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General: UN DIA SINIESTRO EN GALILEA (B)
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Atlacath  (Mensaje original) Enviado: 03/11/2019 00:23

del final del ministerio de Jesús en Galilea. Este fue un día crucial en más de un sentido. De hecho, este es uno de los días más exhaustivamente documentados del ministerio de Jesús en Galilea.

Una sanidad y liberación notables.

El día comenzó complicado cuando se presento a Jesús un hombre urgentemente necesitado; uno de los casos más complejos, desgarrador y al parecer imposible de la miseria humana. Un caso mucho más difícil que el del hombre con una mano seca. El alma de este pobre hombre se estaba marchitando. No solo era una gran necesidad de sanidad física; el también estaba en servidumbre permanente de algún espíritu maligno. Era precisamente el tipo de caña cascada y pabilo humeante mostrado en la profecía de Isaías.

Mateo lo describe así: <> (Mateo 12:22). Aquí estaba la personificación viviente de los que <> (Marcos 2:17). El hombre era incapaz de ver, incapaz de comunicarse y, peor aún, estaba atrapado en esclavitud a un poderoso demonio. Los mejores médicos y doctores en teología trabajando juntos no podrían haberlo ayudado por algún medio conocido por ellos. ¿Qué podría ser más desesperado o más urgente?

Las escrituras relatan con lenguaje muy sencillo y nada sensacional lo que hizo Jesús: <> (Mateo 12:22). No hubo demora ni periodo de rehabilitación. Esta fue una liberación completa e instantánea. Fue sin duda un acto de Dios, uno de los ejemplos más increíblemente gloriosos del poder de Jesús, tanto para sanar como para echar fuera demonios.

Sin embargo, Mateo presta poca atención a los detalles del milagro mismo. Esto es porque lo que es más notable en este incidente en particular es la secuela que tuvo. Por supuesto, ya Jesús había realizado un sinnúmero de milagros de sanidad y liberación por toda galilea. Como dice Marcos: <> (Marcos 3:10-11). Innumerables personas ya habían visto a Jesús sanar y liberar a individuos. No había ninguna duda acerca de la fuente de su poder. También los demonios daban testimonio de que Jesús era el hijo de Dios.

Marcos añade que las personas que se agolpaban en torno a Jesús incluía a muchos de los que habían venido de todas partes de Galilea y sus regiones fronterizas, específicamente, de Siria al norte; de Decapolis y Perea al este; y de Judea al sur. En palabra de Mateo:

Y  recorrió Jesús toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por di versas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sano. Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decapolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán, (Mateo4:23-25, énfasis añadido)

Este espectáculo de milagros se convirtió en la principal razón para que tantas personas quisieran estar en la presencia de Jesús (Juan 6:2). Los milagros no se realizaron en una esquina o solo en raras ocasiones. No eran la clase de dolencias vagas e invisibles en las que los falsos sanadores de hoy día parecen especializarse. Tampoco hubo escases de confirmaciones por testigos presenciales del poder de Jesús. Sanidades dramáticas y otros milagros eran sucesos comunes para los que lo seguían de cerca.

Sin embargo, otra vez la característica más notable de esta sanidad fue la respuesta de los líderes religiosos. Marcos indica que ellos eran <> (Marcos3:22). Estos no eran fariseos comunes, sino los eruditos religiosos Principales en todo Israel, la aristocracia sacerdotal. Habían hecho el viaje de cuatro días de Jerusalén a Galilea, al parecer con la tarea específica de encontrar a Jesús en alguna falta. Recuerde que según Mateo 12:14, ya habían conspirado en secreto para matarlo. Esta era la primera fase de la conspiración que finalmente culmino con su muerte en la cruz.

La sanidad instantánea de este endemoniado frente a una multitud de testigos oculares era claramente un impedimento para la estrategia de los fariseos. La gente ya estaba respondiendo con admiración y sorpresa, diciendo en voz alta: <<¿Sera este aquel hijo de David?>> (Mateo 12:23). La multitud parecía estar a punto de tratar de hacerlo su rey por la fuerza (cp. Juan 6:15).

Los jefes de los fariseos respondieron rápidamente: <> (Mateo 12:24).

Este fue el momento preciso en que todo cambio. Lo que inmediatamente sigue en Mateo 12 es un corto discurso que culmina con esta advertencia sobre el pecado imperdonable: << A cualquiera que dijere alguna palabra contra el hijo del hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero>> (v.32).

El pecado imperdonable.

