del final del
ministerio de Jesús en Galilea. Este fue un día crucial en más de un sentido.
De hecho, este es uno de los días más exhaustivamente documentados del
ministerio de Jesús en Galilea.
Una sanidad y
liberación notables.
El día comenzó
complicado cuando se presento a Jesús un hombre urgentemente necesitado; uno de
los casos más complejos, desgarrador y al parecer imposible de la miseria
humana. Un caso mucho más difícil que el del hombre con una mano seca. El alma
de este pobre hombre se estaba marchitando. No solo era una gran necesidad de
sanidad física; el también estaba en servidumbre permanente de algún espíritu
maligno. Era precisamente el tipo de caña cascada y pabilo humeante mostrado en
la profecía de Isaías.
Mateo lo describe así:
<> (Mateo 12:22). Aquí estaba la
personificación viviente de los que <> (Marcos 2:17). El
hombre era incapaz de ver, incapaz de comunicarse y, peor aún, estaba atrapado
en esclavitud a un poderoso demonio. Los mejores médicos y doctores en teología
trabajando juntos no podrían haberlo ayudado por algún medio conocido por
ellos. ¿Qué podría ser más desesperado o más urgente?
Las escrituras relatan
con lenguaje muy sencillo y nada sensacional lo que hizo Jesús: <> (Mateo 12:22). No hubo demora ni periodo de rehabilitación. Esta
fue una liberación completa e instantánea. Fue sin duda un acto de Dios, uno de
los ejemplos más increíblemente gloriosos del poder de Jesús, tanto para sanar
como para echar fuera demonios.
Sin embargo, Mateo
presta poca atención a los detalles del milagro mismo. Esto es porque lo que es
más notable en este incidente en particular es la secuela que tuvo. Por
supuesto, ya Jesús había realizado un sinnúmero de milagros de sanidad y
liberación por toda galilea. Como dice Marcos: <> (Marcos
3:10-11). Innumerables personas ya habían visto a Jesús sanar y liberar a
individuos. No había ninguna duda acerca de la fuente de su poder. También los
demonios daban testimonio de que Jesús era el hijo de Dios.
Marcos añade que las
personas que se agolpaban en torno a Jesús incluía a muchos de los que habían
venido de todas partes de Galilea y sus regiones fronterizas, específicamente,
de Siria al norte; de Decapolis y Perea al este; y de Judea al sur. En palabra
de Mateo:
Y recorrió Jesús toda
Galilea enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino,
sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por
toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por di
versas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y
los sano. Y le
siguió mucha gente de Galilea, de Decapolis, de Jerusalén, de Judea y del otro
lado del Jordán, (Mateo4:23-25,
énfasis añadido)
Este espectáculo de
milagros se convirtió en la principal razón para que tantas personas quisieran
estar en la presencia de Jesús (Juan
6:2). Los milagros no se realizaron en una esquina o solo en raras ocasiones.
No eran la clase de dolencias vagas e invisibles en las que los falsos
sanadores de hoy día parecen especializarse. Tampoco hubo escases de
confirmaciones por testigos presenciales del poder de Jesús. Sanidades dramáticas
y otros milagros eran sucesos comunes para los que lo seguían de cerca.
Sin embargo, otra vez
la característica más notable de esta sanidad fue la respuesta de los líderes
religiosos. Marcos indica que ellos eran <> (Marcos3:22). Estos no eran fariseos comunes, sino los
eruditos religiosos Principales en todo Israel, la aristocracia sacerdotal. Habían
hecho el viaje de cuatro días de Jerusalén a Galilea, al parecer con la tarea específica
de encontrar a Jesús en alguna falta. Recuerde que según Mateo 12:14, ya habían conspirado en secreto para matarlo. Esta era
la primera fase de la conspiración que finalmente culmino con su muerte en la
cruz.
La sanidad instantánea
de este endemoniado frente a una multitud de testigos oculares era claramente
un impedimento para la estrategia de los fariseos. La gente ya estaba
respondiendo con admiración y sorpresa, diciendo en voz alta: <<¿Sera
este aquel hijo de David?>> (Mateo
12:23). La multitud parecía estar a punto de tratar de hacerlo su rey por
la fuerza (cp. Juan 6:15).
Los jefes de los
fariseos respondieron rápidamente: <> (Mateo 12:24).
Este fue el momento
preciso en que todo cambio. Lo que inmediatamente sigue en Mateo 12 es un corto
discurso que culmina con esta advertencia sobre el pecado imperdonable:
<< A cualquiera que dijere alguna palabra contra el hijo del hombre, le
será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será
perdonado, ni en este siglo ni en el venidero>> (v.32).
