REFLEXIÓN UNA VENTANA AL CIELO VIERNES 1 DE NOVIEMBRE DE 2019
“Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.“ 1 Pedro 5:8
Cuando era niño, ósea desde hace ufffff de años, nuestros padres, inocentemente, nos transmitían lo que a ellos les habían enseñado, acerca de la idea del peor enemigo que tiene todo aquel que ha creído en el Dios Padre, en el Dios Hijo y en el Dios Espíritu Santo. Caíamos, por ignorancia, en el truco de creer que el diablo no existe, que él es simplemente una chistosa CARICATURA que nos causa risa, pues nos enseñaron que el diablo era un pequeño individuo vestido de rojo, con cuernos, con un rabo puntiagudo y un tridente en sus manos, tratando de pinchar en el trasero a todo el que se agache.
Otros toman el diablo seriamente, creen que existe, pero que está en el infierno. No, el diablo no está aún en el infierno, el estará allí no para reinar como algunos creen. Cuando él vaya al infierno, será encarcelado y atormentado, porque ese infierno fue preparado para satanás y sus ángeles. “Estén alerta Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.” 1 Pedro 5:8.
La verdad es que la Escritura lo define como el engañador, el mentiroso, el homicida, el acusador, el tentador, el príncipe de la potestad del aire, el destructor, el maligno, si usted no sabe cuán terrible es su enemigo, de seguro no va a estar preparado para enfrentarlo. Dice la Biblia: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Efesios 6:12.
Nuestro adversario tiene el reino del terror. aterroriza espiritual, mental, emocional y físicamente. Es el maestro de la subversión, la perversión y la división. Él quiere hurtar, quiere matar, quiere destruir, dividir y quiere oprimir. Nada nos pondrá más lejos de ese enemigo que la genuina humildad y esta humildad es resultado de humillarse delante de DIOS “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Juan 10:10. Nuestro enemigo no es la esposa o el esposo, ni su jefe, ni sus suegros o el gobierno, nuestro enemigo es ese perverso ángel caído que pretende robarnos la paz, la felicidad, la tranquilidad y todo lo hermoso que Dios nos ha dado.
Afortunadamente ese enemigo fue vencido en el calvario y no tiene ningún poder sobre mí, ni sobre usted, si es que usted confía en el SEÑOR JESÚS. Solos no lo podemos vencer, pero cuando confesamos a JESUCRISTO como nuestro Único y Suficiente SEÑOR y SALVADOR, pidiéndole, de todo corazón, que Él venga a tu corazón, Él vendrá y te perdonará, te limpiara y te dará el poder que necesitas para vencer sobre toda acechanza del enemigo.
ORACIÓN
“Soberano Dios y Padre Celestial: Gracias porque al acercarme a ti, hallo refugio, paz, protección y confianza. El habitar bajo tu sombra, oh, Altísimo, me libra de los peligros escondidos, pues bajo tus alas hallaré refugio y tu fidelidad será mi escudo y muralla a mi alrededor. Me libras a mí, a mis hijos, a mi familia y a mi descendencia, del laso del cazador y de la peste destructora. Das orden a tus ángeles que me protejan a dondequiera que vaya. Me respondes en mis dificultades, me das larga vida y por tu infinito amor y misericordia, me das la salvación, en el poderoso nombre de mi SEÑOR JESUCRISTO.” Amén y Amén
-Feliz fin de Semana-
ARBEY SERNA ORTIZ