamos conociendo poco a poco todo lo anterior en forma conveniente e irle poniendo acción a ese conocimiento, nos estaremos situando poco a poco en el punto más cercano para encontrar el verdadero camino que nos conduzca al conocimiento del significado y sentido de nuestras vidas. Atrévase a dar ese importante paso que lo pondrá en ese punto, conociendo lo que más adelante veremos para tratar de encontrar las posibles respuestas a nuestras preguntas acerca del conocimiento del mundo espiritual de Dios, en una forma sencilla, sin fórmulas o recetas mágicas y sin recurrir a ningún otro medio exótico o vistoso para entrar en ese conocimiento espiritual, no porque se deba menospreciar en alguna manera lo anterior, sino, porque todos los que nos consideramos cristianos, deberíamos introducirnos a ese conocimiento a través del estudio y la meditación de su enseñanza que se transmite a través del Nuevo Testamento para que nuestra fe se vea aumentada y comenzar a obtener resultados reales en nuestra búsqueda existencial, y no volver a otras enseñanzas que nos hace creer lo que en realidad no es cierto.
Como dijimos antes, hay asociaciones civiles y religiosas en los que sólo ciertas personas son seleccionadas por los que tienen ese poder de selección para que puedan ocupar ciertos puestos dentro de ellas y tengan acceso a esos conocimientos ocultos o religiosos manipulados por el hombre, lo que da la sensación de que en esos conocimientos se encuentra la verdad, y así es, nada más que es la verdad en la forma en que ellos la manejan y no la verdad de nuestra fe como creyentes de Jesús. Por lo que, si nosotros que nos llamamos cristianos, queremos conocer la verdad de su Palabra, aprendamos sin demora y con verdadero interés los porqués de nuestro cuerpo, de nuestra alma y de nuestro espíritu, para que estemos en las condiciones adecuadas de adquirir los conocimientos que abrirán la puerta en nuestra alma a la Mente de Dios para rendirnos a El y hacer nuestra su Voluntad y así tratar de entender esos tremendos enigmas de nuestra condición de ser seres trinitos semejantes a Dios.
Que significan según el diccionario las siguientes palabras:
CUERPO: Materia orgánica que se constituye en sus diferentes partes.
ALMA: Substancia espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir que informa al cuerpo humano y con él constituye la esencia del hombre.
ESPIRITU: Ser inmaterial y dotado de razón. Don particular que Dios suele dar a algunas criaturas. Vigor natural y virtud que alienta y fortifica al cuerpo.
Si usted cree entender esto, o se conforma con la anterior descripción, muy bien, pero si no, dispóngase y prepárese a conocer, y si es posible, a poner en práctica el contenido de las siguientes reflexiones inspiradas y avaladas por el Antiguo y el Nuevo Testamento de las Sagradas Escrituras.
En la gran mayoría cristiana, se sabe que Dios se manifiesta en su Santísima Trinidad como El Padre, El Hijo, y El Espíritu Santo que conforman un solo Dios Todopoderoso, Omnipresente, Omnisciente y Eterno, El Altísimo, el YO-SOY eterno sin principio ni fin, y en su esencia sustancia y eternidad, el principio y fin de todas las cosas.