El pecado
imperdonable.
Las palabras de Jesús, como siempre, deben
leerse con mucha atención. El no estaba diciendo que todas y cada una de las
blasfemias invocando el nombre del Espíritu Santo son imperdonables. No estaba
anunciando que hay una cierta categoría amplia y ambiguamente definida de
transgresiones imperdonables que necesitamos para vivir temerosos de que, ya
sea por descuido o accidentalmente, hablemos palabras que nos sitúan para
siempre mas allá del alcance de la gracia divina. De hecho, Jesús dijo específicamente:
<> (Mateo 12:31, énfasis añadido). De modo
que su solemne advertencia sobre este extraordinario acto de blasfemia imperdonable
estuvo precedida por una amplia declaración afirmando que cualquier otro tipo
imaginable de <> es perdonable.
Claro
que Jesús no estaba diciendo que el pecado de alguien es perdonado automáticamente
sin tener en cuenta si la persona se arrepiente y cree o no. Todo pecado es
condenable, siempre y cuando el pecador permanezca impenitente e incrédulo.
< en él cree, no es
condenado; pero el que no cree. Ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios (Juan
3:18).
Pero
incluso el más vil pecado es perdonable y perdón completo es garantizado para
todo pecador que renuncia a su amor al pecado y se vuelve a Cristo como su
Salvador. <> (Juan 1:9, énfasis añadido). En otras
palabras, cuando estamos de acuerdo con Dios acerca de nuestra propia culpa, la
sangre expiatoria de Cristo nos limpia de toda clase de pecado o blasfemia, no
importa cuán abominable sea. Jesús mismo hizo esta promesa: <> (Juan 5:24).
No obstante, un pecado muy específico
es instantánea y permanentemente condenable. Cada detalle de la declaración de Jesús
sobre el pecado imperdonable deja claro que el está hablando de una singular,
flagrante maliciosa y deliberada manera malvada de blasfemia: <> (Mateo
12:31 énfasis añadido) El articulo definitivo es decisivo. Hay un contraste
claro y significativo entre <> y
este pecado en particular que <> (v.32).
El
contexto de Mateo 12 indica
claramente a lo que Jesús se refería. Esta era la blasfemia que acababa de
decir este grupo de hipócritas religiosos.
Los
fariseos mismos realmente no creían, ni podían hacerlo en su propia
estratagema. Después de todo, ellos estaban ante la misma presencia de Cristo
cuando El manifestó su poder y gloria. Ellos nunca negaron sus milagros. Y allí
estaban como testigos presenciales de otra maravilla indiscutible hecha por Jesús.
Sabían claramente toda la verdad sobre El, pero aun así lo rechazaron; además,
intentaron activamente de apartar a otros de Él. Aun peor, trataron de
desacreditarlo con una blasfemia alegando que sus milagros eran posibles por el
poder de Satanás.
La
intencional dureza de corazón del pecado de los fariseos es el principal factor
que lo hizo imperdonable. ¿Por qué le dieron el merito a Satanás por lo que Jesús
había hecho por medio del poder del Espíritu Santo? Ellos lo habían visto
vencer los demonios. Ellos comprendieron plenamente quien era Jesús y con qué
autoridad hablaba y actuaba (Juan
11:47-48; 12:89; Lucas 6:10-11; Hechos 4:16); sin embargo, ellos lo odiaban
con un odio diabólico. Está claro que mentían cuando decían que El era diabólico.
Jesús
estaba hablando directamente a ellos cuando dijo: <<¡generación de víboras![…]
por tus palabras serás condenado>> (Mateo
12:34, 37). Esta fue su final e impresionante respuesta a esos mentirosos y
blasfemos farsantes religiosos. El pecado de ellos era tan atroz y tan
aborrecible que Jesús de inmediato los condeno para siempre. En esencia, El le
dio a la multitud una vista previa de la sentencia definitiva de sus
acusadores. Aquel a quien se le ha dado todo el juicio (Juan 5:22) pronuncio formalmente el veredicto de culpables. Su
veredicto en contra de ellos se dicto de manera pública, enfática y con
finalidad absoluta. Desde ahora estaban marcados para siempre a la obscuridad y
a la dureza de corazón que habían elegido para sí mismos.
¿Por
qué fue la declaración de ellos un delito tan grave contra el espíritu santo?
Por un lado, la sanidad del endemoniado era tanto obra del Espíritu Santo como
obra de Cristo. Todos los milagros de Jesús se hicieron de acuerdo con la
voluntad del padre mediante el poder del Espíritu Santo (Lucas 4:14; Juan 5:19, 30; 8:28; Hechos 10:38). Por lo tanto,
atribuir milagros de nuestro Señor a Satanas era dar merito a Satanas por la
obra del Espíritu Santo. Porque sabían bien que el insulto abominable de los
fariseos era una directa, deliberada y diabólica blasfemia contra el espíritu
de Dios.
