SINTIENDO LO MISMO
Hechos 2:46-47
“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”
Al leer este versículo bíblico, me quedé pensando en el valioso contenido que tiene para nosotros. Desde las primeras palabras comenzamos a entender que Dios motivó el crecimiento de la Iglesia primitiva. Es tan sencillo el versículo que casi no es necesaria una explicación. Pero sin embargo, es interesante meditar en esto: los primeros cristianos perseveraban unánimes en el templo “cada día”. No dice “si no llovía”, ni “si no tenían dificultades “o si el viento soplaba favorablemente,” sino simplemente “cada día”
La segunda parte de la primera frase dice que los primeros cristianos compartían juntos con sencillez de corazón, sin doble ánimo, sin juzgarse unos a otros, sin enojos ni contiendas, alabando al Señor unánimes, dándole lugar para que reine en plenitud unidos en su Espíritu Santo. Según el diccionario Unánimes significa: “Conjunto de personas que convienen en un mismo parecer, dictamen, voluntad o sentimiento tienen la misma opinión o sentimiento” (Diccionario de la lengua española, RAE)
Lo mencionado nos da a entender que ellos estaban unidos por un mismo sentimiento, sentían lo mismo. Deseaban hacer una misma cosa y compartían el mismo deseo de crecer espiritualmente y agradar a Dios. El resultado fue que todo el pueblo se admiraba de la unidad y del comportamiento de los cristianos y se unía a ellos, acercándose a Dios. La gente veía la obra de Cristo en sus vidas, en su unidad. Lo que los motivaba a ellos buscar a Dios ellos también.
Dios tiene un pueblo y obra y se manifiesta a través de él. Da a conocer su poder, su voluntad y trae crecimiento espiritual a través de su Iglesia. La iglesia sigue siendo el cuerpo de Cristo, sigue siendo sus manos en el mundo, sus pies, que llega al necesitado. La iglesia existe por voluntad y propósito de Dios, para llevar adelante el mensaje de Cristo en este mundo.
¿Compartes junto a otros cristianos los planes de Dios, o pretendes hacer la voluntad de Dios, según tus propios planes? ¿Creces espiritualmente junto a otros hermanos según la estatura de Cristo, o creces solo como una hierba en medio del camino? ¿Adoras a Dios en espíritu y verdad, o cantas solo a Dios tus propias canciones? Dios ha formado un pueblo para Él, y quiere que tú seas parte de su pueblo.
Si tu respuesta es la segunda de las alternativas debes saber que Dios ha preparado un lugar, una comunidad cristiana, donde te puede hacer crecer y desarrollar. Pide en oración que Dios te muestre ese lugar que tiene preparado para ti y únete a esa comunidad de fe. Permite que Él te guíe.
Araceli