Las palabras de Jesús, como siempre, deben leerse con mucha atención. El no estaba diciendo que todas y cada una de las blasfemias invocando el nombre del Espíritu Santo son imperdonables. No estaba anunciando que hay una cierta categoría amplia y ambiguamente definida de transgresiones imperdonables que necesitamos para vivir temerosos de que, ya sea por descuido o accidentalmente, hablemos palabras que nos sitúan para siempre mas allá del alcance de la gracia divina. De hecho, Jesús dijo específicamente: <> (Mateo 12:31, énfasis añadido). De modo que su solemne advertencia sobre este extraordinario acto de blasfemia imperdonable estuvo precedida por una amplia declaración afirmando que cualquier otro tipo imaginable de <> es perdonable.

            Claro que Jesús no estaba diciendo que el pecado de alguien es perdonado automáticamente sin tener en cuenta si la persona se arrepiente y cree o no. Todo pecado es condenable, siempre y cuando el pecador permanezca impenitente e incrédulo. <   en él cree, no es condenado; pero el que no cree. Ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Juan 3:18).

            Pero incluso el más vil pecado es perdonable y perdón completo es garantizado para todo pecador que renuncia a su amor al pecado y se vuelve a Cristo como su Salvador. <> (Juan 1:9, énfasis añadido). En otras palabras, cuando estamos de acuerdo con Dios acerca de nuestra propia culpa, la sangre expiatoria de Cristo nos limpia de toda clase de pecado o blasfemia, no importa cuán abominable sea. Jesús mismo hizo esta promesa: <> (Juan 5:24).

No obstante, un pecado muy específico es instantánea y permanentemente condenable. Cada detalle de la declaración de Jesús sobre el pecado imperdonable deja claro que el está hablando de una singular, flagrante maliciosa y deliberada manera malvada de blasfemia: <> (Mateo 12:31 énfasis añadido) El articulo definitivo es decisivo. Hay un contraste claro y significativo entre <> y este pecado en particular que <> (v.32).

            El contexto de Mateo 12 indica claramente a lo que Jesús se refería. Esta era la blasfemia que acababa de decir este grupo de hipócritas religiosos.

            Los fariseos mismos realmente no creían, ni podían hacerlo en su propia estratagema. Después de todo, ellos estaban ante la misma presencia de Cristo cuando El manifestó su poder y gloria. Ellos nunca negaron sus milagros. Y allí estaban como testigos presenciales de otra maravilla indiscutible hecha por Jesús. Sabían claramente toda la verdad sobre El, pero aun así lo rechazaron; además, intentaron activamente de apartar a otros de Él. Aun peor, trataron de desacreditarlo con una blasfemia alegando que sus milagros eran posibles por el poder de Satanás.

            La intencional dureza de corazón del pecado de los fariseos es el principal factor que lo hizo imperdonable. ¿Por qué le dieron el merito a Satanás por lo que Jesús había hecho por medio del poder del Espíritu Santo? Ellos lo habían visto vencer los demonios. Ellos comprendieron plenamente quien era Jesús y con qué autoridad hablaba y actuaba (Juan 11:47-48; 12:89; Lucas 6:10-11; Hechos 4:16); sin embargo, ellos lo odiaban con un odio diabólico. Está claro que mentían cuando decían que El era diabólico.

            Jesús estaba hablando directamente a ellos cuando dijo: <<¡generación de víboras![…] por tus palabras serás condenado>> (Mateo 12:34, 37). Esta fue su final e impresionante respuesta a esos mentirosos y blasfemos farsantes religiosos. El pecado de ellos era tan atroz y tan aborrecible que Jesús de inmediato los condeno para siempre. En esencia, El le dio a la multitud una vista previa de la sentencia definitiva de sus acusadores. Aquel a quien se le ha dado todo el juicio (Juan 5:22) pronuncio formalmente el veredicto de culpables. Su veredicto en contra de ellos se dicto de manera pública, enfática y con finalidad absoluta. Desde ahora estaban marcados para siempre a la obscuridad y a la dureza de corazón que habían elegido para sí mismos.

            ¿Por qué fue la declaración de ellos un delito tan grave contra el espíritu santo? Por un lado, la sanidad del endemoniado era tanto obra del Espíritu Santo como obra de Cristo. Todos los milagros de Jesús se hicieron de acuerdo con la voluntad del padre mediante el poder del Espíritu Santo (Lucas 4:14; Juan 5:19, 30; 8:28; Hechos 10:38). Por lo tanto, atribuir milagros de nuestro Señor a Satanas era dar merito a Satanas por la obra del Espíritu Santo. Porque sabían bien que el insulto abominable de los fariseos era una directa, deliberada y diabólica blasfemia contra el espíritu de Dios.

