Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
¡ Feliz Cumpleaños Aida Luz Cardona !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: HUMILDAD ANTES DE LA PROMESA
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 15/09/2018 12:59

El día de Pentecostés, Pedro predicó: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo” (Hechos 2:38). En otras palabras: “Dehazte de tu pasada manera de vivir y de todos tus propios intentos de ser santo en tu propia fuerza”. Deshazte de la máscara de ser cristiano y vístete de Cristo. Y recibirás el don del Espíritu Santo, ¡porque la promesa es para ti!

Según las Escrituras, ese día se añadieron tres mil almas a la Iglesia: Tres mil personas religiosas que habían estado haciendo todo lo posible por ser piadosas en sus propias fuerzas; tres mil que tal vez estaban cansados ​​de aprender sobre Dios y su poder de antaño; ¡tres mil que notaron que había personas que realmente poseían el poder de Dios!

Entonces, ¿qué debemos hacer tú y yo para obtener este poder de Dios hoy? Después de todo, seguramente lo necesitaremos para enfrentar los días que tenemos por delante.

Primero, debemos regresar al propósito completo que Dios pretendió para nuestras vidas en esta tierra: Ser testigos vivientes de quién es Él, lo cual requiere humildad, porque se burlaron de nosotros y nos ridiculizarán. Sin embargo, independientemente de lo que pueda pensar el mundo, debe haber una resolución en nuestro corazón que diga: “No me importa lo que cueste. Yo quiero esta nueva vida, esta fuerza para seguir con Dios y no me conformaré con ser tibio”.

Esta es una elección que tú y yo debemos hacer. Recuerda, la promesa del Espíritu Santo es para ti, para tus hijos, para los jóvenes, los ancianos, los educados, los incultos, los fuertes, los débiles. ¿Realmente la quieres? Y, ¿el estilo de vida que viene con dicha promesa?

Si estás dispuesto, te animo a ir delante del Señor con humildad y a pedirle que cumpla su gran promesa para ti. Con certeza, él será fiel a su Palabra. Y luego, como su Iglesia, ¡volveremos al poder de Dios en estos últimos días!


Carter Conlon



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 19/09/2018 00:22




Gracias al Señor, cuando nuestro corazon se humilla ante Su presencia El nos llena de Su Espíritu!! Gloria a El!!  Araceli






 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados