MARCOS CAP. 10
Marcos cap. 10: v 1 al v 12
Una vez que partió de allí, se fue a los límites
de Judea, al otro lado del Jordán. Nuevamente las muchedumbres se pusieron en
camino para ir a donde él, y él volvió a enseñarles de la manera que solía
hacerlo. En eso unos fariseos vinieron a él con ánimo de probarlo y le
preguntaron: ¿Puede el marido despedir a su esposa? El les respondió: ¿Qué les
ha ordenado Moisés? Ellos contestaron: Moisés ha permitido firmar el acta de separación
y después divorciarse.
Jesús les dijo: Moisés escribió esta ley porque
ustedes son duros de corazón, Pero la
Biblia dice que al principio, al crearlos, Dios los hizo
hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse
con su esposa y serán los dos uno solo. De manera que ya no son dos, sino uno
solo. Pues bien, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.
Y cuando estaban en casa, los discípulos le
volvieron a preguntar lo mismo y él les dijo: El que se separa de su esposa y
se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si ésta deja a su
marido y se casa con otro, también comete adulterio.
ENSAYO:
Por razón de lo que apreciamos anteriormente con respecto a la
obediencia al hombre y no a la voluntad de Dios, es por lo que seguimos estando
limitados, ya que el velo con que el hombre a cubierto la enseñanza que Jesús
le comparte, ha escondido en gran parte su significado espiritual, no sólo con
respecto al matrimonio, sino también en muchas otras cosas que le han
endurecido el corazón de tal manera, que no le ha sido permitida la entrada a
la verdad espiritual que la
Palabra de Dios contiene a plenitud, ya que el hombre
tradicionalmente se ha movido de acuerdo a sus pensamientos de autosuficiencia,
y no de acuerdo a los pensamientos de Dios, legados al hombre a través de la
enseñanza de Jesús.
Marcos cap. 10: v 13 al v 16
Algunas personas presentaron sus niños a Jesús
para que él los tocara; y los discípulos reprendieron a esa gente.
Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: Dejen
que los niños vengan a mí. ¿Por qué se lo impiden? El Reino de Dios es para los
que se parecen a los niños, y les aseguro que quien no reciba el Reino de Dios
como un niño, no entrará en él. Jesús los abrazaba y luego ponía sus manos
sobre ellos para bendecirlos.
ENSAYO:
No debemos dejar de la mano a todos los que han decidido hacer a un
lado todo lo que les estorbaba para seguir a Jesús, para que no vuelvan a
seguir enseñanzas y mandatos de hombre en el Nombre de Jesús, pues no faltará
quién se quiera aprovechar de ellos al haber limpiado su mente, y que por ello,
se han convertido en recipientes nuevos para recibir el vino nuevo de la
enseñanza de Jesús. Así que esforcémonos para que todo aquel que se ha
convertido en niño y que por lo mismo tiene la capacidad de ser sincero,
honesto y sencillo, les sea recordado esa etapa en la que veían a su papá como
lo más grande, ya que en ese tiempo él todo lo sabía y todo lo podía. Todo lo
creían de su padre, y sabían que él les daría lo que se le pedía casi en el
momento en que lo solicitaban, y si no era así, sabían que de todas maneras
serían complacidos.
Por eso todos deberíamos regresar a ser como niños pues así recibiremos
el Reino de los Cielos, porque creemos y sabemos, que el Padre Nuestro que está
en los Cielos es Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente, es decir: que todo lo
puede, que todo lo sabe, y que siempre estará en nosotros para darnos, como el
Padre amoroso que es, todo lo que le solicitemos y que sabe que nos conviene.
Por eso, aunque nos impacientemos, todo nos será dado en el tiempo, en el orden
y en el propósito de Dios para nuestras vidas.
Marcos cap. 10: v 17 al v 22
Jesús estaba a punto de partir, cuando uno corrió
a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: Maestro bueno, ¿qué
tengo que hacer para conseguir la vida eterna?
Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas bueno? Uno
solo es bueno y ese es Dios. Ya conoces los mandamientos: No mates, no cometas
adulterio, no robes, no digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto,
honra a tu padre y a tu madre. El otro contestó: Maestro, todo esto lo he
practicado desde muy joven.
Jesús lo miró, sintió cariño por él y le dijo: Sólo
te falta una cosa, anda, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, y así tendrás
un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.
Cuando el otro oyó estas palabras, se sintió
golpeado, porque tenía muchos bienes, y se fue triste.