            Además, el Espíritu santo es el que confirma el testimonio de Cristo y el que hace que su verdad se conocida (Juan 15:26; 16:14-15). << Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad>> (1 Juan 5:6).Para los que tienen oídos para oír, el testimonio del Espíritu santo acerca de Cristo era estruendosa y definitivamente el polo opuesto de lo que estos fariseos afirmaban. Una vez más: los fariseos sabían esto. Las señales y milagros que habían visto eran reales e incontrovertibles. Ellos emitieron su blasfemia con plena conciencia de que se oponían a Dios, mintiendo sobre su siervo ungido y blasfemando su Espíritu Santo.

            Para ellos, ya no había esperanza, <> (Mateo 12:32). Habían deliberadamente cerrado sus ojos y sus oídos a la verdad por mucho tiempo. Al rechazar el testimonio más poderoso posible de la verdad, eligieron en su lugar una mentira. Después de esto, Jesús perentoriamente ocultaría la verdad de ellos por el uso de las parábolas en su enseñanza pública.

 

El día crucial continúa.

 

El día todavía no se acababa. En Marcos 4:35, sobre este mismo periodo de veinticuatro horas, leemos:

            <> Esta fue la noche en que Jesús calmo una tormenta en el mar de Galilea. Más tarde aun, cuando <> (5:1), El libero a dos endemoniados que vivían entre las tumbas allí al enviar los demonios a una piara de cerdos que se ahogaron después de haberse precipitado al mar (Mateo 8:28-34).

            Pero lo crucial de ese día fue enseñar a las multitudes, y ese mismo día Jesús comenzó a hablarles en parábolas.

Mateo 13:3 marca el punto en el evangelio de Mateo donde Jesús comenzó a enseñar en parábolas. La primera parábola que Mateo registra es la del sembrador, seguida de una explicación privada de la parábola por Jesús. (Vamos a examinarla en el capítulo que sigue). Mateo 13 pasa a registrar otras parábolas clave sobre el reino de los cielos. Luego, en un muy estrecho paralelo con Marcos 4:33-34, Mateo 13:34-35 expresa: <>.

Al rechazar deliberadamente la verdad, los enemigos declarados de Cristo perdieron el privilegio de escuchar más verdades simples de sus labios. Esto es precisamente lo que Jesús quiso decir cuando afirmo: <> (Lucas 8:18).

El cambio en el estilo de enseñanza de Jesús fue inmediato y drástico. Todo lo que El enseño en público desde ese día se oculto a todos, salvo aquellos con oídos dispuestos a escuchar.

 

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<> (Salmos 121:4). <<¿No has sabido, no has oído que el dios eterno es Jehová, el cual creo los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance>> (Isaías 40:28).

Esto explica porque Colosenses 2:16 incluye la observancia formal del día de reposo en un listado de las ceremonias del Antiguo Testamento que no son obligatoria para los cristianos. Tales cosas eran <>(v.17). Todo lo que el día de reposo significaba se ha cumplido completamente en la obra consumada de Cristo. Por esto el apóstol Pablo indica que es legitimo juzgar iguales todos los días (Romanos 14:5). Para el cristiano, cada día es una celebración del principio del día de reposo. Hemos entrado en el reposo espiritual provisto para nosotros por la obra consumada de Cristo (Hebreos 4:10-11). En otras palabras, cuando Jesús declaro: <> (Lucas 6:5) y <> (Mateo 11:28), no solo estaba repudiando las reglas creadas por los fariseos sobre el sábado y afirmando su propia deidad, sino que también estaba recalcando el cumplimiento final de que todo lo que el sábado ofrecía a la humanidad se encontraba en el reposo del alma que confía en la obra consumada de Cristo.

<           repletos al máximo de estrés y tensión>> Archibald Thoma Robertson, Word picture in the New testament, 6 vols. (Nashville:Broadman, 1930). 1:p. 100.

En el relato de Mateo no se nos da un estricto orden cronológico, pero la declaración en Marcos 4:35 deja claro que el aquietamiento de la tormenta se produjo <>. Entonces la secuencia tanto en Marcos 4-5 como en Mateo 8 indica que la liberación de los dos endemoniados también ocurrió inmediatamente después de que la tormenta se había calmado y la barca de los discípulos había llegado a su destino.

 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella Enviado: 05/11/2019 20:46
Gracias por tu aporte

HÉCTOR


 
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