Además,
el Espíritu santo es el que confirma el testimonio de Cristo y el que hace que
su verdad se conocida (Juan 15:26;
16:14-15). << Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu
es la verdad>> (1 Juan 5:6).Para
los que tienen oídos para oír, el testimonio del Espíritu santo acerca de
Cristo era estruendosa y definitivamente el polo opuesto de lo que estos
fariseos afirmaban. Una vez más: los fariseos sabían esto. Las señales y
milagros que habían visto eran reales e incontrovertibles. Ellos emitieron su
blasfemia con plena conciencia de que se oponían a Dios, mintiendo sobre su
siervo ungido y blasfemando su Espíritu Santo.
Para
ellos, ya no había esperanza, <> (Mateo 12:32). Habían
deliberadamente cerrado sus ojos y sus oídos a la verdad por mucho tiempo. Al
rechazar el testimonio más poderoso posible de la verdad, eligieron en su lugar
una mentira. Después de esto, Jesús perentoriamente ocultaría la verdad de
ellos por el uso de las parábolas en su enseñanza pública.
El día
crucial continúa.
El día todavía no se acababa. En Marcos 4:35, sobre este mismo periodo
de veinticuatro horas, leemos:
<> Esta fue la
noche en que Jesús calmo una tormenta en el mar de Galilea. Más tarde aun,
cuando <> (5:1), El libero a dos endemoniados que vivían entre las tumbas
allí al enviar los demonios a una piara de cerdos que se ahogaron después de
haberse precipitado al mar (Mateo
8:28-34).
Pero
lo crucial de ese día fue enseñar a las multitudes, y ese mismo día Jesús
comenzó a hablarles en parábolas.
Mateo 13:3
marca el punto en el evangelio de Mateo donde Jesús comenzó a enseñar en
parábolas. La primera parábola que Mateo registra es la del sembrador, seguida
de una explicación privada de la parábola por Jesús. (Vamos a examinarla en el capítulo
que sigue). Mateo 13 pasa a registrar otras parábolas clave sobre el reino de
los cielos. Luego, en un muy estrecho paralelo con Marcos 4:33-34, Mateo 13:34-35 expresa: <>.
Al rechazar
deliberadamente la verdad, los enemigos declarados de Cristo perdieron el
privilegio de escuchar más verdades simples de sus labios. Esto es precisamente
lo que Jesús quiso decir cuando afirmo: <> (Lucas 8:18).
El cambio en el estilo
de enseñanza de Jesús fue inmediato y drástico. Todo lo que El enseño en público
desde ese día se oculto a todos, salvo aquellos con oídos dispuestos a escuchar.
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<> (Salmos 121:4). <<¿No has sabido, no has oído que el dios
eterno es Jehová, el cual creo los confines de la tierra? No desfallece, ni se
fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance>> (Isaías 40:28).
Esto explica porque Colosenses 2:16 incluye la observancia
formal del día de reposo en un listado de las ceremonias del Antiguo Testamento
que no son obligatoria para los cristianos. Tales cosas eran <>(v.17). Todo lo que el día de reposo significaba se ha cumplido
completamente en la obra consumada de Cristo. Por esto el apóstol Pablo indica
que es legitimo juzgar iguales todos los días (Romanos 14:5). Para el cristiano, cada día es una celebración del
principio del día de reposo. Hemos entrado en el reposo espiritual provisto
para nosotros por la obra consumada de Cristo (Hebreos 4:10-11). En otras palabras, cuando Jesús declaro:
<> (Lucas 6:5) y <> (Mateo 11:28), no
solo estaba repudiando las reglas creadas por los fariseos sobre el sábado y
afirmando su propia deidad, sino que también estaba recalcando el cumplimiento
final de que todo lo que el sábado ofrecía a la humanidad se encontraba en el
reposo del alma que confía en la obra consumada de Cristo.
<
repletos al máximo de estrés y tensión>> Archibald Thoma Robertson, Word picture in the New testament, 6
vols. (Nashville:Broadman, 1930). 1:p. 100.
En el relato de Mateo
no se nos da un estricto orden cronológico, pero la declaración en Marcos 4:35 deja claro que el aquietamiento
de la tormenta se produjo <>.
Entonces la secuencia tanto en Marcos
4-5 como en Mateo 8 indica que la liberación de los dos endemoniados
también ocurrió inmediatamente después de que la tormenta se había calmado y la
barca de los discípulos había llegado a su destino.