ENSAYO:
Por supuesto que decidirse a dejar atrás todo lo que nos estorba para
seguir a Jesús, será complicado, porque requiere renunciar a todo lo que le
hemos dado el primer lugar en nuestra vida para colocar a Jesús y a su Palabra
como el centro de ella para conocer, aceptar y recibir la voluntad de Dios que
nos hará estar en el tiempo, en su orden y propósito para el hombre,
renunciando a toda obediencia a la sabiduría humana en las cosas de Dios y
poder dejar de ser egoístas, pues este sentimiento nos impide el querer
compartir lo nuestro con los demás, o bien, compartir algo sin que
verdaderamente sea una ayuda a quien la recibe, sino más bien, una forma de
sujeción para someterlo en lo económico, moral o religioso. También deberemos
renunciar a esos pensamientos que nos hacen creer que sólo la buena o la mala
suerte, o nuestra capacidad física o intelectual, nos hará salir de cualquier
situación adversa, y si no fuera así, diríamos que la voluntad de Dios tiene la
culpa de todo lo negativo que nos pasa porque no ha querido escucharnos, ya que
creemos que con sólo dar una imagen de hombre bueno lo merecemos.
Pero si en verdad queremos tener una vida tranquila, próspera y
saludable, dejemos nuestra anterior forma de vivir y de pensar, que en lugar de
acercarnos al Reino de Dios nos va alejando cada vez más de él, mejor es que
sigamos fielmente a Jesús o retirémonos tristes por no ser capaces de hacerlo.
Marcos cap. 10: v 23 al v 27
Entonces Jesús, mirando alrededor de él, dijo a
sus discípulos: ¡Qué difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen
las riquezas! Los discípulos se sorprendieron al oír estas palabras. Pero Jesús
insistió: Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil
para un camello pasar por el ojo de la aguja, que para un rico entrar en el
Reino de Dios.
Ellos se asombraron más todavía y comentaban: Entonces,
¿quién puede salvarse? Jesús los miró fijamente y les dijo: Para los hombres es
imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.
ENSAYO:
En verdad, ¡qué difícil será entrar en el Reino de Dios! Pero sobre
todo, que difícil será para quienes se han hecho a las tradiciones religiosas
con las normas, enseñanzas y mandatos de hombre que los ha limitado enormemente
para conocer de la voluntad de Dios. Pero, cuando alguien se decide a someter
su libre albedrío al mandato de Dios a través de la enseñanza que Jesús
comparte al hombre, Dios mismo lo salvará de todo lo anterior, porque lo que
parece imposible para el hombre, para Dios todo es posible.
Marcos cap. 10: v 28 al 31
Entonces Pedro le dijo: Nosotros lo hemos dejado
todo para seguirte. Y Jesús le aseguró: Nadie que haya dejado casa, hermanos,
hermanas, madre, padre, hijos y campos por amor a mí y la Buena Nueva quedará
sin recompensa. Pues recibirá cien veces más en la presente vida en casas,
hermanos, hermanas, hijos y campos, no obstante las persecuciones, y en el
mundo venidero la vida eterna.
Entonces muchos que ahora son los primeros serán
los últimos, y los que ahora son últimos serán los primeros.
ENSAYO:
Como podemos apreciar, quién sigue fielmente a Jesús y su Palabra y la
pone por obra, recibirá en esta vida cien veces más de lo que haya dejado por
amor a él, y en el mundo venidero la vida eterna y gloriosa en Dios no obstante
las persecuciones.
Pero muchos de los que fueron llamados, primero, entre el pueblo judío
y posteriormente de entre las naciones, serán los últimos por no saber guardar
ni enseñar a cumplir fielmente la
Palabra de Dios confiada a Jesús a través de su enseñanza. Y
a quienes en estos últimos tiempos les esté llegando el llamado de Dios y
acudan para guardar y enseñar a cumplir con fidelidad la voluntad de Dios, serán
los primeros por recibir y aceptar esta santa voluntad.
Marcos cap. 10: v 32 al v 34
Seguían el camino que sube a Jerusalén y Jesús iba
delante de ellos. Los Doce no sabían que pensar y, detrás de ellos, todos tenían
miedo. El, reuniendo otra vez a los Doce, les anunció lo que iba a pasar: Fíjense
que subimos a Jerusalén y el Hijo del Hombre será entregado a los jefes de los
sacerdotes y a los maestros de la
Ley. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los
extranjeros, que se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo mataran, y a
los tres días resucitará.
ENSAYO:
Aquí en este relato, se está anunciando que cada vez estamos más cerca
de alcanzar nuestra condición espiritual, porque ya estamos siendo convencidos
de la verdad de su enseñanza para que la aceptemos en una auténtica conversión
para que resurja el hombre espiritual en su verdadera imagen y semejanza de
Dios en su Trinidad Santa y perfecta, lo que nos hará sufrir humillaciones de
parte de quienes no han podido, o no han sabido ser verdaderamente ser fieles a
Jesús y su Palabra.
Marcos cap. 10: v 35 al v 45
Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús
y le dijeron: Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir. El
les dijo: ¿Qué quieren de mí? Ellos respondieron: Concédenos que nos sentemos
uno a tu derecha y el otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.
Jesús les dijo: No saben lo que piden. ¿Pueden
beber la copa que estoy bebiendo o bautizarse como estoy bautizado? Ellos
contestaron: Sí, podemos. Jesús les dijo: Pues bien, la copa que bebo, también
la beberán ustedes, y serán bautizados con el mismo bautizo que estoy
recibiendo; pero no depende de mí que se sienten a mi derecha o a mi izquierda.
