Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros. El rey no se salva por la multitud del ejército, ni escapa el valiente por la mucha fuerza… He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia, Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él (Salmo 33.16, 18–20). Es duro ver cómo envejecen las cosas. El pueblo en que me crié está envejeciendo…Algunos de sus edificios tienen remiendos de madera. Algunas de las casas se están cayendo… El viejo cine donde me citaba con las chicas tiene un letrero en la marquesina que dice: «Se vende». Quisiera poder renovarlo todo otra vez. Quisiera poder limpiar el polvo de las calles… pero no puedo. Yo no puedo. Pero Dios sí puede. «Él confortará mi alma», escribió el pastor. Él no reforma; Él restaura. Él no disfraza lo viejo, sino restaura lo nuevo. El Maestro Constructor sacará el plano original y lo restaurará. Restaurará el vigor. Restaurará la energía. Restaurará la esperanza. Restaurará el alma.
Max Lucado
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