Esto ha sido reservado para otros.
Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron con
Santiago y Juan. Jesús los llamó y les dijo: Como ustedes saben, los que se
consideran jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños, y los
que tienen algún puesto hacen sentir su poder. Pero no será así entre ustedes.
Al contrario, el que quiera ser más importante
entre ustedes, que se haga el servidor de todos; y el que quiera ser el
primero, que se haga siervo de todos. Así como el Hijo del Hombre no vino para
que lo sirvieran, sino para servir y dar su vida como rescate de una
muchedumbre.>
ENSAYO:
Es necesario entender bien lo que Jesús nos indica en este pasaje,
puesto que no debemos pretender ocupar puestos religiosos que nos podrían dar
la falsa idea de que podemos ordenar y mandar a los demás a nuestro libre
albedrío haciéndoles sentir el poder que esos puestos otorgan, y querer, tal
vez inconscientemente, ejercer cierta manipulación en ellos, que a la larga nos
haría sentirlos como de nuestra propiedad.
Podremos beber de la copa que bebió Jesús y ser bautizados en el mismo
bautismo que él recibió para sumergirnos en el conocimiento de Dios, de su
amor, fe y misericordia y ser bautizados en el Fuego del Espíritu Santo, pero
eso, no nos dará la autoridad ni la autorización para otorgar ni ocupar puestos
religiosos que sólo a Dios, y al pleno de las asambleas, corresponden.
Por eso, el que quiera ser más importante que se haga servidor de
todos, y el que quiera ser el primero, que haga lo mismo, es decir: que si
queremos que los demás aprendan según la enseñanza de Jesús, deberemos ser
servidores o siervos por voluntad propia, siempre comedidos y siempre listos
para ayudar en sus necesidades, cualesquiera que éstas sean, a nuestros
semejantes en el Nombre de Jesús, por lo que se deberá tener cuidado de que ni
uno sólo de los discípulos de Jesús deberá imponer ni la más mínima obligación
para hacer cualquier cosa. Recordemos que Jesús no vino para que le sirvieran,
sino para servir y dar su vida en rescate de muchos. Por lo mismo no estamos
siendo llamados para ser servidos, sino escogidos para servir el Pan de vida
que es el cuerpo de Jesús en su enseñanza, y el vino dulce de su Sangre que es
el precio pagado por la salvación del hombre, y para que esto sea real
deberemos guardar y enseñar a cumplir su enseñanza con fidelidad para recibir y
aceptar la voluntad de Dios.
Marcos cap. 10: v 46 al v 51
Llegaron a Jericó. Y, al salir Jesús de allí,
acompañado de sus discípulos y una gran multitud, el hijo de Timeo (Bartimeo),
un limosnero ciego, estaba sentado a la orilla del camino. Cuando supo que era Jesús
de Nazaret, se puso a gritar: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Varias personas trataron de hacerlo callar. Pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de
David ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo: Llámenlo. Llamaron, pues,
al ciego diciéndole: ¡Párate, hombre! te está llamando. Y él, arrojando su
manto, de un salto se puso de pie y llegó hasta Jesús.
Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que te haga? El
ciego respondió: Maestro, que yo vea. Entonces, Jesús le dijo: Puedes irte; tu
fe te ha salvado.
ENSAYO:
Como a nosotros se nos está dando el ver lo que otros por más que
quieran no verán, y el oír lo que otros por más que quieran no escucharán,
discernamos la Palabra
anterior contestando estas preguntas: ¿Cuántas personas que han vivido en las
oscuras tinieblas de la ignorancia del conocimiento de Dios, que al escuchar el
Nombre de Jesús han sentido la necesidad de llamarlo para salir de ellas?
¿Cuántos de ellos han gritado su Nombre para clamar compasión? ¿Cuántos han
querido ser callados por ello? ¿Cuántos se han despojado del manto tradicional
con que se han cubierto para llegar a Jesús? ¿Cuántos se han quedado quietos y
callados cuando él los ha respondido? ¿Cuántos se han levantado de sus asientos
al escuchar su llamado? ¿Cuántos han respondido a su pregunta de que qué es lo
que quieren de él? ¿Cuántos han creído que Jesús les quitará el velo de
ignorancia de Dios con que las autoridades religiosas la han encubierto través
de múltiples tradiciones religiosas? ¿Cuántos han creído en verdad que él es la
respuesta a todas sus preguntas y la solución a todas sus necesidades, mismas
que serán satisfechas en el momento preciso? ¿Cuántos lo han querido seguir
después de ver que todo lo negativo en sus vidas va desapareciendo de ellas?
Tú, hermano o hermana, deberás hacerte estas mismas preguntas para que te
ubiques en lo que eres actualmente, y en lo que quieres llegar a ser de acuerdo
a la enseñanza de Jesús. El te está llamando: ¡Levántate y síguelo!